Relato 1: Bello silencio

        El silencio es sagrado así que shh...

Ahh.. No, no debería sonar así. ¡¡¡AHH!!! Si, esa forma es la correcta que tiene que tener el sonido de un grito. Pero si solo pudiera sacarlo cada vez que golpeas mi cara o tus pies llegan a mi cuerpo mientras estoy en el suelo.

Si solo pudiera emitir algún sonido tras el dolor pero no puedo, pues no aguanto el dolor de cabeza qué producen tus horribles de gritos.

¡No sirves!¡Eres fea!¡Cocinas horribles!¡Por qué miras a otros! ¡Deja de comportarte cómo una cualquiera!

Tanto deseo de preguntarte ¿Si no te sirvo, sí soy fea, sí te da asco mi comida y me comporto como una cualquiera porque sigues conmigo?

Pero no puedo porque tus gritos, los cuales se oyen por toda la casa, producen tanto dolor de cabeza, dejando mis oídos rezumbando por horas que pareciera que aún estuvieras gritando.

Lavo los platos en silencio mientras que tú sentado en la pieza me insulta.

Y créeme qué me duele más tus gritos, que ya perforan a mis oídos, qué aquellas horribles palabras qué dices de mí. Créeme no me hieren tus palabras, quizás al principio sí, pero ahora estoy segura qué sale sangre de mis oídos.

Los tapo con mis manos y tiemblo del dolor. Lágrimas salen de mis ojos deseando silencio.

Continúa lavando los platos pero ya no tengo fuerzas. No, ya no poseo las fuerzas para escuchar tus gritos.

Camino hasta la habitación y por fin los gritos que se oyen son los míos:"BASTA ESTOY CANSADA DE ESCUCHARTE GRITAR NO TE DAS CUENTAS QUE PERFORAN MIS OIDOS, ME DUELEN LA CABEZA , POR FAVOR SOLO TE PIDO SILENCIO". Te quedas callado mirándome horrorizado. Salgo de la pieza y entró al baño dónde me lavo las manos.

Nunca había sentido el sonido de los pájaros, el de las hojas cuando el viento las sopla y del agua al correr. Qué hermosa la tranquilidad qué deseo dormir un poco. Dejó en la pileta lo que llevaba mis manos.

Salgo y entró a mi pieza donde aún estás en silencio acostado en una cama mirándome. Me recuesto a tu lado y dulcemente te digo:"Viste amor qué es más hermoso en silencio, no aprecias los bellos sonidos de la naturaleza, que esos horribles gritos".

Pongo mi cabeza en tu pecho y dejas por fin de hacer sonido quedando completamente en silencio, mientras las sábanas se manchan lentamente de rojo, las cuales salen de las bellas y silenciosas puñaladas que te di.

No grites muy fuerte y solo respeta el amado y sagrado silencio pues nunca sabes cuando alguien te puedo hacer callar eternamente.