Reina De Corazones: El Nacimiento

V E I N T E

ANGELLO.

Caminar al lado de Brayan de por sí es incómodo, ya que todos piensan que me puso como su mano derecha por algún sucio trabajo que le hice, pero no es así. Ahora el nivel de inquietud aumento por el simple hecho de que Jessica es ahora mi acompañante y que Apóstoles nos sigue como si mi llamado fuera para él también.

- ¿Entonces cuál es el trabajo? – su pregunta despreocupado me molesta al punto de parar mi caminata y verlo. Jessica detiene el trote, pero en ningún momento su vista la ponen en nosotros. – ¿Por qué esa cara?

- ¿Quién te dijo que podías seguirnos? Vuelve a tus cosas y no te entrometas.

- Ambos sabemos que está niña no tardará en hacer otra matanza como la primera y no sería nada bueno que llame la atención de personas importantes.

- No te metas en esto. – la contestación fría de Jessica lo hace arrugar el entrecejo.

- Yo solo trato de que no te maten. – Jessica voltea a ver a Apóstoles. Su expresión de póker la deja difícil saber qué es lo que pasa por su cabeza. – Además, esas heridas que te hiciste en los nudillos eran serias.

- No te entrometas en mis asuntos, Apóstoles.

- Por esas heridas es que empezaste a usar armas, porque casi pierdes movilidad en tus manos. – mi mirada va de Apóstoles a Jessica, que por lo que veo, no le gustó lo que dijo.

Sabía que esas heridas eran serias, no porque se estaba quejando del dolor, sino porque duro con un vendaje especial durante un mes entero y cada dos días Penny le revisaba sus heridas, asegurándose de que sanarán debidamente.

Personalmente no vi esas heridas, por mi nueva posición en el grupo no tengo permitido tratar heridas que no sean las de Brayan, es por eso mismo que mi antiguo puesto lo tiene la hija del Dr. Kurt, Penny. Sé que está haciendo un buen trabajo; por así decirlo, ya que fue capaz de curar las heridas de las manos de Jessica sin ningún problema.

- Dedícate a cuidar la mansión, Apóstoles. El jefe puede estar viéndote desde cualquier lugar. – le digo al ver que Jessica solo lo ignora, como siempre. Retomo mi caminata hacia la oficina del jefe, Jessica me sigue de cerca y agradezco que Apóstoles ya no lo haga. – Tienes que hacer algo con respecto a él. No puede seguir rondando a tu alrededor queriendo saber todo lo que haces y dejas de hacer. – no contesta. Entramos a la oficina y voy directamente al escritorio. – Toda la información está detallada, como lo pediste. – le entrego la carpeta de color rojo e inmediatamente empieza a revisarla. – Todas sus direcciones, número de seguro, comunicador, a qué horas come, a qué hora se acuesta, toma la siesta. Todo está allí. – los ojos de Jessica barren las hojas con rapidez. – Yo mismo te llevaré una vez que termines con eso.

- No es necesario. – cierra la carpeta y me la extiende. Me la quedo viendo sin tomarla aún.

- ¿Para qué me pediste tanta información detallada si solo la ibas a ver por encima?

- Ya la retuve. – aún mantiene la carpeta en mi dirección. – No es necesario que tenga esa información conmigo. – trato de que mi risa sarcástica no salga, pero fracaso totalmente.

- ¿Estás loca? Primero me pides que haga todo ese trabajo y después me dices esto. ¿Sabes el tiempo que me tomo reunir toda esa información? Brayan ha estado pisándome las pelotas para que hicieras tu segundo encargó y le tuve que decir babosadas para que no sospechara de que estaba haciendo esto. – estoy cabreado y se lo hago saber.

- El retraso de buscar información es un error que muchos cometen, más sabiendo que su especialidad es otra.

- ¿Ahora de que estás hablando? – presiono el puente de mi nariz, tratando de tranquilizar mi temperamento. – No tengo tiempo para esto.

- Te tomo más de dos semanas reunir información de solo una persona. A mí solo me tomo unos segundos aprender la más mínima cosa que dice ese reporte. – abro los ojos como platos. – El siguiente trabajo solo dame el nombre, yo haré el resto.

- ¿Me estas jodiendo? – pregunto incrédulo. Su expresión sigue sin decirme algo sobre la situación. – Nadie puede retener información tan rápido. – sus ojos claros no los aparta de los míos y me hace sentir eso inquieto, más de lo normal. – ¿Eres capaz de hacer eso? – asiente sin dudarlo.

- No necesito que me lleves, solo da el aviso que tomare unos de los autos.

- ¿Sabes conducir?

- Sí.

- ¿Quién te enseño?

No me responde, de hecho, como ve que no tome la carpeta solo la deja en el escritorio y se dispone a salir de la oficina. Yo solo me quedo viendo cada uno de sus movimientos y de cómo está tan tranquila por lo que va hacer. Bueno, aunque no es tan extraño eso al recordar en cómo fue capaz de matar a Red sin pestañear.

Brayan no necesito decir mucho, de hecho, él simplemente cruzo por unos breves momentos su mirada con la de ella y eso fue lo único que se requirió para Jessica entender que era lo que quería exactamente. Cumplió las expectativas sin problema alguno, aunque más de uno en el lugar ahora se sienten amenazados por la presencia de Jessica.

Marco en mi comunicador el número de Jace y a los dos repiques lo contesta.

Prepara un auto para Jessica. Estará ahí en breve.




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