Relatos De Terror Y Misterio

La obra perfecta.

La raza humana es un experimento agradable, comenta el doctor Fin, en cuanto corta la pierna derecha del menor, para implantarla junto a las ya tantas piernas de una obra sin concluir. Le gusta el arte, pero la frustración de la mediocridad en su falta de talento, lo llevó a otros campos relacionados a la cirugía. Eso no quita la genial idea de plasmar cuerpos deformes, para su macabra exhibición.

- No llores, pequeñita, solo haremos una incisión aquí en tu vientre para quitar lo que sobra. ¡¡¡No llores, dijeee!!! - pasa su cuchillo cortando milimétricamente la piel. Su imaginación volaba en cuanto quitaba parte de los intestinos llenos de bilis, y heces.

La niña ya esta casi desvaneciendo dirigiendo su mirada a quien era su hermano ya desollado con una piel implantada como cuero en formol.

El doctor era un buen médico. Un secreto en su privacidad. Los niños que solo fueron al consultorio por unas inyecciones. Eran sus últimas víctimas. Cuando Keni encontró camino al baño vio una pequeña anomalía que se movía. No debiste seguirla, le mencionó con una mueca burlona. Ahora el saber es conocimiento, y este, significa peligro. Los gritos no tardaron. Ana, quiso escapar, pero era tarde. La puerta bajo llave.

Soy un artista les comenta, y es hora. Las obras serán admiradas, dicen sus voces de insania. Y es hora. Niños desaparecidos, animales, seres vivos. Alquimia pura. El principal sospechoso, es un ser muy reservado y respetado. Y es hora de revelar. Cuando los medios, y la muchedumbre llegaron, la policía no pudo impedir el paso. Las fotos y la fama, no tardaron ante el espectáculo de horror. Todas sus obras. El múltiples, el desollado. Los fetos en paz, y otras tantas. ¡Admírenme! grita. Era un artista por fin, mientras alguien de la plebe ofuscado en esos tonos, tal vez por su fama, se acerca, y apretando los dientes le regala con admiración un disparo a la cabeza, en un tiro certero. Cayendo el cuerpo, la sangre escapa en un lago que tiñe todo el recinto. Un minúsculo pedazo de seso del orificio, se luce. La sonrisa del doctor es la cúspide de la perfección, formando parte de un retrato de arte sublime.

 




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