Bueno pues si, después de aquel primer beso Chá me confundió más que nunca.
Las salidas subsecuentes eran increíbles, pero Chá actuaba como si ese beso no hubiera sucedido.
Salíamos a cenar, a andar en moto, a veces a comer, estábamos en su depa.. pero sin un beso más.
Pero algunas otras al despedirse, me tomaba de la barbilla y me besaba en los labios como nadie nunca me beso jamás.
#chingadamadre ¿y este cabrón que quiere o qué?
A veces me daba los buenos días y estaba en contacto todo el tiempo y otras tantas podía pasar el día entero y solo había un "hola".
Ay no. Ya les he dicho que yo soy la más pinche desesperada del mundo.
Yo ya quería que ese gordito fuera mi novio y este a veces daba señales de morir por mi y otras tantas me ignoraba peor que Shrek a burro cuando canta.
Pero es que los hombres son diferentes. El todo con calma y yo quería correr.
Sixtie me repetía sin parar "calma, vamos lento porque vamos lejos". Y yo pensaba sii weee pero ni que fuéramos a la Patagonia. Jajajaja.
Chá me presento a su mamá, a sus hermanas y a sus amigos. Pero yo ya no quería ser la "mira ella es Liz" yo quería ser la "te presento a mi novia Liz".
Y entonces hice la mayor tarugada de una mujer enamorada. O bueno querido público, juzguen ustedes.
Mamá ya no leas y ponte a jugar candy crush. Esto no te va a gustar 😅
Era diciembre y el año estaba por terminar. En mis años mozos era bien borrachales. Una amiga me llamo para tomarnos las últimas cervezas del año y yo gustosa acepté.
Bueno, pues ese par de cervezas terminaron siendo un cartón de cheves y una botella de tequila.
Chá me había dicho que se iba a ir a rodar. Se iría temprano a León, Guanajuato. Desayunaba y se regresaba por la tarde.
Llego otra amiga y un amigo de mi amiga. Ya estaba yo medio chiles.
Les conté de ese gordito que me traía cacheteando la banqueta, entre tequilas y cervezas y canciones entre dolidas y de amor les conté de mi confusión porque me estaban friendzoneando.
Mis amigas, ya igual de pedas que yo, pensaron que era muy buena idea alentarme a confesar mi amor por Chá.
"Es que no mamen, neta me gusta un chingo, lo quiero pa' mi novio bien. Pero ya no se que pedo, a veces creo que si y a veces creo que no" les decía yo empinándome un caballito de tequila. "Creo que estoy enamorada" *trago a la cerveza*
"We, la vida es muy corta. Si te gusta el cabrón ¡pues vas! Dile la neta. Dile así, Chá, estoy enamorada de ti. No te lo guardes tu dileeeee". Me decían muy seguras. Y en mi cabeza en ese momento todo sonó muy coherente.
Era la 1 am y era Domingo.
"Chá, ¿Cómo estás? Oye, fíjate que estoy en casa de mi amiga y pues me surgió una urgencia. ¿Crees que puedas venir?" Texteé desde mi cel.
"¿Estás bien Liz? ¿Dónde estás? Pásame tu ubicación. Voy para allá". Contestaba un Chá preocupado que pensaba que urgencia era de modo literal.
Me sentía nerviosa (y medio borracha).
Pues le mandé mi ubicación y llegó un Chá en pijama montado en su camioneta.
Me acerque a la camioneta y me subí en el copiloto. Vi su cara de molestia. Ahora se que se sintió timado. El se salió hecho la chingada de su casa porque pensó que algo malo me había pasado; y cuando llegó se encontró a una Liz tambaleante y entera, sin rasguño alguno.
Sonreí. Su cara estaba tensa.
"¿Que paso Liz?".
"Es que yo... Bueno... Necesito decirte algo". Ahora la idea de mis amigas no sonaba tan buena. Y me sentía toda una idiota... Borracha... Stopida.
"Espero realmente que eso que tienes que decir sea tan importante como para haberme sacado de mi casa a la una de la mañana en Domingo" me dijo de manera dura.
Fuck. Me sentí todavía más boba.
Allá va Liz con su verborrea:
"Pues, es que, han pasado un par de meses y yo cada día me la paso mejor contigo... Y es que pues tu eres muy guapo... ¿Te había dicho que eres muy guapo?... Y luego me besas y luego no me besas... Y entonces yo tengo que decírtelo aunque tal vez ya no sea tan buena idea... Y lo que estoy tratando de decirte es que... Chá, me vuelves loca... Y es que yo... *Suspiró de frustración* CHÁ ESTOY ENAMORADA DE TI".
Silencio... 2 minutos... Silencio...
Se quedó quieto, mirando hacia el frente. Callado. Creo que tenía sentimientos encontrados. La declaración de amor de una psicópata borracha no creo que sea el escenario ideal de nadie.
"¿Y no podías esperar a mañana para decirme?" Me dijo el de manera cortante.
Baje la mirada. Quería llorar. Pendeja, pendeja, pendeja.
Mi amiga salió y me dijo "liz ya me voy a dormir. Te quedas o te vas?".
Cha me miró y me dijo "hablemos en mi casa".
Arrancó el coche y nos fuimos a su depa.
Para ese entonces la borrachera iba descendiendo. Me sentía apenada. El camino en silencio.
Llegamos al depa y me senté en el sillón. Ya casi en sobriedad.
"¿Hablemos mañana si? Duérmete mejor"
Chá me llevo a su recámara, me extendió una pijama. "Ponte esto, eres muy friolenta". Me metí al baño y me puse su pijama.
Salí y lo miré. Le sonreí. Sonrío de vuelta.
Puse cara de perro regañado "¿Estás enojado?".
"Si. Bueno molesto. Ash. Muñeca, no estoy enojado, enojado. Solo quiero que entiendas que me preocupé, pensé que te había pasado algo. Y luego xq me dices todo esto así, con alcohol de por medio". Se veía realmente frustrado.
"Ya anda, duérmete. Mañana será otro día". Tomo otra pijama, una almohada, una cobija y se dispuso a salir del cuarto.
"¿A dónde vas?" Le pregunté medio tristona.
"A la sala Liz. Quiero que descanses y te sientas cómoda. Mañana podremos platicar y así. Se que no estás peda, pero quiero que te sientas bien".
¿Porque carajos era tan caballero? Eso lo hacía aún más adorable. Eso me hacía quererlo más.
Salió del cuarto.
¿Se acuerdan de la tucita pidiéndole agua a Pedro Infante? Pues así yo mera.