— Ahora, ¿Quién de ustedes dos me contestará?... — Preguntó Vanya con una sonrisa apretada, la cual demostraba todo el autocontrol que estaba usando en ese momento.
Kasch no siquiera tuvo oportunidad de contestar, cuando Jelena se levantó de su asiento acercándose a Vanya con la intención de no quedarse callada — Es muy vanidoso de tu parte llamarte la reina, con esas palabras solo causas lastima — Obviamente había evadido su pregunta y había ido directo a su yugular, como ella lo fuera a permitir.
— Cariño, si yo digo que soy la reina es porque lo soy — Respondió Vanya, provocando que la mujer levantará una ceja en señal de burla.
— Que lastima me da que tengas que llamarte a ti misma de esa forma — Al parecer Jelena no sabía con quien se estaba metiendo, no medía las consecuencias de sus palabras al estar tan ocupada intentando humillarla.
— A diferencia de ti, yo no tengo que mendigar nada, yo no necesito de nadie para tener corona — Respondió la rubia, quien ahora se sentaba en la pequeña baca del jardín ante la atenta mirada de Kasch, el cual no sabía cómo reaccionar ante la “pelea” de esas dos.
— No tienes idea de quién soy ¿verdad? — Preguntó Jelena, queriendo intimidarla con el hecho de que era la amada hija de un Alfa.
— No gatita, la que no sabe quién soy yo, eres tú, así que, por tu bien... lárgate — La superioridad que ella emanaba era tan poderosa como la del moreno y aquella mujer lo había podido sentir, logrado que como una cobarde saliera del lugar inmediatamente, con la mandíbula apretada por la ira que le causaba la humillación que había vivido.
— Veo que estabas “muy bien acompañado” — Le dijo a Kasch, ahora pasando toda su atención a él.
— Tu no deberías estar aquí — Dijo él con recriminación — Estuviste a nada de morir — Bien, esa era una pizca de esperanza para Vanya, él sabía lo que le había sucedido, señal de que si le importaba.
— Como tú nunca fuiste yo vine, además ya estoy mejor — Aseguro ella, volviendo a ponerse de pie, ahora que ambos estaban a solas, sin intrusos y sin quien los pudiera interrumpir.
— Eso me alegra, me alegra que estes bien — Respondió Kasch, sin inmutarse ante lo hermosa que se veía ese día ante la luz de la tarde.
— Sin rodeos, vine porque necesito aclarar las cosas — Dijo de pronto, alternado cada neurona del cerebro del moreno — Hace semanas que escuche tu respuesta, pero no es la que yo quiero... — Volvió a decir haciendo una pausa — Sin embargo, tampoco pienso esperar toda mi vida... — En ese momento las imágenes de ella con otro inundaron la mente de Kasch, provocando en él una ira incontrolable — Mi dignidad como Alfa y como mujer está en juego, no quiero estar toda mi vida detrás de alguien que no quiere estar conmigo — Kasch intento decir algo, pero ella lo interrumpió, necesitaba terminar lo que debía decirle — Ya sé, tú ya te habías decidido, pero yo no estaba lista para aceptar esa respuesta tan vacía, ahora lo estoy, estoy dispuesta a escucharte, piénsalo, cuando la respuesta definitiva y segura allá llegado a ti, házmelo saber, aceptaré lo que decidas, he comprendido que no te puedo atar a mi si tu no lo deseas — Terminó por decir con seriedad sin apartar la mirada del moreno.
— ¿Es esto una amenaza? — No se estaba burlando de ella, pero sus palabras habían alterado sus emociones, al punto de no saber ni que hacer.
— Tómelo como quiera Alfa — Dijo con una sonrisa.
— Lo siento Vanya, han pasado varias cosas que no sé qué decir — Aseguró él con pesar.
— Esta bien, en una semana más, cuando arranquemos este mal de raíz yo volveré a mi manada... — Volvió a hacer una pausa — Y no pienso volver — Fue lo último que dijo antes de dar la media vuelta con la intención de salir, pero antes de hacerlo volvió a hablar — A mí también me alegra que estes bien — Entonces se fue sin esperar una respuesta.
Aunque muchas personas creían que aferrarte a lo que amas es lo mejor ella era fiel creyente que dejar libre lo que amas por su felicidad es aún mejor, ella no deseaba seguir esperando, no tenía urgencia por casarse, pero la situación era dolorosa, había jugado su última carta y esperaría el resultado fuese el que fuese, y esperaba que fuera para bien, además su “última carta” era su haz bajo la manga, su propósito era más profundo de lo que podrían imaginar.
— ¿Cómo te fue? — Preguntó Volker a su hermana.
— Fue todo lo que pude dar — Dijo ella con resignación.
— ¿Esto era todo? — Preguntó él con incredulidad al ver a su hermana tan decidida en dejar al amor de su vida.
— No siempre debes pensar solo en ti — Aseguró ella — Esta semana lejos de la realidad me hizo ve que, a pesar del amor de este vínculo, nosotros decidimos si seguirlo — Comentó ella abriendo la puerta del auto para salir de aquel lugar junto a su mellizo, se iban a preparar para volver a atacar a aquello cazadores que casi le arrebatan la vida.
Pero, una vez en el camino, Volker decidió volver a hablar — ¿Qué pasará si la respuesta sigue siendo no? — Se atrevió a preguntar.
Ella con calma y serenidad en tanto disfrutaba de la brisa respondió — Lo raptó — Excelente, ahora no solo estaba loca, también era bipolar, esos cambios de humor eran extremos.
— Y eso de “No siempre debes pensar solo en ti” ¿qué? — Preguntó otra vez Volker con risa burlona.
— ¿Verdad que soy una gran actriz? — Dijo Vanya — Psicología inversa, mi mejor carta — Volvió a decir sonriendo — No te voy a mentir, lo que dije fue cierto, hasta yo me lo creí, hasta que me di cuenta de que aún no había hecho nada que lo haga reaccionar, esto será el detonante — Afirmó ella.
— ¿Y tú dignidad? — Preguntó el al recordar lo que ella había dicho, porque si, lo había escuchado todo.
— Esa no se pierde, cuando luchas por lo que quieres — Dijo sonriendo — Solo mira y aprende hermanito, tal vez algún día lo necesites — Fie todo lo que dijo ella, antes de regresar su vista al camino, dejando a Volker tan sorprendido como perturbado, su hermana estaba loca.
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Editado: 03.12.2023