Miro por la ventanilla y me asombro al ver todo tan...vivo, es precioso, la hierba tiene un color verde intenso y brillante, como rebosante de vida, preciosos árboles, altos y frondosos, llenos de color, flores y pequeñas plantas de llamativos colores, frutos y arbustos con pigmentos tan bonitos e intensos que parece antinatural.
Me recuerda a cuando mi padre nos llevaba a Abby y a mí al campo, mis abuelos vivían en las afueras de la ciudad y solíamos ir a visitarlos un par de veces al mes.
¡Abby! ¿Qué harás con ella, J?
Abbygail es como una hermana para mí, hemos crecido juntas, hemos pasado por los buenos y malos momentos apoyándonos la una a la otra.
– Tierra llamando a Jade, ¿hey, hay alguien ahí? – el tono burlesco de Kaos me devuelve a la realidad.
– Si, si, ¿qué ocurre? – digo sintiendo algo confundida, al recordar a Abby se me han venido muchos recuerdos a la cabeza.
– Te estaba diciendo que antes de que lleguemos a palacio debes saber una cuantas cosas – dice poniéndose serio de repente.
– Uhmm..., está bien – contesto no muy convencida.
– Comenzaré desde el principio, si tienes alguna duda parame y pregunta, ¿vale? – asiento – bien, Heartling es un reino "escondido" del resto del mundo, aunque no es el único es el más grande y poderoso. Está dividido en la ciudad central, hacia donde vamos y se encuentra el palacio, situada justo en el centro de Heartling y seis provincias alrededor de la ciudad: Sinke, Betrow, Mandex, Phols, Throwen y Alea, cada una se especializa en un elemento, materiales o para el ejército, dependiendo de su situación geográfica. Sinke, es la provincia que está al noreste, allí entrenan solados, también los entrenan en Mandex, que está al suroeste, pero de las especializaciones hablaremos más adelante.
– Entiendo, pero ¿por qué estáis apartados del resto de la civilización? – pregunto aun procesando lo que me ha contado.
– Hace unos doscientos años o más tuvimos un rey, Jonathan el Bravo Williams, fue un gran rey y consiguió que poco a poco nos fuésemos abriendo al mundo humano, pero aquello no estaba destinado a acabar bien, los sabios lo vieron y avisaron al rey, pero él tenía fe en la humanidad. Hizo tratados con otros reinos, que al igual que nosotros, estaban cerrados al mundo. Nosotros somos diferentes, nuestras tierras, creo que te habrás dado cuenta al ver la flora que nos rodea, es como si estuviera conectada a los ciudadanos de la zona, y en la ciudad central, allí donde residen los reyes o lo hacían, la vegetación está conectada los monarcas, no importa lo lejos que estén, a diferencia de en el resto de provincias, siempre estará conectado los monarcas, así es como sabemos si les ocurre algo, si llega al extremo de morir las plantas pasan un ciclo, unos catorce días, marchitas, después del ciclo la naturaleza se conecta al sucesor o sucesora.
» Si enferman la vegetación pierde ese color y esa vitalidad que tanto los caracteriza, van perdiendo las flores y frutos, este sistema de... reconocimiento, diría yo, nos ha venido muy bien para parar enfermedades que en otros países han costado miles de muertes. El caso es que en el mundo exterior esa condición no existía ni existe y fueron tan codiciosos que quisieron quitárnoslo, querían excavar la tierra y llevarla a sus países, dijeron "si ustedes están en posesión de algo tan valioso lo justo sería que lo compartieran con aquellos que carecen de este don".
» Nuestro reino era reacio a dejarlos quedarse con las tierras, no por egoísmo, siempre hemos sido un pueblo muy bondadoso y siempre hemos preferido hablar las cosas antes que causar guerras, simplemente creían que si las condiciones se daban aquí y no en otros países sería por algo. La terquedad de nuestro pueblo, según los extranjeros, dijeron fue la causa de la guerra de las Colonias. Fueron tiempos muy duros para todos los involucrados, acabaron, por el cansancio de todos los pueblos, creando el último tratado, el tratado de las Colonias, llamado, así como la guerra para que cada vez que lo leyéramos en un futuro nos diéramos cuenta de lo ilusos que habíamos sido. El tratado era sencillo, ellos no volverían a pisar nuestras tierras sin un consentimiento explícito y nosotros cerraríamos fronteras, como habíamos hecho durante tantas generaciones.
– Woah, cuanta información. Recuerdo en el colegio, cuando dábamos la guerra de las Colonias, pero nunca mencionaron a Heartling o la verdadera razón porqué la guerra comenzó. – recuerdo estar en clase sentada junto a Abby y pensar en lo rollazo que era que tuviéramos que aprender tantos años de historia por la guerra.
– Eso es porque fuimos borrados de la historia, para que nos fuese más sencillo volver a la "realidad". Y es cierto que es mucha información, también la historia es muy complicada. Jonathan el Bravo es uno de tus antepasados, de hecho, tu linaje siempre ha reinado, pero me estoy yendo del tema. Bueno la respuesta a tu pregunta acaba ahí, pero todavía tengo más que contarte.
– Adelante – lo cierto es que si esto me lo hubiese contado hace seis años me hubiese parecido un rollo, pero ahora me parece muy interesante, y su forma de contarlo, como si lo hubiese vivido lo hace todo más... real o intrigante.
– Dado que hemos estado apartados del resto de la humanidad nuestras costumbres son diferentes, no todas, pero sí algunas de ellas. Vestimos trajes y vestidos, como en la Edad Media, aunque modernizados, somos un pueblo muy abierto de mentalidad, aunque hay algunas costumbres, que, por leyes ancestrales, no podemos cambiar, la vestimenta es una de ellas. El matrimonio entre dos personas del mismo sexo está igual de bien visto que el de personas de distinto sexo, cosa que, por lo que he visto en otros países no es así, pero no es momento de entrar en detalles. En cuanto a tecnología estamos tal, sino más, avanzados como los mundanos. ¿Me estoy dejando algo? – pregunta para sí mismo.