Reputación Oculta

Capítulo 22.

Isabella Jones.

Apenas abrí los ojos noté que estaba sola en la cama, me quedé unos segundos tratando de terminar de despertarme y observar a mi lado con una pequeña esperanza de encontrar a Gael, pero no había nadie más en ma habitación como tampoco estaba su ropa.

Aparte las sábanas y me coloqué ropa para ir directo al baño y empezar a prepararme. Tarde poco minutos en terminar de arreglarme, salí de la habitación y escuché como mi móvil sonaba por la llegada de mensajes iba a acercarme pero varios toques en mi puerta me hizo apartarme para abrir y observar a Ian.

─ Hola isabellita.

─ Hola Ian.

─ Gael y Thomas se fueron con stefan. ─note como miraba sus zapatillas. ─ ¿Quieres desayunar conmigo?

─ Claro.

Me aparté de la puerta y agarré mis cosas para salir junto a él.

─ Stefan también dijo que no podemos salir del hotel por unas horas.

Lo observé confundida.

─ ¿Ha pasado algo?

Ian se removió el cabello lleno de pequeños rulos, llevaba un buzo amarillo con unos pantalones deportivos negros.

─ ¿No lo sabes?

─ ¿Saber qué?

Él me observó unos segundos tratando de descifrar si metía o no, pero era verdad, no sabia que estaba pasando y por sus actitudes sentía que no era nada bueno.

─ No creo que me corresponda decírtelo, creo que deberías esperar a Malik.

─ ¿Qué tan malo es?

─ No lo sé.

Llegamos al restaurante y caminamos a una mesa contra la ventana, me senté enfrente suyo y tomé la carta para ver que pedir.

─ Yo quiero una chocolatada con crema arriba y unos tostados rellenos. ─pidió Ian con una sonrisa.

─ Un jugo de naranja y unas tostadas. ─le devolví la carta al chico y me acomodé observando el central park.

─ ¿Crees en la vida después de la muerte? ─preguntó el chico que estaba enfrente jugando con una servilleta.

─ No, pero en ciertos momentos me da intriga saber que es lo que pasa cuando uno muere, ¿y tú crees en eso?

Él hizo un mohín con sus labios.

─ No pero a la vez si, es confuso.

─ ¿Y crees que hay vida en el otro planeta?

Ian me observó con una sonrisa.

─ Me encanta hablar de esos temas, yo creo que sí, si existimos nosotros que les impide que existan más personas en otro planeta.

─ Creo lo mismo, pero es un poco difícil descifrarlo si no tenemos una gran tecnología avanzada.

─ Me caes muy bien, eres genial.

─ Tú también me caes bien, eres un gran chico. ─él negó suavemente con su cabeza.

─ No, no lo creo.

─ ¿Por qué?

Ian suspiró antes de responder.

─ Cometí y sigo cometiendo muchos errores, soy culpable de muchas cosas. ─respiró hondo antes de seguir hablando ─. Siempre intento encajar en muchas cosas pero no lo logro y el que Gael o Thomas estén encima mío tratándome como si fuera un niño jugando con tijeras lo demuestra.

─ Todos cometemos errores en la vida pero en esos momentos debemos aprender y tratar de no volver a equivocarnos. Y seguro los chicos quieren protegerte.

─ Me he drogado ¿sabes?

─ Gael me lo ha comentado pero nunca lo profundizó porque no le corresponde a él.

─ Hay momentos donde anhelo volver a hacerlo, pero quiero dejar de comportarme como un adolescente entrando a la pubertad.

─ Y eso está bien, supongo que debe costar mucho el desprenderse del todo de esas cosas, no estoy muy informada en ese ámbito. ─lo miro ─. Pero si estoy segura de que eres increíble de alguna forma quieres mejorar tu vida y eso no lo hace cualquiera. Todos decimos que queremos hacer tales cosas pero la diferencia está en esas personas que lo ponen en práctica.

─ Siento que si lo vuelvo a hacer sería porque me siento asqueroso de mi mismo.

Estire y mi mano y acaricie la suya sobre la mesa.

─ No pienses en los motivos por los cuales deberias hacerlo, piensa mejor en lo que te motiva, ¿qué es lo que más te apasiona?

─ ¿No te burlaras?

Sonreí levemente.

─ Claro que no.

─ Muchas veces he cocinado, podría decir que se me da bien, puedo combinar cosas de la música y llevarlas a la cocina.

─ Eso es increíble, ¿cuál fue la última cosa que has hecho?

─ Hice diez cupcakes.

Me acomodé en el asiento cuando dejaron el desayuno y observé a Ian cuando se me cruzo una idea en la cabeza.

─ Mira, me dieron dos días de descanso, podemos ir a mi de departamento y te ayudo a que hagas mil cupcakes.

Él me observó atentamente con un brillo de ilusión en sus ojos.

─ ¿Y qué haremos con esos cupcakes? ─preguntó.

─ Podemos ir por la ciudad y regalárselo a personas en situación de calle, yo se hacer pasta.

─ Me agrada la vida, ¿podemos hacerlo?

─ Claro que sí, terminemos de desayunar y vayamos a mi departamento.

Ian asistió y comenzamos a desayunar en silencio, no lo conocía mucho pero sabia que le habían hecho daño y no quería que este pensado en ese tipo de cosas, quería que su energía la gastara en cosas que lo motiven.

Terminé primero de desayunar y observe como la pantalla se iluminaba con el nombre de Gael, deslicé el dedo y atendí.

Hey, ¿todo bien?

Si, ¿y tú? ─se le notaba un poco agitado.

─ Si, he venido a desayunar con Ian, ¿dónde estás?

─ Em... tuve una pequeña reunión con Stefan, te quiero ¿lo sabes?

─ Y yo a ti.

Gael respiró hondo.

─ ¿Qué está pasando? ─le pregunté.

─ Algo está sucediendo y quiero llevarlo lo mejor posible, me alegra muchísimo saber que el cariño que nos tenemos es mutuo.

─ ¿Es algo malo?

Él tardó unos segundos en responder, sabia que no había colgado porque seguía escuchando su respiración.

─ No, luego hablaremos bien y prometo contarte todo pero ahora debo irme.

─ ¿Dónde?

─ Te quiero Isa.

Iba a decir algo pero sentí como había colgado la llamada y observé la pantalla del móvil, sabia que estaba pasando algo y que nadie quería decirlo, pero no quería estar preocupándome por cosas que seguro no me involucraban.



#24324 en Novela romántica

En el texto hay: romance, , suspenso

Editado: 28.07.2021

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