Ciara
Una fuerte vibración me obliga a despertar bruscamente, froto mis ojos y dejo escapar un ligero quejido mientras rebusco mi móvil entre las sabanas.
"Hey, el despertador me ha jugado una mala pasada y no he tenido tiempo de llamarte, papá te ha dejado el coche."
—Mierda— verifico la hora y me apresuro a ir hacia el baño.
Normalmente mi hermano es quien se encarga de levantarme.
Aiden es mi hermano mayor, mis padres decidieron acogerlo cuando mi tía deliberó por dejarlo ante el amparo de un hogar de paso siendo tan solo un bebe y no necesariamente porque no pudiera criarlo, ella simplemente quiso dejar en la inmundicia el título de madre y seguir portando en alto el de soltera adinerada.
Muchos departen deliberadamente sobre nuestra vida, ser el tema de conversación de la comunidad en la que residimos no me preocupa en lo absoluto, pero lo que no es de mi agrado es cuando afirman estar en todo el derecho de manifestar que Aiden no es mi verdadero hermano.
—Cia, ya me voy— musita mi madre a través del marco de mi puerta—. nos vemos en casa de la abuela.
—Antes hay un asunto que debo hablar con Jenn— indico mientras ambas nos dirigimos hacia la puerta principal—. Te quiero, nos vemos allá.
—Yo igual, dile a Aiden que no tarde.
—Lo intentare— le dedico una sonrisa antes de encender el coche.
Cuando mis padres obtuvieron la potestad de Aiden tomaron la decisión de retirarse por completo de tan inadmisible monarquía, aquella que ha sido derecho legítimo de la prole durante varios años, eso significaba que además de renunciar al derecho de portar el apellido familiar serian despojados de hasta el más mínimo rastro de parné, para ser más precisa, mis padres no tendrían apoyo financiero alguno por parte de su familia.
Eran familias diferentes, pero ambas ejercían su poder bajo las mismas reglas arcaicas. Mis abuelos decidieron apoyar a mis padres con su decisión, lastimosamente ellos no podían desistir del título, estaban bajo un acuerdo que limitaba sus opciones, pero aun así con suma discreción apoyaron a papá y mamá hasta que ambos dieron en la profesión adecuada.
En cuanto bajo del coche recibo una llamada de Jenna, contesto algo irritada, esta ya era la cuarta llamada que me hacía.
—Pero mira que puedes ser bien molesta—le advierto y le dedico una sonrisa a la chica que se encuentra en la recepción de la academia.
A Jenna la conocí gracias a mi hermano, solían ir juntos al instituto y con el paso del tiempo se convirtió en mi mejor amiga; es la encargada de administrar una academia de teatro musical.
Ambas trabajamos juntas, ella se encarga de perfeccionar hasta el más mínimo detalle y yo me encargo de impartir las clases.
—Necesito que vengas de inmediato a mi despacho, tenemos un problema— noto algo diferente en su voz, casi suena como si estuviera nerviosa.
—Vale, aguarda unos segundos, ya estoy cerca— ella cuelga sin más y yo acelero mi paso por el amplio pasillo.
Al llegar al despacho entro sin dar aviso alguno, mi mirada esta clavada en mi móvil y un extraño olor llama mi atención.
—¿Jenna?— observo el sillón en el que ella suele encontrarse, pero no está, solo hay una pequeña valija de cuero reposando sobre el mismo.
Su escritorio está cubierto de cristales rotos, los marcos con fotos que adornaban la pared se encuentran destrozados, mi pie choca contra algo y al dirigir mi mirada al suelo me topo con el bolso de Jenna.
Marco su número, pero no me contesta.
—Esto no me da buena espina— doy la vuelta dispuesta a buscarla en el aula principal, hoy es sábado así que solo seriamos Jenna, Lara y yo.
Marco el número de mi hermano y pongo el altavoz, quiero avisarle que tardare más de lo previsto, pero un fuerte sonido me toma por sorpresa haciendo que mi móvil caiga al suelo; antes de que pueda girarme siento un fuerte golpe en la cabeza que me nubla la vista.
Escucho a lo lejos la voz de Aiden llamándome, no logro ver nada y mi cuerpo pierde el equilibrio.
Trato de que mis ojos no se cierren, pero mis intentos son en vano, antes de perder el conocimiento siento unos brazos rodearme y algo frígido que cubre mi rostro.
—Te vienes conmigo.