~ÚLTIMO CAPÍTULO~
~47 años antes ~
–Se generó una estenosis mitral, producto de la misma valvulopatía, es potencialmente mortal en el embarazo –Explicó el doctor con lentitud –No solo para el feto, también es mortal para ella –Ambos chicos se vieron con rapidez. Arlet apretó la mano de Chiara, quien lloraba, sintiéndose la cosa más pequeña en el mundo, sintiendo su corazón roto –Debido a los cambios que genera el embarazo en el cuerpo su corazón puede no soportarlo, lo mejor sería abortar al feto, las posibilidades de que ambos vivan son muy bajas.
–Lo pensaremos –Respondió Arlet con voz ronca, Chiara por su parte empezó a llorar desconsoladamente.
Cuando salieron de la consulta los dos empezaron a llorar, abrazados en la entrada de la clínica, esperando que, tal vez todo lo que les dijeron fuera mentira. Anto y Miguel los miraban preocupados desde el auto, donde los esperaban desde hace un rato.
–Perdón –Dijo Chiara en un gemido de dolor, aferrándose al cuerpo de Arlet –Perdón.
–No hiciste nada, amor, tranquila –Soltó en medio de un sollozo acariciando su cabello.
–Quiero seguir con el embarazo –Arlet separó un poco sus cuerpos para mirarla a los ojos, algo molesto.
–No lo harás.
-Arlet, quiero tener al bebe.
–Y yo no quiero que mueras, no quiero perderte –Dijo tomándola de los hombros –Sin ti no soy nada, por favor.
–Seguiré con el embarazo, no me convencerás de lo contrario –Ella tomó la mejilla de Arlet, quien se sentía impotente, quería gritarle, quería llorar, quería muchas cosas.
–Él también puede morir.
–Como puede que no.
–Chiari…podemos adoptar, podemos hacer lo que tú quieras, pero no sigas con esto, por favor.
–No interrumpiré el embarazo –Arlet dejó salir un par de lagrimas junto con un ruidoso sollozo mientras limpiaba las de ella –y quiero que me apoyes.
–Siempre lo hare…
[…]
– ¡Chiara! –Arlet salió corriendo hasta la chica, quien sonrió, algo débil, ella acostada en la camilla del hospital.
–Hola, amor –El chico se sentó a un lado y tomó la mano.
–Tranqui, todo estará bien –Dijo bastante nervioso -¿Cómo te sentís?
–La fiebre bajó hace un rato, Mica y Anto me estaban acompañando –Él sonrió y acarició su cabello. Los rubios rulos de la chica estaban algo enredados, pero no le importo, siguió proporcionándole caricias, cosa que, sabía, ella amaba.
–Sí, las vi en el pasillo –Susurró – ¿Ya no tienes problemas con respirar? –La rubia negó sentándose un poco en la camilla. Su panza de embarazo se notaba bastante, y bueno, casi ocho meses no pasarían desapercibidos. Los últimos meses habían ido al hospital más veces que en toda su vida, cada una de las veces peor que la anterior, hasta llegó un punto de alerta de aborto espontaneo.
–Me quieres decir algo, dale –Arlet suspiró y le envió una sonrisa intentando tranquilizarla.
–Quieren adelantar la cesárea, el doctor dice que es peligroso que llegues a los nueve meses y te empiecen a dar dolores de parto.
–Pero…
–Chiari, es necesaria una cesárea –Dijo interrumpiéndola –Tu corazón no soportaría la primera contracción y ya a esta etapa estas muy débil, esperar un mes más va a ser un peligro total.
–Está bien –El miedo se apoderó de ella y las ganas de llorar igualmente. Arlet tomó sus manos con una sonrisa.
–Sé que ya teníamos el nombre Germán, pero hoy vi una película y me gusto más otro nombre –Dijo en un intento de relajar a su novia. Su frente tocó con delicadeza la panza de Chiara, quien acarició el cabello de Arlet con cariño.
– ¿En serio? –Preguntó sonriendo un poco – ¿Cuál?
–Gastón, está bueno ¿verdad?
– ¡me encanta! –Chilló feliz –Pero eso cambia las cosas.
– ¿Por qué lo decís?
–Sorpresa –Chiara se movió un poco y de debajo de su almohada sacó un libro –lo escribí yo sola, aunque Anto me ayudo con los dibujos, quería que fuera una sorpresa para ambos.
–Es muy linda la portada –Susurró tomando el libro, uno bastante colorido, con fotos de ambos y con brillantina, gritaba Chiara por todos lados.
– ¿Interrumpo? –Janice asomó su cabeza por la puerta de la habitación y sonrió cuando vio a Chiara -¿Cómo te sientes?
–Muy bien, aunque me acaban de decir que tendremos que adelantar el parto.
–Cesárea –Corrigió Arlet, Janice lo miró mal.
– ¿y Germán? –Preguntó con una sonrisa acercándose a la chica, su mano tocó la panza con cariño, casi apartando a Arlet de un manotazo.
–Ya no es Germán –Dijo Chiara con una sonrisa –Ahora nos gusta el nombre Gastón.
– ¡Está increíble ese nombre! –Exclamó alegremente.
[…]
– ¿Familiares de Chiara Conway? –Arlet se levantó con rapidez, limpiando un poco las lágrimas de su rostro. Un rato antes les habían avisado que algo se había complicado a mitad de la cesárea pero que se estabilizó con rapidez. Aun Arlet seguía bastante nervioso por el aviso.
–Yo soy el novio –Dijo rápidamente llegando a él.
–Felicidades –Le estrechó la mano a Arlet que se relajó notoriamente ante la simple palabra –Nació fuerte y sano, la señorita Conway está fuera de peligro por los momentos.
Unas horas más tarde cuando por fin dejaron ver al bebe, Chiara despertó, no podría hablar por un día entero pero ahí estaban ambos, sanos. Arlet no cabía en sí mismo de la felicidad que sentía. Algunos familiares admiraron al recién nacido bebe mientras Chiara seguía dormida, hablaron con Arlet de la suerte que corrieron y de cómo tenía que abrazar a esa oportunidad y tomar ese día como el mejor de su vida.
–Amor… -Arlet le acarició la mejilla apenas vio como sus ojos se abrían, con delicadeza, analizando cada rasgo de su rostro con una leve sonrisa, estaba sentado a un lado de la camilla, velando por el sueño de su pequeño hijo y de su amada –Gastón está bien –Susurró –Tu estás bien –Los ojos de la rubia se llenaron de lágrimas mientras él jugaba con sus mejillas –Eres la mejor del mundo, amor. Nunca conocí a alguien tan fuerte como vos –Dijo de vuelta, dándole besos en las mejillas –Te amo, no tenes idea cuanto.