El padre creador del mundo al principio sólo fue una corriente vertiginosa de energía, luz y viento. Una vez que absorbió la fuerza suficiente de la tierra y las estrellas, tomó la forma de un ave, que poseía ciertos rasgos de persona. Daurion lo llamaba el cielo, "poderoso y creador de todo", para las aguas era Océdan "fuerte cómo la corriente, y claro como las aguas más cristalinas del norte". Glindor trazó el mundo e hizo que el viento resople hacía todas direcciones; también esparció la vegetación y pintó las rocas grises. Glindor, padre de todo, creó las primeras especies de seres vivos. La tierra se hacía cada vez más compleja y aún para el ser más divino era difícil ocuparse de todo al mismo tiempo, es por eso que le dio inicio a sus más preciosas creaciones: Las aves Duth. Tuvieron muchos nombres en la historia y entre las especies; para los dragones eran las aves de Glindor, para las personas aves ancestrales, pero en el pasado se las conocía cómo Aymará que significa "hijas del divino".
Las aves Duth habían heredado grandiosos poderes y eran, al principio, tan radiantes que cualquiera que las mirase directamente a los ojos, estaba condenado a perder la visión por varios días. Por esa razón, estuvieron al principio escondidas en los lugares más recónditos del planeta hasta que lograron estabilizar sus dones. Glindor mientras tanto continuaba creando y ocupándose del mundo, el era aún más luminoso que sus creaciones: se decía que volaba alto, y su aspecto desde el suelo era similar al propio sol. Glindor, en la lengua antigua significa "hijo del sol".
Hay muchos rumores sobre el final de Glindor, el que vivió cientos de miles de años. Algunos estiman que no murió, sólo que sus poderes se agotaron con el pasar del tiempo, pero afirman que este continúa volando por los cielos cómo una corriente invisible. Otros dicen que se disolvió, y se dividió en al menos cinco partes, ya que su presencia no se borra ni se apaga. En las tres Mayas, por ejemplo, los Elfos sostienen la teoría de que Glindor anunció su propio fin creando a sus segundas hijas: Las Dór Maha. Cómo cantos de mujeres gloriosas, y reducidas a un susurro suave de brisa, estas viajan por todas las direcciones resoplando junto al viento y pintando las cuatro estaciones..