"Segundo Capítulo"
"Narkissa Longán"
-España-
01/03/2020
— Pasajeros, ya pueden agarrar su equipaje de mano —Mire a la mujer que nos hablaba, también en lenguaje de señas— Y luego pueden proceder a bajar del avión.
Suspire al pensar que tenía que guardar la laptop y agarrar la mochila para bajarme del avión.
Empecé a guardar la computadora en su estuche color negro, agarre la mochila que descansaba contra el asiento en el suelo y me pare para fijarme por última vez si me olvidaba de algo y al confirmar que no era así empecé a caminar para salir del área de primera clase.
Al asomarme a la puerta del avión el sol me dio de cara, sonreí al sentir el calor característico de España. Me dispuse a bajar las escaleras del avión y dirigirme dentro del aeropuerto.
Agarraron mis dos maletas para revisarlas.
— Tiene cosas, Señorita. ¿Piensa quedarse a vivir? —Pregunto una mujer, hablaba mientras abría mi maleta y veía lo que llevaba adentro. Agarro mi CI y al mirarlo dirigió su mirada a mis ojos avellana— Perdone ¿Usted habla español? Igual, ni se hablar ruso así que ni me molesto en hablar.
— Sí, se hablar español. Y no, no pienso vivir en España —Cerré mis ojos intentando contener el querer pegarle un tiro entre ceja y ceja— Sí pudiera ser tan amable en apurarse en revisar mis maletas, tengo poco tiempo.
— ¿Apurada? —Pregunto con ironía, parecía que revisaba más lento— ¿En qué puede estar apurada una extranjera al llegar al país?
La mire, y al ya no poder contenerme pensé mejor en llamar a mi padre, el resolvería esto sin yo tener que pasar por ser detenida por matar a una mujer de seguridad.
Disque el número de mi padre y apreté para llamarlo, al primer tono ya había contestado.
— ¿Qué paso, por qué no te veo? —La voz gruesa y autoritaria de mi padre se hizo escuchar a través de la línea.
— Pa, no me dejan pasar en seguridad, una mujer se nota que su hombre o su mujer no le dio bien anoche y me la está complicando —Ella me miro con una ceja alzada y yo le sonreí de forma irónica— Ven o te juro que me la cargo —Esto último se lo dije en ruso para que seguridad no me entendiera y me detuvieran por desacato.
— No hagas nada estúpido, y espera que ya lo arreglo.
Corte la llamada y la mire, ella seguía mirándome pero ahora estaba con el ceño fruncido.
— Cierre mi maleta ahora mismo —Mi voz ya no era amable, había cambiado a mi manera de ser en la mafia.
— ¿Disculpe? —Me dijo y dejo mi maleta de lado para acercarse a mí— ¿Tú quién te crees que eres para venir a decirme que tengo que hacer?
— Tranquila, querida. —Me acerque a ella más de lo que ella lo había hecho, y por su cara se notaba que la estaba intimidando— Ahora no sabes quién soy pero pronto lo sabrás.
— ¿Me estas amenazando? —Su voz temblaba, por lo que sonreí con arrogancia— La detendré por…
— Sr. Collins, será mejor que se aparte ahora mismo de la Srta. Longán —La voz de un hombre sonó en el lugar, supuse que era su jefe. Pero mi mirada seguía en la de ella, yo no iba a dar mi brazo a torcer por ella.
— Sera mejor Sr. Stefany Collins que se aleje de mi hija inmediatamente o comerá barrotes —La voz de mi padre hizo efecto en ella, ya que se alejó mío y dirigió su mirada al Súper-Intendente. Mi padre me había facilitado las cosas, ya que había dicho su nombre por lo cual no era necesario investigarlo.
— S-Súper Intendente —Tartamudeo la vieja— No sabía que era su hija.
— Es —Le corregí— Encantada, querida. Narkissa Longán —Hice una mueca de sonrisa y me voltee a ver a mi padre.
Llevaba su típica camisa gris claro, con sus pistoleras del torso negras, pantalón de vestir pero cómodo negro, zapatos del mismo estilo y sus gafas de sol.
— ¡Papá! —Sonreí como una niña consentida y fui a abrazarlo— Esa vieja la quiero comiendo barrotes en comisaria —Le susurre.
— Lo sé, la tendremos comiendo barrotes en menos de una hora —Me susurro devuelta mi padre devolviéndome el abrazo.
* * *
— ¡Esto es ilegal! ¡Yo no hice nada! —Sentía los gritos de la vieja Stefany Collins, debería agradecer estar ahí. Ese será su menor castigo, cuando agarre las riendas de ella va a rogarme estar nuevamente entre rejas.
Yo estaba apoyada en la pared de enfrente a la celda que se encontraba ella, masticaba una manzana mientras miraba como ella gritaba por que la dejaran libre.
— ¿Haciendo de las tuyas nuevamente? —Se me acerco Gonzales, un compañero de mi padre.
— Claro, ya me conoces —Le mentí, todavía no hacía de las mías pero él no conoce que soy la Inspectora-Jefa LD, por lo cual no podía ser sincera— Bueno, iré a ver a mi padre.
Encamine a las escaleras, pasando una reja que había separando una mini oficina de las celdas. Estaba subiendo las escaleras y al mismo tiempo saludando a agentes que pasaban por allí.
Al terminar las escaleras seguí recorriendo un pasillo donde había puertas que daban a las salas comunes que tenían las comisarias. Al final izquierdo del pasillo se encontraban las otras escaleras para seguir subiendo.
— Malditas escaleras —Insulte, esta comisaria solo eran escaleras.
Llegue al final de esas escaleras para ingresar por una puerta doble (se encontraba a la derecha pasando un mini espacio donde habían 3 puertas más), me detuve al ver otra escalera, esta vez con más escalones.