Capítulo 784: Un trípode de bronce cubierto de Yin

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Du Laifeng tenía suficiente dinero para comprar bienes e incluso encontró una fuente para comprarlos. ¿No tenía miedo de que esos matones le causarán problemas otra vez? No estaba dispuesta a ver a Du Laifeng volver a administrar bien la tienda

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La madrastra de Du Laifeng (que se llamaba Li Fengxia), llamó al líder de los matones que había contratado para que hicieran cosas por ella.

-”Niu Ge, Du Laifeng acaba de recibir un nuevo lote de productos en su tienda. ¿Cuando estás libre? ¿Puedes ayudarme a dañar su tienda?” Preguntó Li Fengxia.

-”¿De verdad?” Niu Ge se sorprendió. -”No hay problema. Mientras puedas pagarnos como siempre, iremos allí ahora mismo”.

-”Claro, te transferiré el dinero una vez que esté hecho”, dijo Li Fengxia con una sonrisa.

Li Fengxia les pagaría a esos matones 3 mil yuanes. Después de todo, no eran miembros de ninguna pandilla, por lo que la paga no era alta.

Tres mil yuanes fueron suficiente para que los cinco disfrutaran de una noche bebiendo y con chicas, por lo que estaban dispuestos a aceptar este trabajo.

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 ̶C̶u̶a̶n̶d̶o̶ ̶G̶u̶ ̶N̶i̶n̶g̶ ̶l̶l̶e̶g̶ó̶ ̶a̶ ̶l̶a̶ ̶c̶a̶l̶l̶e̶ ̶d̶e̶ ̶a̶n̶t̶i̶g̶ü̶e̶d̶a̶d̶e̶s̶

Fue primero al baño de mujeres y sacó una maleta. Después de eso, caminó hacia la tienda.

Esta vez no usó sus Ojos de Jade para escanear las antigüedades colocadas en los puestos al borde de la carretera, pero aún así, todavía sintió una antigüedad real.

Ella lo sintió, no lo vió. Sin embargo, no fue algo bueno, porque una antigüedad real normal solo se podía encontrar con sus Ojos de Jade y ella solo podía sentir el Yin.

Gu Ning miró en dirección del Yin de inmediato y usó sus Ojos de Jade al mismo tiempo.

Había un trípode de bronce en el suelo frente a un hombre de mediana edad.

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Gu Ning pensó inconscientemente que podría haber venido de la antigua tumba que había visitado la última vez.

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Los sepultureros vendían antigüedades que habían encontrado por todas partes. Además, no era común encontrar un bronce cubierto de Yin, por lo que Gu Ning tuvo ese pensamiento.

También era posible que el bronce procediera de otra tumba antigua.

Otro hombre de mediana edad y un anciano estaban revisando el trípode de bronce. Parecía que estaban muy interesados en ello.

El vendedor, en cambio, no parecía encontrarse bien y era evidente que su salud se veía afectada por este trípode de bronce.

Gu Ning avanzó y se detuvo a su lado, pero no dijo nada todavía. También notaron a Gu Ning, pero era común estar rodeado de otras personas en esta calle.

-”Maestro, ¿qué piensas?”, preguntó el hombre de mediana edad al anciano.

-”Creo que es una buena decoración”, dijo el anciano.

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Estaba seguro de que era muy probable que este trípode de bronce fuera real. La razón por la que no lo dijo en voz alta fue que el dueño del puesto podría arrepentirse si descubriera que era una antigüedad real.

-”Son 30 mil yuanes, ¿verdad? ¿Quieres efectivo o transferencia?”, preguntó el hombre de mediana edad al vendedor.

-”Transferencia por favor”, dijo el dueño del puesto. No era seguro llevar tanto dinero en efectivo.

-”No hay problema”, dijo el hombre de mediana edad y luego le pidió al dueño del puesto su cuenta bancaria.

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El vendedor recibió el dinero y el hombre de mediana edad junto con el anciano se fueron con el bronce, seguidos por Gu Ning.

 ̶D̶e̶s̶p̶u̶é̶s̶ ̶d̶e̶ ̶s̶e̶g̶u̶i̶r̶l̶o̶s̶ ̶d̶u̶r̶a̶n̶t̶e̶ ̶u̶n̶o̶s̶ ̶1̶0̶ ̶m̶e̶t̶r̶o̶s̶

Gu Ning abrió la boca; -”Por favor, espere un segundo”.

El hombre de mediana edad y el anciano se detuvieron y luego se giraron para mirar a Gu Ning. -”Jovencita, ¿en qué puedo ayudarla?”, dijo el anciano.

No se sorprendieron al ver a Gu Ning, porque reconocieron que ella era la chica que estaba a su lado en ese momento.

Gu Ning sonrió. -”Hola, lamento mucho detenerte, pero, ¿eres un experto en antigüedades?”.

Era una pregunta, pero Gu Ning sabía la respuesta.

-”Jajajajajaja, tienes razón. Trabajo en la industria de tasación de antigüedades”, respondió el anciano.

-”Bueno, tengo varios objetos conmigo. ¿Te importaría echar un vistazo?” Preguntó Gu Ning educadamente.

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Los ojos del anciano se iluminaron. Como experto en antigüedades, lo que más le gustaba era la tasación de antigüedades.