Capítulo 801: No depende de ti

Sus hijos con Lu Qiuting, sin embargo, eran vagos y solo sabían cómo gastar dinero porque vivían una vida rica, lo cual era molesto a sus ojos.

No era justo decir que no le gustaban sus hijos con Lu Qiuting. No tenía intención de castigarlos a pesar de que descubrió lo que Lu Qiuting le había hecho a su amada mujer hace muchos años, pero también era cierto que no se llevaban bien con ellos debido a sus personajes.

Wang Yunping también se sentía orgullosa de su hijo, pero todavía tenía emociones encontradas. ¡Después de todo, no había ninguna madre que no quisiera que su hijo viviera una buena vida!.

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Wang Zesheng miró a Feng Pinghui con cara fría: -”No me importa si eres mi padre biológico o no. Ya que mi madre te dijo que no interfirieras en nuestras vidas, por favor vete ahora. Podemos confiar en nosotros mismos para vivir”.

Aunque anhelaba tener un padre, se negó a aceptar a un padre que ya tenía una familia con otra mujer. No podría ser más importante que su madre en su corazón.

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Feng Pinghui no dijo nada más. Le dejó a Wang Yunping su tarjeta de presentación y le dijo que lo llamara cuando necesitara ayuda. En caso de que huyeran, Feng Pinghui dejó a alguien para que los espiara y una vez que quisieran alejarse, él lo sabría.

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Sabía que tenía que regresar y divorciarse de Lu Qiuting.

Como Wang Yunping se negó a aceptarlo porque tenía una familia, se divorciaría antes de venir a visitarla otra vez. Para entonces, ella podría aceptarlo.

Después de que Feng Pinghui se fue, Wang Yunping también parecía distraída.

-”Mamá, ¿qué pasa?” Preguntó Wang Zesheng preocupado.

-”Zesheng, ¿estás dispuesto a aceptar su ayuda?” Preguntó Wang Yunping.

-”Mamá, para mí él no es importante y no me importa. Sólo me preocupo por ti”, dijo Wang Zesheng.

Wang Zesheng también quería obtener una mejor educación y vivir una vida mejor, pero se preocupaba más por los sentimientos de su madre. Todo dependía de Wang Yunping.

Wang Yunping conocía muy bien a su hijo, así que dejó de hablar de eso y fue a preparar la cena.

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Lu Qiuting compartió una agradable cena con sus amigas después de realizarse un tratamiento facial en un salón de belleza. Hasta ahora había sido un buen día para ella, pero no tenía idea de que no duraría mucho.

Feng Pingui pidió ayuda a su abogado para redactar un acuerdo de divorcio en el momento en que abandonó la casa de Wang Yunping.

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Ya eran las 8 pm y todos los miembros de la familia Feng estaban en la casa. Lu Qiuting regresó a casa un poco antes que Feng Pinghui y ahora estaba discutiendo con Tong Wen en el salón.

-”¡Qiuting, no puedes malcriar así a tu hijo! Deberías enseñarle lo que está bien y lo que está mal y castigarlo cuando haya hecho algo mal. ¿Cómo puedes dejar que tu hijo haga lo que quiera sólo porque es joven? ¡Mi sobrino también es joven e incluso es 3 años más pequeño que tu hijo! Tu hijo empujó a mi sobrino. ¿No debería disculparse?” Tong Wen miró a Lu Qiuting. Un niño de unos 11 años lloraba en sus brazos.

Los padres del niño, el hermano mayor y la cuñada de Tong Wen asistieron a un funeral hoy y no era apropiado que llevaran a su hijo con ellos, por lo que le pidieron ayuda a Tong Wen y lo recogió un rato después. Sin embargo, al hijo de Lu QIuting no le gustaba el chico y lo empujó a propósito, lo que enfadó a Tong Wen.

-”Tú…” Lu Qiuting estaba enfadada, pero no sabía cómo protestar, porque en primer lugar era culpa de su hijo. -”Pingjie, discúlpate con él”.

-”¡No!” El hijo de Lu Qiuting, Feng Pingjie, se negó de inmediato.

-”Lu Qiuting, mira a tu hijo. El negocio de la familia Feng se arruinará en manos de tu hijo si él se hace cargo de él” Tong Wen creía que el hijo y la hija de Lu Qiuting estaban muy 

malcriados.

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Lu Qiuting se puso nerviosa y le gritó a su hijo: -”¡Pingjie, discúlpate ahora!”.

-”No lo hice a propósito. ¿Por qué debería disculparme?” Contestó Feng Pingjie. Se negó a disculparse e incluso mintió.

-”Tú…” Lu Qiuting no sabía qué debía hacer ahora. Ella ya había malcriado a su hijo y su hijo no le tenía miedo en absoluto.

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Feng Pinghui entró.

-”¡Cariño!” Lu Qiuting se adelantó para darle la bienvenida a casa sin demora, pero Feng Pinghui le dio una mirada fría y evitó sus brazos.

Lu Qiuting se quedó callada por un segundo y se sintió avergonzada. No entendía por qué Feng Pinghui parecía tan frío hoy.

Feng Pinghui caminó al lado de Lu Qiuting hacia el salón.

-”Firma este acuerdo” Feng Pinghui sacó un documento de su maletín.