Relatos De Terror Y Misterio

Los árboles

Jimmy padece de dendrofobia. Eso fue lo que arrojó el estudio psiquiátrico. Pero deben creerme los árboles se los comieron. Esas fueron sus últimas palabras de quién fuera testigo.

 

 

En el verano fue que el grupo de jóvenes decidieron acampar. No sabían dónde, hasta que un cartel en la ruta los sedujo. Los caminos de espíritus. Se decidieron por aquel. Al llegar tendieron las carpas. Era una floresta un tanto lúgubre. Tomaron algunas ramas para el fuego. Jimmy junto a sus amigos comenzaron a notar las formas de aquellos elementos de la naturaleza. Arboles con formas amorfas. Vilma se acercó a uno y pudo percibir un aire.

 

 

Chicos vean. Corre aire por aquí!

 

 

Jimmy se acercó y poso su mano por un hueco y la quitó inmediatamente. Ya era tarde vámonos dijo Ford. Luego de terminar de cenar. Se sentaron en medio de la fogata. Coper fue el primero en notar que algo los observaba. Podía sentir la respiración. Ahora regreso. Pasadas las horas, surgió la preocupación del grupo. Vilma y Ford fueron con las linternas en su búsqueda. Jimmy aguardaría con Sandra.

 

 

Coper no aparecía, y el sonido de los búhos se manifestaba con vehemencia. Era un canto estrambótico combinado al de los grillos.

 

 

- Cuidado por ahí dice Vilma. - cuidado Ford. ¿Ford? ¿Me escuchas?.

 

 

El joven estaba paralizado. Y le señala a ella que grita con asombro. El árbol estaba devorando a Coper. Solo podía verse sus piernas a medio engullir y parte de ella escapando en pedazos. Del suelo las raíces se impregnaron en ellos. Vilma fue llevada a las garras de unas ramas que clavaron sus púas en todas sus partes estirando su cuerpo. Había sonidos ininteligibles. Ford corre desesperado por ella, pero era tarde solo quedaba retazos de Vilma. Pozo hondo comenzó absorber a Ford. Auxilio se escucha. Jimmy y Sandra van en su ayuda. Con una fogata improvisada Jimmy lo encuentra. Solo quedaba la mano de aquel hasta desaparecer. Una gran boca de madera se comenzaba a dibujar cerca de Sandra. Su cuerpo se volvía de madera. Ayúdame Jimmy. Este se acercó a ella. Una llama de la antorcha cae cerca y comienza un combustión de

 

 

fuego sobre Sandra que en minutos se quema. Las anomalías de los arboles tomaron vida.

Jimmy no tiene opción debe escapar. Corre desesperado por donde vino. Tropieza con una enredadera que lo envuelve este intenta zafarse. Su antorcha comienza a generar un fuego alrededor. Las llamas se agrandan y la soga natural lo suelta. Éste desesperado se incorpora. Ahora ve un número de plantas y árboles con figuras. El árbol de la izquierda tomaba una apariencia a Vilma con un alarido ensordecedor. Continuo sin mirar hasta llegar al automóvil. Los seres movían lentamente su andar y todo era un peligro. Las hojas en medio de la niebla ofuscaron su visión. Logró Jimmy llegar al vehículo al abrir la puerta partes humanas en formas estaban con brotes de plantas germinando nuevos fragmentos macabros. Las plantas se alimentaban de la carne. Encendió el motor y aceleró a gran velocidad. En el trajín de la desesperación chocó la trompa con un pedazo de madera. No le importó lo que hubiese producido. Algunas hojas se estampaban en el vidrio de la máquina. Al salir a ruta no miró atrás.

Los médicos aún están haciendo análisis como también la policía. No existe tal bosque, ni cartel en la ruta. Algunos lugareños orates hablan del bosque de los espíritus. Leyendas. Se cree que Jimmy es el autor material de los crímenes y desaparición.

Han pasado años y tiene una sentencia favorable. Deben creerme dice fueron los arboles continua diciendo. Al poder recuperar su libertad regresa a su casa. Su viejo auto ahí en el garaje lleno de cosas. Al verlo pudo percatarse de lo que sucedió y le generó temor. Deben creerme fueron sus últimas palabras cuando una rama lo atrapó y lo llevo al fondo de la habitación donde la germinación de un polizón en el auto creció con grandilocuencia a escondidas detrás de unas cajas.

 




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