Relatos de Muerte con Sabor a Vida

Un mundo sin sombras (parte uno)

quiero agradecer a Ana Burgos y a Karen por ser una fuente de inspiracion para este relato. Gracias.

 

1

Las sombras descendían bajo el sol moribundo de un pardusco atardecer. La ventisca arrastraba el óxido del vertedero cubriendo el cuerpo de un hombre trajeado de una vieja chaqueta de cuero y una mascara filtradora de aire. Merodeaba los alrededores del vertedero tecnológico más grande del país deteniéndose frente a un objeto que despertó su interés. Utilizo de palanca una tabla reforzado de acero para quitar una placa de fierro oxidado, sin dudarlo tomo el objeto ocultándolo en el morral negro que colgaba del hombro. Apresurando el paso se movilizo por el laberintico lugar, miles de toneladas de metal y partes cibernéticas de la tercera guerra mundial reposaban y se fundían con la tierra, aun siendo inservible continuaban destrozando el planeta.

Despejo su mesa de trabajo de botellas de alcohol vacías, hurgo en los estantes del laboratorio tomando partes humanoides robóticos ensamblados y herramientas indispensables.

Paso varios días en el laboratorio con unas botellas de vino y algunos emparedados de queso rancio. Fabricar el cuerpo fue el menor de sus problemas, la piel sintética que cubriría el frio metal no llegaba a formarse escaseando los cultivos de sus células madres, uno de las últimas pruebas fue exitosa. El cuerpo estaba terminado.

Saco una cabeza robótica unida a un exoesqueleto vertebral de su roído morral negro. Sonrió cuando la deposito en la mesa.

En cuestión de horas acoplo la cabeza al cuerpo aplicándole capaz más finas de piel. Encendió los monitores mientras conectaba los cables cerebrales del androide. Los códigos y algoritmos pertenecían a la época antigua antes de la gran guerra, pocos sabían cómo operarla y lamentablemente nadie en ese país poseía aquel conocimiento. Intento hakear el sistema pero todos los comandos indicaban error.

El aire reciclado del laboratorio junto con la frustración le colmaron los nervios, bajo una pequeña manija dejando su laboratorio en penumbra.

Apenas pudo abrir las densas puertas, escapando a una sala contigua con aire pesado pero más limpio. Descendió la colina donde en lo alto se erigía su mansión, se adentró a la taberna más cercana. Dejo un anillo de oro sobre el mostrador bebiendo y comiendo por un par de semanas.

Siguiendo sus pasos y guiándose de paredes conocidas llego a su mansión. Con lerdos movimientos desbloqueo las medidas de seguridad del laboratorio, pruebas dactilares, patrón ocular, código de seguridad y contraseña con voz guiada.

Las luces se encendieron automáticamente, sintió un frio sudor recorrer su cuerpo

— creo que bebí demasiado.

La cabeza de un hombre se giró guiada por la voz, vestía un elegante traje negro con una camisa roja sosteniendo una sombrilla desenfundada tan blanca como la leche más pura.

Retrocedió algunos pasos ante el acercamiento intempestivo del desconocido. Este le ofrecio un brebaje tan azul como el más limpio mar contenido en una pequeña botella de cristal

— por favor bébaselo. Es demasiado molesto hablar con un borracho.

Sin querer tomo el frasco depositando sobre sus labios. El amargo brebaje descendió su garganta, un segundo después estaba sobrio.

— ¿Cómo entro a este lugar?— pregunto con severidad.

— Belial Corelli, para servirle— extendió el brazo ofreciendo su mano ocultado por un guante negro, al no recibir respuesta lo retiro con una sonrisa taciturna.

— Rene Default— replico acercándose a un estante cercano donde escondía un arma— ¿Cómo entro y que es lo que quiere?

Belial Corelli lo observo sonriente por algunos segundos. Una mueca fría y calculada se formo en su rostro.

— me disculpo por forzar su cerradura, sin embargo me vi obligado ya que vine en varias oportunidades y no recibí respuesta. Temía por su salud, es bueno notar que no padece de ninguna enfermedad grave, solo de un tratable alcoholismo— dirigió la mirada sobre la figura postrada en la mesa— soy un admirador de su trabajo desde hace mucho tiempo. Lo que tiene aquí es una verdadera obra de arte, aunque por lo que veo tiene problemas con el software; por suerte es la rama de mi especialidad, podría echarle una mano, claro, si desea mi ayuda.

— ¿Cuál es el costo?— dijo secamente

— ¡vaya conocedor de la vida! Pocos entienden que nada es gratis en esta realidad, esto facilitara mucho las cosas— extrajo una memoria portátil de su saco y la deposito sobre la mesa— con esto el sistema operativo podrá activarla. Solo pido su sombra a cambio.

La expresión de Rene Default fue divertida, cambiándola ante la seriedad de su acompañante.

— Está seguro de no querer dinero o joyas a cambio.

— comete un grave error al restar valor a su sombra. Puedo asegurar que será un trato justo.

— primero debo probar si el software funciona.

Belial Corelli se apartó abriéndole paso con un ademan.

El programa actuó de inmediato activando todos los sistemas, los marcadores de error se actualizaban y aceptaban los comandos. Minutos después los ojos de androide se abrieron, movía torpemente las partes de su cuerpo, como un recién nacido.



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En el texto hay: desamor, amor, esperanza y conflictos

Editado: 11.12.2021

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