En cierto jamás logre entender cómo y porque empezaron estas alucinaciones, cada día rompían los esquemas de la realidad, tomo entre mis manos la verdad y miro al cielo; llevo mi cabeza hacia atrás con la esperanza de razonar y olvidar aquel momento en que conocí aquel ser imposible, aquel ser que solo encuentras en la imaginación de los creyentes y de la basta literatura. Fue la primera vez que pude vislumbrar la mirada inocente y a la vez maliciosa de un ser cuyo aspecto, cuya silueta, cuya sonrisa calmaba hasta el ser más salvaje de la tierra.
Aquel día anonadado por su presencia, mi voz temblaba y con un hilo de timidez pregunte su nombre, sin recibir una respuesta, su sonrisa fue el motivo de mis palabras torpes e inconscientes. Su sonrisa dibujo una mueca. No sabía cómo interpretarla; ¿Miedo? ¿Sorpresa? ¿Felicidad? En mi mente miles de hipótesis se crearon. Mire a mi alrededor, miles de rosas cubrían un vasto campo de flores, pero de entre ellas un lirio resaltaba, lo tome con delicadeza y se lo lleve, temía que huyera, pero no fue así, ella se mantuvo de pie y extendiendo sus manos observe el brillo de unas alas hermosas que cubrían su espalda.
Reserve las preguntas estúpidas de un ser humano, no quise saber por qué y el como un ángel estaba en la tierra, como podía verla. Como un joven enamorado me acerque a ella, conociendo su gusto, ocultándola ante el mundo, no como un avaro celoso, sino como un protector, ocultando sus bellas alas bajo un abrigo. Mientras sonreía y sus primeras palabras fueron como una delicada melodía. Calmando la incertidumbres de mi corazón.
Como un humano tonto, curioso termine enamorándome de aquel bello ángel. Pero supe entonces que estaba prohibido, tan prohibido que la ira de los cielos caería sobre la tierra, pero no me importo. Robando un beso de sus labios, el cielo cubriéndose de nubes grises entendí que el peligro se avecinaba.
Cada paso incesante, cada pensar incoherente cada vez que vibraba las cuerdas que pendía de mis manos, liberaba un sin fin de estupideces. Palabras y acciones que deseaba cumplir, frustrado; mi furia corrompía mi mentalidad, ahora solo deseo vislumbrar mi imaginación en ti, imaginar cada milímetro de tu cuerpo sobre una tela de seda, cubriendo tus alas milenarias que has decidido ocultarlas.
Ahora nuestro amor era condenado por el paraíso, el pecado yacía en nuestro ser. Cada vez se volvía aún más peligroso. El abrazarte te condenaba a una eternidad de castigos, sin embargo aun así no llego a importante, desafiaste a los cielos y el pecado en ti reinaba.
Te preguntas, ¿porque no hay un final? Es simple, todo es simple en la vida todos tenemos una excusa, y la mía no es diferente de las demás; mi final no está escrito, aun huyo del peligro, de la calamidad del mundo el odio y toda la peste que habita nuestro mundo.
Sí, me enamore de un ángel. Un ángel que oculta sus bellas alas para pasar desapercibida entre las personas.