Reloj

Tiempo

5 minutos antes.

  El auto se acerca; parece que no puede parar; el sujeto está enfrente ¿habrá una colección?, ¡Tomas no puede moverse!, está sorprendido —¡la adrenalina le recorre! Ante el peligro inminente—. El conductor logra girar el volante —los espectadores esperan una catástrofe—, al girar se dirige hacia donde está Tomas a la misma velocidad de antes, ¡lo va a arroyar!, el sujeto puede ver a un joven parado, en show, en frente del auto. Intenta frenar con todas sus fuerzas, usa el freno de mano; sigue girando el volante para esquivarlo ¿por qué Tomas no se mueve? Tal vez es el pánico. El sujeto del auto cierra los ojos… Tomas está asustado, no sabe qué hacer; cierra los ojos por un momento, su cuerpo se tensa, es tal que sin querer… presiona…

  (no ocurre nada) un silencio muy tranquilo gobierna el lugar —al menos así lo percibe Tomas—. No entiende que sucede, ya debería haberle atropellado. Está todo muy tranquilo, abre los ojos lentamente, y logra ver el auto paralizado, las personas se encontraban congeladas, en su expresión mostraban un poco de impresión, alguna de ellas ni estaban viendo, como que no se habían dado cuenta del infortunado incidente. pero Tomas reaccionó al darse cuenta de que lo que estaba viviendo era teóricamente imposible. En el cielo las aves congelaron su vuelo, parecían casi que flotaran, el conductor del auto, con los ojos cerrado se encontraba, y parecía que no podía salir de ese estado.

    —pero, ¿qué? —dice Tomas en un estado de impresión, observando todo su panorama congelado como si de una escena cinematográfica se tratase.

  Empieza a caminar lento, en medio de las personas; los observa detenidamente. Puede apreciar sus rasgos faciales, (los que tenían en el momento que ocurrió el inexplicable incidente). Observa como algunos lucen sorprendidos al ver lo que parecía un accidente. Es muy extraño ver el mundo desde una perspectiva tan así. 
Comienza a pensar que se ha vuelto loco. Intenta ponerte en la posición de Tomas, ¿tú, qué pensarías?

  Tomas se dirige hacia el auto, para ver al tipo que lo conducía; se percata de que el hombre se encontraba en una posición comprometedora en la cual podía hacerse demasiado daño. No sabia si lo que estaba viviendo era real; pero, si existía la mínima posibilidad de que así lo fuera, le gustaría ayudar a que el hombre no se lastimara en gravedad. Así que se dispone a cambiar su posición para que el daño no fuera letal. luego de eso, se dio cuenta de que el personaje que había provocado el accidente no estaba; si todos estaban congelados él también lo debería de estar. Sin embargo, no era así. ¿A dónde pudo haber ido? —Como sea —dice Tomas agitando la cabeza—, tengo algo más importante que hacer. Primero debo averiguar qué ocurre aquí.

  Una vez hecho esto, se dispone a caminar por el lugar indagando más. Puede concluir que efectivamente todo estaba congelado, y no había señales de el por qué. Lo más curioso es que a él no le afectaba ese estado de parálisis entonces ¿por qué?
Por alguna razón, recuerda que momentos antes de que todo pasara él había presionado accidentalmente el botón del reloj, debido a la tensión del momento. Reloj curo origen aún era un misterio ¿podría ser qué ese artefacto fuera el responsable de lo que estaba sucediendo?
Por alguna razón esa idea se le vino a la mente, pues desde que se encontró el reloj, habían pasado cosas muy extrañas; como el incoherente desplazamiento del tiempo o aquella casa misteriosa; eso y otros sucesos que se venían dando, dejaba mucho que pensar.

  Si era así, tal vez todo podría regresar a la normalidad con presionar de nuevo el botón —pensaba Tomas—; pero, es ilógico, ¿cómo un simple reloj podría tener tal efecto? Bueno, tampoco es que lo que este sucediendo sea muy lógico ¿no? Supongo que no queda de otra que intentarlo.

  Se prepara para presionar el botón, se encuentra a la expectativa, y… espera. Aún no, si llega a ser cierto que este botón tiene tal efecto, y suponiendo que todo vuelva a retomar su curso, eso significa que las personas presentes podrían ver a un chico aparecer de la nada, pues antes de que todo esto pasara él no estaba aquí. Eso sería un escándalo.

    —Ya tengo suficiente con todo lo que ha pasado.

  Tomas se dirige a un lugar discreto; donde nadie pueda verle “aparecer de la nada” mientras se asegura de que el lugar tenga una buena perspectiva para poder examinar si el experimento funciona. En eso encuentra un pequeño rincón entre unas edificaciones por el cual se podía obtener una buena vista de la plaza.

  Está preparado para cualquier reacción, no espera que algo pueda pasar; pero en este momento todo es posible.

3… 2… 1… presiona…

  Tomas queda perplejo, lo menos esperado ha ocurrido…
De la nada todo empieza a retomar su normalidad: las aves retoman su vuelo, las personas que andaban siguen caminando, los arboles vuelven a agitar sus ramas, incluso el viento, que en ese estado no podía sentirse, vuelve a retomar su curso. ¿Cómo podía ser esto posible? Estamos hablando de un artefacto que puede ralentizar el tiempo.

  Tomas apenas puede asimilarlo, se queda viendo el reloj como quien mira un bicho raro; pero a la vez siente una corriente por su cuerpo semejante a la euforia de haber descubierto algo muy grande. Tenía en sus manos quizás el mayor artefacto que pudo haber existido en todos los tiempos; el control del tesoro más preciado por la humanidad, una de las pocas cosas que no se puede comprar con ningún tipo de riqueza; no discrimina razas o especies y atiende a todos por igual: el tiempo.




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