Relatos De Terror Y Misterio

La dama

Te lo digo son un misterio!. Esta historia ocurrió hace muchos años atrás en la década de principios de los 80 (continuación de una plena dictadura). Horacio que no deja títere sin cabeza. Malandra por naturaleza. Jugó su apuesta de ganarse a la dama de la casa del vivero de la esquina. Un negocio típico de plantas. En el barrio se ocultaban rumores. ¡Usted entiende! Rumores. La gente no está, ni viva, ni muerta, sino desaparecida. El verosímil cortejo de porteño fue una trampa fácil. Una cita. A la noche en la casa de la dama. Algo de sexo explicito. Omitiré los detalles del tal chamuyo que no hacen al caso. Llegada la hora lo recibió como madama de antro de tolerancia. Resumo: aún dentro de ese frívolo sitio las plantas se bifurcaban con ramificaciones. El hombre se sintió en un bosque. ¿Pensaba como se vive así?. Un ruido como de zumbidos afloraba. Éste determinó que era un panal de avispas en algún lugar de las afueras de la casa. Ambos después de cenar irían a la habitación. La mujer lo arrojó en la cama y monto su sexo como compenetrada en trance. Volvemos a omitir detalles, ahora sexuales. Era la gloria del éxtasis hasta que la sangre se rebeló desde los contornos de la vagina con gotas de semen esparcidas. El dolor de Horacio ante un pene cercenado que se desprendía. La mutación de la dama del vivero con alas en su espalda y patas peludas de un Kafka insumido de terror, y un enjambre de insectos en la habitación, que se lanzaban contra él a reclamar su parte del trato de siervos. Ella clava su aguijón, y paraliza a su presa. Luego abre su pecho y pincha cada cable del sistema nervioso. El suplicio de un terrible dolor sin anestesia, y acto final introduce sus huevos. La raza seguirá su linaje. Drogado vé con ojos desorbitados como su hijo engendrado en una noche se lo come por dentro. Mañana será otro día. Un desaparecido más en épocas de dictadura. Nadie sospecharía ante el miedo de los militares de una dulce reina de un negocio de colmenas que se cobra corderos en su matadero nupcial. Las mujeres son un misterio, por eso hermano te digo: cuidado, el próximo arrogante y altanero podes ser vos.




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