Relatos De Terror Y Misterio

La cita

 

Ocurrió el día en que dijo que nos veríamos. Fue una emoción interna. Me perfumé de manera que ella se cautivara.

- Si hoy a la tarde-noche en el parque

- ¡Perfecto! Luego podemos ir a un lugar que me gusta mucho.

Nos conocimos en un chat. Su foto de perfil era cautivante. La relación se concluyó en su cúpide. Me comentó que su familia quería conocerme ¿Tu familia? ¿No es muy pronto? Hay que aprovechar el tiempo me contestó con dulzura. Entonces nos casaremos, y hasta que la muerte nos separe, le comenté riendo ¿me lo prometes? Pregunta. Te lo prometo adhiero, y confimo su mensaje.

Ahora me falta el aire y no puedo moverme. Estoy a oscuras y me buscan por doquier en los periodicos. Su familia es extraña como lo es ella, o lo que resta de ella. Les gusta la carne fresca.

La esperé en el banco del parque. Al ver una sombra con una figura exuberante mi corazón latía. Espero no haberte hecho esperar. Para nada, te vez preciosa ¿Tu crees? Pregunta tímida y esboza una risita leve. Su rostro comenzó a desdibujarse; se derretía. Mi espanto fue tal que me alejé unos centimétros de su lado por el asombro ¿Pero?, ¿pero qué? Tu dijiste que estaba preciosa. Tu dijiste hasta que la muerte nos separe, o mejor dicho nos una. Su mano huesuda tomo la mía y de inmediato arrancó unos de mis dedos. El dolor me consumió. Descuida se pondrá más interesante. En el hedor de la tierra la neblina de una noche hizo aparecer las sombras de una familia. Me mantuve paralizado. Éste es tu prometido, dice su madre. Si. ¡Quiero probar! Pronto tenía a una manada consumiéndome. A veces dejo recados cerca del banco sin que se enteren. "Tengan cuidado con las citas. Aquí en el mundo no existe la muerte, o tal vez si, y no la conocemos. Y tampoco querrán conocerla".




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.