Situación-6:
- Una pareja.
- Primera cita.
- Ambos inexpertos.
- Un par de demonios entrometidos.
Resultado:
Quizás quieras consultar tu seguro de vida.
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Estaba nerviosa, nunca creí que este día llegaría, Paul y yo tendríamos nuestra primera cita, debo admitir que estaba nerviosa, esta era la primera de las primeras; Por alguna extraña razón sentía que algo saldría mal, no sé, será porque es la quita vez que lo intentamos, o, tal vez, que las anteriores, o era uno o el otro que tenía cosas que hacer, o improvistos inesperados, o solo son tonterías mías.
Me preocupe tanto de mis pensamientos que no me percate que aún estaba planchando mi ropa, para ser específica, mi pantalón favorito, lo peor era que me di cuenta cuando comenzaron a tornarse negros.
- ¡¡NO!! – chille desesperada quitando la plancha.- ¿ahora qué hago?... – me preguntaba mientras revisaba que no huera traspasado la prenda con la plancha, menos el lugar donde lo estaba haciendo.
- Usa los parches que te regalo mamá.- dijo mi hermano mientras jugaba con su celular.
- ¡verdad! – sonreí esperanzada, corrí a mi cuarto y busque lo antes mencionado.
Cuando los encontré, los coloque y esperaba que no quedaran mal, cabe mencionar que eran los únicos disponibles en ese momento, aunque mirándolos mejor, la calcomanía de unos labios y símbolos militares no congeniaban del todo, al menos me salvarían la noche y antes de poder transformarlos en algo más luego; ya después me coloque una blusa y arregle con un poco de maquillaje, algo simple, iría a una cita, no a cazar a Batman, el cabello no fue problema, simplemente suelo y ya, con todo lo anterior listo, tome mi bolso y despedí a mi familia con mucha alegría.
- ¡nos vemos! ¡los quiero! – con una sonrisa boba salí de casa, la emoción era tal que solo podía pensar en él, se suponía que nos encontraríamos en el camino, pero la bocina de un vehículo me sorprendió.
- ¡Melissa! – Al oír su voz no pude sonreír aún más, quizás él tenga mejor suerte que yo hoy.
- ¡Paul! – me acerque al vehículo aun sonriendo.
- ¿estas lista? – dijo después de saludarnos y de que entrara, sentándome en el asiento del copiloto.
- Claro que si.- respondí mientras que emprendíamos el viaje.
- Entonces... ¿Adónde vamos?- una pequeña voz nos sobresaltó, haciendo que detuviéramos la marcha casi abruptamente.
Era mi hermano menor jugando con su celular, junto a la prima de mi novio, esta última fue la que hizo aquella pregunta, nos miramos perplejos, por suerte estábamos en una esquina y no había tráfico por el lugar.
- ¿Cómo pepinillos se subieron ustedes dos? – les preguntamos aun perplejos.
- Estaba aburrido en casa ¿Qué esperabas? Ni que fuera muy divertido ver a mamá dramatizar frente a sus novelas mexicanas.- se encogió de hombros mirándonos de reojo.
- ¿y tú jovencita? – le pregunto Paul a Sofí, su prima.
- No quería quedarme sola con la tía, menos cuando estaba a punto de preparar galletas...- suspiro con inocencia, ambos tenían buenos argumentos, sobre todo Sofí, porque, aunque me duela admitir, las galletas de mi suegra no son buenas.
- Entonces... ¿Qué hacemos?- mire a mi pareja con algo de pena, no quería posponer la cita, pero tampoco podíamos dejar a los pequeños a la deriva.
- No lo sé... - suspiro al igual que yo.- pero ya es tarde, además que la banda solo viene hoy a la ciudad...
- Vamos los cuatro y ya, traje la tarjeta de papá.- dijo Sofí entre nosotros.
- Yo no tengo problemas.- dijo mi hermano desde su lugar.
- Creo que no hay de otra...- hice una pequeña mueca con mis labios y con eso seguimos la marcha.
Al menos llegamos justo a tiempo, justos, pero a tiempo, compramos las entradas faltantes, mucha suerte hasta ahora, era lo que resonaba en mi mente hasta ese momento, aunque la sensación de que algo pasaría no me dejaba en paz, pero al verlos a todos felices y disfrutando, hizo que lo dejara pasar.
Y como era de esperarse, mi intuición no fallo, en medio del concierto ambos pequeños se separaron de nosotros, en el preciso instante en que todo se descontrola, como no había mucha seguridad –era una banda poco conocida, conformada por personas locales, pero, para mi gusto, tenían buena música y mi novio concordaba conmigo, por eso nuestro entusiasmo de ir al concierto.-, había gente que se subía al escenario y se lanzaba al público, en eso ellos también pasaron a ser parte de eso. En ese momento era indescriptible mi desesperación, intente llamar a Andrés, mi hermano, pero su teléfono se descargó, al igual que Paul con Sofí, siempre que uno necesita llamar a alguien con urgencia, los celulares se apagan, tienen esa magia de joder.
Cuando mis nervios estaban por darme una mala pasada, los vimos, ambos estaban en el escenario, cantando a coro con la banda, al menos nos dejaron sacarlos de ahí, cuando estábamos en medio del lugar, Paul me detiene, estaban cantando nuestra canción favorita, la primera que él me dedico cuando me pidió ser su novia, justo en el coro me beso, fue algo más que mágico.
Al final no fue tan malo, nuestra primera cita, nuestro primer beso junto a nuestra canción y nuestra primera aventura juntos.
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Editado: 05.06.2023