Esto lo escribi solo una vez, debe tener muchas incoherencias y no lo revise, perdon por eso, si es posible aun no lo leas, voy a arreglarlo en los proximos dias.
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15
-Yo… si quiere puedo a cambio de uno de sus trajes.
-La ropa que hacemos aquí es sobre pedido, toda la tela es utilizada e incluso a veces nos falta, no tengo un conjunto nuevo –dijo con pesar –pero tengo uno usado, lo hice para el cumpleaños de mi hijo, si quieres puedes probártelo, o podemos preguntarle a las demás si tienen algún conjunto para ti.
Joule acepto su propuesta y se probó un traje blanco y dorado de niño que se veía muy bien en su cuerpo, incluso tenia botas a juego que, sumado a sus brillantes ojos grises, la hacían brillar. Luego de aceptar el trato la mujer la ducho con esmero, frotando con fuerza y perfumando su cuerpo con unas flores que Minxuan trajo del bosque. Los tres fueron a dormir temprano y se despertaron apenas salió el sol, y después de ser vestida pulcramente la mujer la acompaño hacia un extraño auto viejo donde los paquetes y telas eran transportados.
Joule también se dio cuenta de la pequeña cantidad de dinero que recibían las mujeres por su excelente trabajo. El hombre que transportaba la carreta no era tan viejo pero si era muy antipático, solo cuando todo el grupo de mujeres se unió para pedirle que la llevara con él y de que Joule le pagara con algo del pequeño tesoro que los arboles le dejaron en una bolsa vieja, misma bolsa que la mujer cambio por una funda de tela rosada, acepto a regañadientes.
A parte de su uniforme también dejo unas pocas golosinas que tenía olvidadas en los enormes bolsillos de su suéter, un esfero con un conejo encima, dinero que no le servía y un broche para cabello de Elisa, aparte de la ropa la mujer también le dio unas pocas monedas raras que guardo en su bolsita.
-Si algo sale mal puedes volver aquí. Si dudas de alguien solo aléjate de él.
-¡Gracias por todo!
-¡No te acerques mucho a otros nefilims! ¡No debes confiar en cualquiera!
-¡Esta bien!
-¡Te deseo suerte, pequeña Joule!
-¡A usted también!
En su camino encontró pocos autos igual de raros y carretas pintadas de colores, muchas de ellas jaladas por personas en lugar de animales, la mayor parte de las personas caminaba o corría.
Llego a la ciudad tres horas después. Pudo ver el lugar claramente cuando el auto llego a la cima de una montaña. El lugar estaba completamente por montañas que lo ocultaban del mundo y era una mezcla perfecta entre lo antiguo y lo moderno.
Desde donde estaba podía ver casi todo el lugar, altos edificios en colores rojos y dorados, casi todos tenían al menos veinte pisos y entre ellos estaban conectados por puentes en el aire. Las calles eran espaciosas y en su gran mayoría peatonales ya que todos parecían preferir caminar, solo las calles laterales estaban disponibles para los automóviles, los únicos que atravesaban las principales calles eran tranvías que parecían fungir más como atracción turística que como medio de transporte.
También había un rio vasto que atravesaba la ciudad y estaba tan bien cuidado como el resto de la ciudad que la hacía parecer irreal, muy diferente a la normalidad de San Vicente.
Todo era llamativo y destilaba una aire de grandeza, sin embargo entre todo eso lo que atraía instantáneamente la atención de cualquiera era el enorme castillo en la cima del montaña mas grande.
Y a medida que se acercaba solo se iba haciendo más grande.
El viejo antipático quiso desecharla apenas llegaron a la ciudad. Joule solo hizo oídos sordo a sus groseras frases en chino, la mujer le advirtió muy bien mientras la vestía, si se bajaba podía ensuciarse y sucia no la dejarían entrar, además como las ropas que llevaban eran de alta costura lo más seguro era que se acercaran al castillo, así que se aferró al banquito en el que estaba hasta que poco a poco se acercaron a la montaña.
-¡¿No me entiendes?! –grito el hombre en español -¡Ya llegamos!
Joule no necesito otro grito y se bajó antes de que la gente que iba a llevarse los paquetes la viera, se escurrió por el lugar rápidamente evitando a las personas, buscando algún lugar donde pudiera comenzar a subir la larga escalera que llevaba al castillo.
Aunque el castillo era la edificación más grande y majestuosa, todas las rocosas montañas estaban llenas de edificaciones enormes y esplendidas construidas en las empinadas laderas.
Cuando llego al pie de la montaña donde estaba el castillo y encontró la escalera que la llevaría a la primera mansión que tendría que pasar antes de llegar a la cima, se quedó muda.
Aún era medio día y no vio a nadie cerca, por suerte el día anterior fue bien alimentada y no sintió mucha hambre, por lo que se tomó todo con calma y analizo la situación, si los arboles le dieron dos días eso solo podía significar que el baile y el juego del rey eran ese día, así que en su mente solo tenía que llegar al castillo y colarse, lo que no conto fue que al final esa montaña era… una montaña, el castillo estaba tan en lo alto que las nubes la cubrían y el número de escalones y mansiones que cubrían la montaña eran tantos que probablemente Joule no podría contarlos todos sin marearse.
Justo cuando estaba entrando en depresión un adolescente apareció a su lado, aunque era tan alto como un adulto su rostro aún era joven y solo por su porte digno Joule lo reconoció como un nefilim. El adolescente miro a su alrededor y luego al castillo, ignorándola por completo.
El vestía una ropa muy fina que lo hacían resaltar, pero incluso sin eso, eran tan guapo que Joule sintió que los actores de las telenovelas de Jenny no podían igualarlo.
El adolescente la ignoro en todo momento y Joule tuvo que dejar de sorprenderse por su cara y concentrarse en su plan, cuando el joven comenzó a subir las escaleras ella se apresuró a alcanzarlo y lo tomo de la mano para llamar su atención mientras ponía una miraba lamentable.