Bueno, no es un secreto que soy la más torpe del mundo. Pero, neta torpe. Una roca tiene más agilidad que yo.
Nunca fui buena en los deportes, si corro parezco una masa gelatinosa rebotando por el camino, no tenía mucha gracia para los bailables en los festivales y... Mi mayor habilidad en la vida es la de caerme.
Bueno, me he caído estando parada sin estar en movimiento.
Así de torpe (pendeja) soy yo.
Y esa gran habilidad para saludar al piso de beso y todo el pedo fue la que me hizo revolcarme en popó. Si, leyeron bien. Popó, caca, popis, del número 2.
Bueno, pues aquí voy.
Creo que no les he contado (pretexto para otro post) que Chá estuvo muy grave en el hospital hace casi 6 años.
Apenas teníamos 3 meses de novios y yo casi me quedo viuda incluso antes de casarme. Pobre Chá, casi no carga los peregrinos ese año.
Peeeero, después de treinta y tantos días en el hospital lo dieron de alta y pues ya, me quedé con la tranquilidad de saber que tenía novio (nuevo) para rato.
Después de un par de días en recuperación, la neta ya estábamos hasta el queque del encierro y pensé que era súper buena idea ir al cine.
"Ándale Chá, te va a caer súper bien una salidita, además el cine pues es estar sentado y ya" le dije haciendo puchero de niña chiquita.
"Está bien pues, vamos, la verdad es que no me vendría mal salir y además pues ya me siento mucho mejor. Solo te pido por favor, que manejes con cuidado, aún me duelen las heridas". Aceptó.
Di brinquitos de niña boba y le dije que si con mucha emoción.
Me emocioné súper cañón porque íbamos a salir después de un rato tan feo que pasamos con su estancia en el hospital y además ¡yo iba a manejar!
Y es que en aquel entonces Chá tenía un coche descapotable que me hacía sentirme bien malota y sensual como en Fast and Furious. Jajaja
Pues total que nos fuimos al cine. Uno por allá por Coapita la bella. Llegamos al estacionamiento, nos bajamos del auto y apreté el botón para que se cerrará el techo.
Percibí un olor bastaaante espantoso.
"Guacala, huele a caca" le dije a Chá haciendo gestos de asco.
"Me tire un pedo, perdón. No te creas, es broma. Si huele a madres." dijo el riendo y agarrándose la panza porque aún le dolían las heridas.
Nos reímos, pero sabía que no había sido él. Más bien era como de la cañeria o algo así.
Cómo la relación estaba "nueva", pues todavía andábamos de "queda bien". Ya saben, todavía me alaciaba el pelo, me ponía ropa interior coqueta (ahora le robó sus chones jajajaja) y esas cosas que hace una cuando anda en la enamoradera.
Entramos al cine. Vimos maléfica.
No es un secreto que Cha y yo somos unos gorditos sin solución. Compramos palomitas, refrescos y creo que nachos.
La peli estuvo chida y la pasamos super rico.
Saliendo de la peli me había sobrado refresco y medio bote de palomitas. "No las voy a tirar" pensé y me lleve mis sobras en la mano. En una el refresco, en la otra las palomitas.
Bajamos las escaleras eléctricas, veníamos caminando muy despacito debido a la convalecencia de Chá.
Bajamos al estacionamiento, otra vez ese olor asqueroso. Veníamos caminando lado a lado sin darnos la mano porque traía las manos ocupadas.
"A mí sí me gustó la película, creo que es otra manera de contar la historiAAAAAAAAAAAAAAAAA".
Acaba de pisar algo viscoso y resbaloso, las palomitas salieron volando por el aire, mi refresco también. Caí literal como gorda en tobogán. Así como luchador de la tercera cuerda.
Cai de panza. Estaba boca abajo de pies a cabeza. Solo alcancé a levantar la cara para no rasparme.
Eso no fue lo peor, había caído sobre algo asquerosamente viscoso, resbaloso y apestoso.
Me patiné así boca abajo aproximadamente unos 3 metros hacia adelante. Mi cabeza quedó a escasos centímetros de la banqueta, estuve casi a punto de descalabrarme. Pero no fue así.
Chá se quedó pasmado. Yo supongo que estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano por no reírse. Pero también supongo se preocupo porque la caída además de cagada, fue aparatosa.
Me quedé tumbada boca abajo, no sabía si reírme o llorar. No me dolía nada más que el pinche orgullo de haberme caído enfrente de mi novio que además es súper bully.
Quise aplicar la de Alejandra Guzmán. "Párate como que no pasó nada" pensé.
Jajajajajajaja pobre ingenua.
Coloqué mis manos sobre el piso, trate de ponerme en cuatro. La arquerosa melcocha con la que me resbalé me impidió pararme. Me resbalé de nuevo, y quedé como pinche estrella de mar. Tumbada boca abajo con brazos y piernas extendidas.
Lo volví a intentar. No'mbre. Era yo Bambi aprendiendo a patinar. Una y otra vez me revolque en la asquerosa chingadera que estaba en el piso.
Chá no podía pararme, estaba convaleciente y tenía prohibido hacer esfuerzos
"Liz, ¿estás bien? Liz, muñeca... Espérate".
Voltee la cabeza hacia atrás. Chá estaba rojo, muy rojo. En verdad estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano por no reír.
"Ya, ríete, yo lo haría" le dije yo mandándole una sonrisa desde mi charco.
Cómo pude me rodé. Me voltee boca arriba (ensuciando ahora mi espalda) y de manera triunfante me puse de pie.
Comencé a sentir arcadas. El olor era insoportable y yo estaba llena de esa madre hasta el pelo.
Volteamos hacia arriba los dos al mismo tiempo. Una tubería (de drenaje) goteaba encima de nuestras cabezas. Literal acababa de caerme en caca humana, combinada con agua, pipí, y dios sabe que más.
Llegó un señor con casco y chaleco de esos naranjas chillones.
"Señora, ¿está usted bien?" Me dijo el tipo aguantando la risa.
"¿Este sujeto acaba de decirme señora? ¿Que le pasa? ¿Señora yo? ¿Qué más falta? Ya nomás que me orine un perro" pensé desde lo más profundo de mi ser.
"Híjole señito, es que estamos arreglando el caño, por eso huele tan gacho, se tapo y pus estaba ahí todo lleno de.... pus ya sabe de qué" Maldito señor lo odiooo.