"A veces los dueños, son premoniciones. Cuidado con lo que soñemos".
Los primeros días eran solo brotes, ahora estamos aquí sin poder escapar. Cada vez son más grandes. Y cada día devoran en su siniestra sensación de hambre a uno de nosotros. Son parte de la tierra desde el principio del comienzo.
Sin esperar mi hora, armé de todas las artimañas para huir lejos.
Estoy aquí abriéndome camino ahora entre arbustos. Entre las espinas de hojas inmensas, los cuerpos mutilados que son absorbidos en sus jugos. La maleza se extiende y no tengo donde ir. Voy corriendo a paso ligero. Escapando del horror. El suelo se abre ante mí como una trampa. Estacas resquebrajan mi cuerpo empalando la carne. Agujas que atraviesan los órganos. Solo alcanzo a poder observar como aquella planta se estira deglutiendo a otro desgraciado. Las fauces me acechan ¡¡¡Me acechan!!!
- ¡Querido despierta! despierta¿ Hablas solo?
- Si, perdona, tuve una pesadilla. Las plantas (y observa el cactus diminuto) dominaban todo, y nosotros éramos su menú.
- ¡Ahh! Deja de tonterías, y sigue durmiendo.
...........
Me acechan. ¡¡Las fauces!! ¡¡Nooo!!
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Editado: 25.04.2024