Reservado

Capítulo 13

  • Las reglas de verdad o reto son muy sencillas y todos las conoceréis.

Ya en la cabaña, con los pijamas puestos y con todos sentados en torno a mi cama, Sarah se encuentra de pie de un lado para otro explicando el juego como si de la entrenadora se tratase.

  • Peero, voy a añadir normas nuevas – continua mientras frena en seco para mirarnos uno por uno – Lo primero es que no se elegirá si quieres verdad o reto, sino que lo haremos por rondas, y la segunda es que no se puede ni mentir ni negar a hacer algo. Hay confianza así que menos tonterías – esto último lo dice con una ceja arqueada y los brazos en forma de jarra.
  • Tengo otra condición – digo llamado la atención de todos – Hay ciertas líneas que no se pueden pasar, sabéis a lo que me refiero.

Todos asienten dando así comienzo al juego.

  • Empezamos con una ronda de verdad para entrar en calor – dice Sarah – Venga Tony, te toca, ¿cuándo te diste cuenta de que eras gay?
  • ¿Eso me vas a preguntar? ¿Así de fácil?
  • Estamos calentando, no vamos a entrar a matar – explica Sarah – Venga contesta.
  • Vale, pues yo nunca me había fijado ni en tíos ni tías, pero al comienzo de curso del instituto entró un chico nuevo y desde que lo vi supe que era gay. Era mayor que el resto, más alto, mejor cuerpo, no veáis que culo …
  • Ala Tony, tú como no tenías que decir algo del estilo – exclamo.
  • ¿Qué pasa? Esas cosas las piensa todo el mundo – se defiende – ¿O me vas a decir que tú nunca lo has pensado de nadie?
  • Claro que sí, pero no lo digo en voz alta.
  • Aquí hay confianza hombre – se une Sarah – Tú déjalo que diga lo que quiera, si estaba bueno se dice y punto.
  • Amén – interviene Amy entre risas.
  • El caso es que fue amor a primera vista – continua Tony con su relato – El único problema fue que resultó ser un gilipollas anticuado.
  • Bueno, pero descubriste que te iban los tíos, de algo te sirvió – sentencia Amy.
  • Además, ahora se ha puesto gordo – replica con una sonrisa – El karma es poderoso. Ahora es tu turno Henry.
  • Venga dispara – exclama el mencionado colocándose más recto como si le fuesen a proponer un super reto.
  • ¿Lo has hecho alguna vez en un coche? – pregunta Sarah.
  • ¿Pero qué pregunta es esa? – digo confusa.
  • Todo el mundo lo ha tenido que hacer alguna vez, eso no falla – aclara ella – ¿Acaso tú no?

Momento de aclarar una cosita. Todos saben que yo tengo ciertos problemillas para relacionarme, con el contacto físico y todo eso. El caso es que creen que es porque me pasó algo con algún chico y por eso ahora lo rechazo sistemáticamente. El problema es que ese no es el motivo, y en cuanto a los chicos, simplemente nunca he tenido nada con nadie, ni un mísero beso.

Que triste

Ya sé que es triste, pero es lo que hay. Como me avergüenza tener casi veinte años y seguir así, nunca les he desmentido nada y se siguen pensando lo mismo, y hoy no va a ser el día que eso cambie. Además, si lo desmintiese tendría que explicarme y es lo último que quiero.

  • No es mi turno, así que no contesto – digo encogiendo de hombros.
  • Vale, vale, me lo apunto – dice Sarah con tono pícaro – Venga Henry, lo has hecho o no.
  • Pues no, demasiado incómodo – aclara sin ningún pudor – Además, si no te puedes ni mover, eso tiene que ser una mierda.
  • Ahí tiene un punto – le concede Tony – Aunque también depende del coche.
  • Eso es cierto – esta vez es Sarah la que contesta – Kara, tu turno. ¿Qué es lo más pervertido que has pensado de alguien y de quién fue?
  • ¿Pero no estábamos calentando? – digo en reproche tratando de ganar tiempo.
  • Ya calentamos hace tiempo – aclara Sarah – No te escaquees y dale.
  • ¿A qué te refieres con la pregunta exactamente? – sigo preguntando mientras el cerebro me va a mil tratando de buscar la solución perfecta a la catástrofe que se avecina.
  • Digamos esa persona que haya conseguido calentarte lo suficiente como para poner tu mente a funcionar – aclara Tony.
  • Pues … ejem … yo … – los nervios me van subiendo por todo el cuerpo mientras siento mis mejillas ardiendo tanto que prometen estallar. ¿Cómo digo yo ahora que ha sido de la persona que tengo a mi izquierda sentada y no hace ni dos horas de eso?
  • Recuerda que no se puede mentir – dice Sarah con una sonrisa perversa.
  • Mírala, si se está poniendo como un tomate – exclama Tony con una carcajada.
  • ¿Vale de alguien famoso? – pregunto tratando de salvarme como puedo.
  • No, tiene que ser alguien que hayas visto en persona – afirma Sarah con la sonrisa cada vez más grande.

Intento buscar la mirada de Amy en busca de ayuda, pero los tres me miran igual de perversos. Todos pasan su mirada de mi cara, que en algún momento parece que va a estallar, a la de Henry e inmediatamente sé que lo tenían hasta planeado.




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