Gael Miller.
─ ¿A qué cine iremos? ─preguntó Isa después de un rato en silencio.
─ A uno que está a unos kilómetros de la ciudad.
Ella asintió y de reojo observé como jugaba con un hilo de su campera, durante todo el dia había tenido dos ideas para que ella pudiera sentirse cómoda en cualquier ambiente.
Cuando llegamos al cine, acomodé mi auto en un lugar libre en el estacionamiento, venía gente aquí pero comparación de la ciudad venía menos cantidad, me quité el cinturón y bajé junto a ella.
Me acerqué y observé como se acomoda la gorra que le había dado.
─ ¿Lista? ─le pregunté a lo que ella asintió.
Sonreí y tomé su mano para entrar al lugar, y caminar hasta formar una de las filas que vendían palomitas.
─ ¿No sería mejor comprar primero la entrada? ─me cuestionó.
─ Si, pero tengo otro plan, ¿cuáles te gustan?
─ Las dulces yo invitó.
─ No, yo te invité yo pago.
Tire suavemente de su mano hasta acercarme a la cajera y pedirle dos potes medianos dulces y dos gaseosa, saqué dinero y pagué.
Le di sus cosas para luego tomar lo mío.
─ ¿Qué género quieres ver? ─nos acercamos a la cartelera para observar los títulos.
─ Alguna de acción, ¿a ti te gustan?
─ Por mi esta bien, vamos a pedir los boletos.
Me acerqué a pedir ambos boletos y le tendí mi tarjeta, tomé los dos papeles y le hice una seña para que me siguiera.
Caminamos por el pasillo vacío lleno de pequeñas luces azules, entramos a una sala vacía y me subí a la última fila para sentarme junto a ella en los asientos del medio.
─ Creo que me estoy arrepintiendo de comer esto, no tiene ninguna caloría ni nada. ─me susurró quitándose la gorra con cuidado.
─ No te pasara nada, lo prometo. ─le aseguré.
Isa se acomodó en el asiento y agarró algunas palomitas para llevarlas a su boca.
─ Creo que te has tomado en serio cuando te dije que no haya mucha gente. ─me dijo cuando las luces comenzaron a apagarse.
─ Lo he hecho y por eso pedí que cerraran la sala. ─le confesé dándole un sorbo a mi gaseosa.
─ ¿Qué?, ¿Por qué has hecho eso? ─me pregunto observándome.
─ Querias privacidad y eso te he dado ─sonreí y la miré. ─. Aquí es donde me agradeces y luego me besas.
─ Si iba agradecerte pero no voy a besarte.
─ Ya veremos.
Mire la pantalla que comenzaba a dar varios avances de distintas películas, sonreí de lado cuando seguía mirándome.
─ ¿Qué tienes? ─la observé.
─ Nada.
Se acomodó en el asiento mirando la pantalla, mordi suavemente mi labio e hice lo mismo viendo como empezaba la película.
Probablemente podría hacer cualquier cosa por ella, pero ya no dejaría que vuelva a elegir alguna película ya cuando iba por la mitad me di cuenta que era una completa mierda.
Mientras que a mí me aburría, Isa parecía estar interesada en la trama y traté de hacer lo mismo pero no funcionaba, era aburrida no tenía sentido ni la mitad de las escenas.
Sentía que en cualquier momento iba a dormirme, pero sentí una leve presión en mi hombro, dejé de mirar la pantalla para observar como Isa acomodaba su cabeza en mi hombro.
Sonreí y dejé un suave beso en su cabello, cuando la película terminó y empezaron a aparecer los créditos pensé que se había dormido hasta que se incorporó y me observó.
─ ¿Te ha gustado? ─me preguntó con una sonrisa.
─ No, estuvo horrible. ─le solté con sinceridad provocando que se ría.
─ A mi si me ha gustado.
─ Tienes gustos horribles entonces.
─ No creo. ─sonrió.─. ¿Qué haremos ahora?
─ Podemos ir a comer a algún lado.
─ De acuerdo, pero yo pago esta vez.
─ Esta bien. ─acepté sabiendo que no iba a dejarla.
Iba a levantarme del asiento, pero sentí como tomaba mi brazo y se volvía a acomodar en mi hombro.
─ No quiero irme todavía. ─murmuró.
─ ¿Por qué?, ¿estas bien? ─le pregunté.
─ Si, sólo me gusta tenerte cerca.
Sonreí sabiendo que el sentimiento era mutuo, no tardó mucho en volver a acomodarse en su asiento y mirarme fijamente.
─ Gracias por traerme aquí.
─ No fue nada. ─le respondí.
Ella se levantó de su asiento e iba a hacer lo mismo pero dicha acción desapareció cuando se sentó en mis piernas, automáticamente mi brazo abrazó su cintura. Ni siquiera me dio tiempo a procesar bien lo que iba a hacer cuando sentí que presiono sus labios sobre los míos.
Tardé unos segundos en que mi cerebro recibiera toda la información, cuando finalmente caí en que realmente estaba pasando le seguí el beso siguiéndole su ritmo, cerré los ojos disfrutando del momento.
No era ni muy brusco, ni muy lento, sus labios eran suaves y podía sentir levemente el sabor de la gaseosa, no iba a iba ser yo quien adelantara las cosas, quería que ella se sintiera cómoda.
Isa se acomodó suavemente en mis piernas y acaricie su cintura para sentirla un poco las cerca, mientras nuestros labios se movían al mismo ritmo, yo sentía que podía ahogarme en azúcar y morir feliz.
Cuando ambos nos quedamos sin aire en los pulmones fue ella quien se separó primero. Sentí que se iba arrepentir de lo que pasó e iba a salir corriendo, pero en vez de eso se apoyó en mi pecho escondiendo su rostro en mi cuello.
─Lo siento si te molesto. ─susurró.
─ No lo ha hecho, de hecho me ha gustado.
Acaricie suavemente su cabello y deje un beso en su frente. No se cuanto tiempo estuvimos así, hasta que ella se movió y se levantó de encima, me levanté junto a ella, y tomé su balde de palomitas vacío y me acerqué a un tacho para tirarlos, cuando se terminó de acomodar la gorra, tomé su mano y salimos de la sala.
No era tan tarde como parecía, había varias personas haciendo fila, abracé a Isa por sus hombros, y caminamos a la salida para ir al auto.
─ ¿Qué quieres comer? ─le pregunte cuando me termine de poner el cinturón, observé como se quedaba pensativa por unos segundos.