Capítulo 772: Rompe las muñecas de Zheng Wenmei

El Grupo Hetian es un grupo empresarial bien conocido con más de 10 mil millones de yuanes en activos en la ciudad B. Aunque no se encontraba entre las familias de alto nivel en la ciudad B, la gente común como la gerente Ding no se atrevería a molestarlos. Fue muy fácil para ellos tratar con ella.

La gerente Ding permaneció en silencio; todavía se mostraba reacia a ceder a la presión. Sin embargo, ella no era la jefa de este salón de belleza, por lo que temía que pudiera causarle problemas a su jefa y tampoco conocía los antecedentes familiares de Gu NIng, por lo que también le preocupaba que no le haría ningún bien a Gu Ning si molestaba a la familia Zheng.

Al ver que la gerente Ding estaba asustada, la Sra.Zheng estaba complacida. -”Señorita, creo que es mejor que se dé por vencida ahora mismo y podemos perdonarla”, le dijo a Gu Ning.

-”¿Ah, de verdad?” Gu Ning preguntó, pero no parecía asustada en absoluto. -”Tengo curiosidad por saber qué harás si no estoy dispuesta a rendirme”.

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La Sra.Zheng y la Srta.Zheng se enfadaron de inmediato.

-”¡Cómo te atreves a actuar contra la familia Zheng!”. La señorita Zheng levantó la voz.

-”No estoy actuando en contra de la familia Zheng, pero tú estás actuando en mi contra. No creo que la familia Zheng tenga derecho a quitarle las cosas a los demás”. Dijo Gu Ning.

-”Tú…” Para sorpresa de la señorita Zheng, Gu Ning no le tenía miedo a la familia Zhen en absoluto. Se sintió humillada y se enfadó aún más. -”¡Tienes que reiniciar a él, estes dispuesta a hacerlo o no!”.

Gu Ning se burló, pero no dijo una palabra y luego firmó el contrato.

Al ver eso
La señorita Zheng corrió tratando de quitarle el contrato. Ella, por supuesto, ni siquiera tocó la esquina.

-”Ya he firmado el contrato. Si la Parte A incumple este contrato, debe pagar por daños y perjuicios”, Gu Ning sacudió el contrato en su mano con una sonrisa orgullosa.

-”Tú…” La Sra.Zheng y la Srta. Zheng estaban furiosas ahora.

-”Gerente Ding, deme el contrato. Rómpelo en pedazos y podemos firmar uno nuevo”, ordenó la Sra.Zheng.

Aunque Gu Ning ya había firmado, la Parte A aún podría romperlo. Solo necesitaban pagar por los daños y perjuicios.

Como Gu Ning ya había firmado el contrato

La gerente Ding aceptó el resultado y le dijo a la señora Zheng: -”Sra.Zheng, me temo que no puedo. Si sigues gritándonos, llamaré a la policía”.

-”Tú…” La Sra.Zheng se sorprendió de que la gerente Ding se atreviera a amenazarla.

-”¿Llamá a la policía?” La Sra.Zheng dijo con frialdad. -”¿Crees que la policía te ayudará? ¡En tus sueños! ¡Gerente Ding no nos tiene miedo!. ¿Qué hay tu jefa? ¿Dónde está tu jefa? Necesito conocerla y decírselo en persona. No creo que ella se atreva a molestarnos”.

-”Lo lamento. Nuestra jefa se fue al extranjero y no puede reunirse contigo en este momento. Estoy completamente a cargo de esto, señora Zheng”. La gerente Ding hizo todo lo posible por mantener la calma, pero en realidad no tenía confianza en sí misma.

-”Señora Zheng, señorita Zheng creo que es mejor que se vayan antes de que pierda los estribos, de lo contrario no podrán soportar el resultado”, Gu Ning les advirtió. Estaba lista para darles una lección. No había necesidad de ser educada con la gente grosera.

La advertencia de Gu Ning fue bastante provocativa en los oídos de la Sra.Zheng y de la Srta.Zheng.

-”¡Cómo te atreves!” La señorita Zheng corrió hacia Gu Ning y levantó la mano para abofetear a Gu Ning. Sin embargo, era imposible para ella lastimar a Gu Ning. En el momento en que levantó la mano, Gu Ning agarró su muñeca y se la rompió sin dudarlo.

-”¡Ah!” La señorita Zheng nunca había sido tratada así antes e inmediatamente gritó de dolor.

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Todos se sorprendieron. No era fácil romperle la muñeca a una persona en un segundo.

La gerente Ding pronto se dio cuenta de que la familia de Gu Ning debía ser más influyente que la familia Zheng, si Gu Ning se atrevía a romperle la muñeca a la señorita Zheng. Si no, Gu Ning debía ser una chica ingenua. Sin embargo, Gu Ning era una joven muy madura, por lo que no podía ser tan ingenua.

De cualquier manera ya pasó y la gerente Ding solo podía esperar que la familia de Gu Ning fuera más poderosa que la familia Zheng para que ella y el salón de belleza pudieran estar a salvo.

-”¡Wenmei!” La Sra.Zheng estaba asustada.

Gu Ning dejó ir a Zheng Wenmei y la Sra.Zheng corrió para apoyarla sin demora.

-”¡Mamá, me duele mucho la mano!” Zheng Wenmei lloró, como si se estuviera muriendo.

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Así que esto fue lo más doloroso por lo que jamás había pasado.

-”¡Pequeña zorra! ¡Cómo te atreves a lastimar a mi hija! ¡Te mataré!” La Sra.Zheng perdió la razón y gritó, atacando a Gu NIng.

Gu Ning solo se burló con despreció y se alejó un poco, luego puso su pie en secreto delante de las piernas de la Sra.Zheng. La Sra.Zheng tropezó y cayó sobre el sofá. Sin embargo, aunque cayó en el sofá, golpeó una esquina dura y también gritó de dolor.