El todo y la nada. -

Estaba colgado en la soga que apretaba su cuello, y desde allí imaginaba todo lo que el mundo le había dado. El dinero, la fama y la gloria, eran un sub universo de placeres y derroches. Estaba allí en la cúspide de lo más alto, y preguntándose, mientras se observaba fijamente, ¿por qué? El porqué era una forma de preguntar todo lo que no podía explicar, sino a través de acciones. Padre de dos hijos, y una esposa bella, millonario. Excéntrico, cariñoso, para los medios, político desmedido, lo tenía todo. Y todo lo tenía a él. En efecto el todo se había apoderado de su alma, ennegreciendo su cuerpo hasta condenarlo.

Cada día al final de sus días era una batalla, pues no había cura. El todo es la peor de las enfermedades. Tenerlo todo, hizo que todo sea su dominante, en todos los aspectos. Todo era quien se encargaba de su vida. Cuando cometió el crimen de asesinar a su esposa, e hijos, el todo le expresaba con la voz serena, de estar haciendo bien las cosas. Ahora todo, se estaba convirtiendo en nada.

Tenerlo todo, y tener nada. No tienes nada, y tienes todo. Escondió los cuerpos en un sótano de la casa, luego fue a la empresa. El brillante hombre de negocios, tenía una reunión con un político amigo. Luego daría unas conferencias ante un grupo de jóvenes sobre cómo ser exitoso en todos los aspectos.

Cansado de aquello, regreso a su casa. Los cuerpos comenzaban a descomponerse. Su cena era la mejor, propia del que lo tiene todo. Terminó de realizar algunos quehaceres, para concluir con lo que había comenzado. Fue al baño se lavó el rostro, y luego medito por sus adentros.

Y luego de verse asimismo en el espejo, no pudo percibir nada. Notaba que estaba borrosa su cara, como sus expresiones maquiavélicas. Las ojeras, y el desgarro del contorno de las líneas hacían pensar en una vejez pronta. No importaba. Todo ya estaba concluido, y no había nada.

Preparó la cuerda. La mejor de todas, para el que lo tiene todo, y la aferró a su cuello, luego arriba de la silla dejo correr la misma, y colgado pensaba como un péndulo que se movía hasta que no podía más de su depresión.

Una llamada al éxito, hizo hacerle saber que a veces tenerlo todo, significa tener nada.

La policía encontró el cuerpo del multimillonario con los cuerpos de su familia. Era un homicidio agravado, múltiple seguido del suicidio.

Nadie supo afirmar a ciencia cierta que ocurría. Pero se corría la voz en la selva de los hombres y mujeres de éste medio que había nacido un nuevo virus que dominaba la mente, y acababa con la humanidad de lo que la persona era. Algo que parecía nuevo, aunque fuera viejo.

Algo de lo cual no se puede luchar si se lo tiene todo. El todo es la nada misma dicen las paredes de la casa del multimillonario, del exitoso. Del quien en verdad es un don nadie del todo y de la nada.