1 semana después.
Abrumador era la palabra que describía perfectamente a Haru en estos momentos. Estaba en un entrenamiento, con una venda en los ojos, sin poder moverse de un cuadro echo de cinta adhesiva en el suelo, siendo atacado por muchas bolas de fuego que venían de diferentes posiciones y por si fuera poco....con mucho ruido, lo que le impedía poder concentrarse; además de no poder escuchar las indicaciones del viejo Nakamura.
—¿¡NO DEPENDAS DE LA VISTA NI DEL OÍDO, SIENTE CON CADA CÉLULA DE TU CUERPO, FALTA POCO!?- grita Michio para que Haru lo pudiera escuchar en todo el ruido echo por todas las "Riki Riki" del lugar.
Las "Riki Riki" son pequeñas personitas que comúnmente protegen las zonas del bosque con más poder mágico las cuales las personas con magia pueden absorber, claro está que siguiendo unos requisitos. Estas personitas emiten fuertes gritos al ver a alguien desconocido en su bosque; en este caso Michio con su magia de fuego las "copió", llamada: "Ilusión de fuego azul, Riki Riki."
—¿QUÉ, QUÉ?- grita aún más fuerte el pelinegro, y sintiendo algo cada vez más cerca de su espalda se deja llevar, dando un salto mientras esquiva la bola de fuego.
"-¡¡Con que es eso!! Solo tengo que dejarme llevar...- atina Haru respirando hondo, concentrándose y olvidando todo a su alrededor- Bien, puedo hacerlo."
Michio al notar como el menor se queda quieto en su posición, sin hacer ningún sonido alguno sonríe, dándose cuenta que había entrado en un trance. Sin contenerse empieza a lanzar demasiadas bolas de fuego a la misma vez y en diferentes posiciones, esperando a que Haru reaccione y no tarda mucho en hacerlo, esquivando cada una de ellas a una velocidad abismal sin moverse del dicho cuadro bajo sus pies.
"-¡¡Bien!! ¡¡Lo hice!!- se alegra quitándose la venda de los ojos rápido, acostumbrándose a la luz."
—¡¡Lo logré Michio-sensei, lo hice!!- exclama con total felicidad abriendo completamente los ojos, con una gigantesca sonrisa.
—Bien, bien, felicidades- suspira con una sonrisa el viejo Nakamura desapareciendo a todos los "Riki Riki" y dejando de lanzar aquellas bolas de fuego- ¡¡Excelente entrenamiento, haz culminado y mejorado muy rápido!!- con la sonrisa sin abandonar su rostro le ofrece la mano a Haru.
—¡Sí!- el menor al aceptar la mano del mayor siente como este se la aprieta muy fuerte sin intención de soltarlo; y en ese momento su piel se eriza, provocando que reaccione inconscientemente e utilizando la misma fuerza que ejerce Nakamura en su mano se impulsa hacia adelante, tomando fuerzas y dando una voltereta en el aire, quedando ahora detrás del hombre.
—Ya veo....Sí, estás listo.- sonríe Michio deteniendo por completo la daga que debía ir hacia Haru; pero que pudo esquivar a tiempo- No te iba a matar, esa era la última prueba.- avisa dándose la vuelta, observando al chico.
—¡Eso es hacer trampa!- se cruza de brazos quejándose por casi morir si todo fallaba-...Aunque...en esta semana me he echo más fuerte, así que se lo agradezco Michio-sensei por enseñarme.- agradece con una sonrisa observando sus manos, las cuales estaban llenas de heridas que para él eran recordatorios.
—No es nada más mi esfuerzo muchacho, es sorprendente que en poco tiempo pudieras absorber algo que a cualquiera le costaría un mes aprender o más; sin embargo tú aprendiste en solo una semana, es de admirar- dice el viejo Nakamura dándole crédito, orgulloso.
—Espero que Rei también se haya echo más fuerte...- menciona en voz baja, ya estando ansioso por querer ver a su mejor amigo, necesitaba fastidiarlo, su cuerpo se lo pedía.- Oh por cierto Michio-sensei, antes de partir quisiera hacerle varias preguntas sobre este pueblo- avisa dirigiendo su vista hacia el mayor, quien asiente para que prosiga- Tengo entendido que este pueblo está divido; es decir tiene dos mitades, uno en el cual se ejerce la dictadura mientras que en el otro no.....¿Cuándo fue que empezó todo esto? No solamente aquí.
Después de preguntar aquello se forma un silencio un poco tenso; Michio sabía que en cualquier momento Haru le iba a preguntar algo así, sin embargo todavía no sabía cómo explicarle, ya que ese era un misterio que hasta él mismo no conocía del todo.
—Pues....bueno....como te explico...- habla en voz baja más para sí mismo que para el chico al frente de él- La dictadura y la esclavitud ha existido desde siempre, no es ahora que está reluciendo; sin embargo, decirte exactamente que fue lo que pasó sería irracional de mi parte ya que es un misterio...- empieza a explicar rascándose la nuca- Aunque se sabe que todo esto está liado a algo o a alguien nadie se ha atrevido a confirmarlo.
—Sí pero...¿Cómo fue que pasó todo esto? ¿Realmente siempre fue así?- dice reformulando la pregunta, sin querer creer lo cierto.
—Como te dije anteriormente la dictadura y la esclavitud siempre ha existido; solo que de un tiempo para acá se ha intensificado...- recalca lo dicho, esticulando con sus manos lo que decía- El pueblo Kowareta era un pueblo tranquilo y calmado al igual que todos los demás; pero desde que fue fundado el ministro todo cambió...y ahora que lo preguntas no siempre fue así, o por lo menos no lo demostraban...- analiza Michio pensando en el pasado, notando cosas extrañas.
—¿Y cómo fue que se fundó el ministro?- pregunta tras pregunta bombardeaba a Michio, quien poco a poco se iba descolocando; carajo, muchas preguntas en un mismo día.
—Nadie sabe cuándo se fundó exactamente, ahora que lo pienso simplemente un día aparecieron, "supuestamente" para brindar paz...- hace comillas con sus manos- Todo no siempre fue muy tranquilo, hace tiempo habían muchos criminales, algunos luchando por el bienestar de muchos pueblos; mientras que otros para beneficio propio...y de repente un día el ahora presidente del ministro salió diciendo que iba a luchar por la paz...desapareciendo así a todos los criminales...- a medida que el viejo Nakamura se dispone a informar poco a poco va bajando la voz, ahora teniendo en cuenta lo muy extraño que era todo esto.