A donde vayas, estaremos. Fue lo que le dijeron cuando en un acto inconsciente escupió la última imagen de aquella maldad, reventando contra una pared su cabeza. Hay dones de los cuales sentirse orgulloso, otros una calamidad.
Ellos estaban en todas partes, y Ernesto vivía con los ojos cerrados. Había contado sus desgracias a unos padres desinteresados, psicólogos, y psiquiatras que aparte de no poder ver, tampoco sabían oír. El mundo era un submundo, lleno de ellos.
- ¡Vamos contigo!. Vamos por ti. El niño constantemente escapa de ellos, pero no había salida. El episodio ocurrió en el parque, cuando ante la barbarie de esas imágenes, no midió el impulso del pánico en la alucinación, y clavo un cuchillo en la frente de su mejor amigo. Vamos contigo donde vayas. ¡No quería hacerlo!. Un crimen lo llevó a ser encerrado en un instituto. Los calmantes solo lograban apaciguar esa pesadilla unos instantes. Pero era la oscuridad misma de verlos, hasta que decidió terminar con ello. Cuando los enfermeros llegaron, era tarde.
Ahora es uno más vagando. Vamos contigo donde vayas. Otra victima lo sabe.
#516 en Terror
#2579 en Thriller
#1308 en Misterio
terror misterio, terror sucesos paranormales, terror asesinato sangre
Editado: 25.04.2024