Respira Conmigo

Debbie y Carlos Capítulo 16-20

Capítulo 16 El vino 

Sentada en una mesa en la esquina de la cabina, Debbie observaba los cielososcuros y aterciopelados salpicados de diamantes. Su estado de ánimo mejorabamientras se deleitaba en la cena con exquisitos bocadillos y el sonido del vaivénde las olas que se estrellaban sobre la superficie del agua. 

De repente, sintió unaráfaga de viento frío mientras la brisa marina soplaba y acariciaba su piel. Pormucho que le gustara aquella sensación, Debbie prefirió ponerse de pie y sedirigió a cerrar la ventana. Habían salido de la tienda de ropa a toda prisa, y nonotaron que su pañoleta se había quedado atrás. Por fortuna, las cabinascontaban con calefacción.

 Si no fuera así, habría tenido que pensar en cómosobrevivir a una posible congelación.Únicamente con su sombra como compañera, Debbie esperó y esperó,consintiéndose con deliciosa comida. No le molestaba para nada que la fiestaaún no hubiera comenzado. 

Era simple mitigar el aburrimiento.Luego de dudar sobre comerse los bocadillos, Debbie sintió que su gargantacomenzaba a arder. Así que se fue a buscar una bebida y, sin querer, pudoescuchar una charla sobre la familia Lu. Por lo que pudo oír, estaban esperandola llegada de un invitado distinguido, sin cuya presencia, la fiesta nuncacomenzaría y el barco tampoco zarparía.

 Entonces, el silencio se hizo añicos. Todas las mujeres caminaban hacia lapuerta con furor, pero no se podía decir lo mismo de Debbie, quien permanecíasentada y solo observaba la escena.Aquellas damas parecían pertenecer a familias acomodadas.

 No podíanocultar el gran sentimiento de emoción en sus rostros, pero su finura ysofisticación evitaron que gritaran.Pocos segundos después, Debbie finalmente supo la razón de su euforia.La sección de alimentos estaba ubicada por encima de las demás secciones,lo que le permitió tener una visión más clara de lo que ocurría en la puerta. Eraél. Nada menos que su marido. 

La gente lo conocía como el soltero más rico enCiudad Y debido a que pocas personas en la ciudad sabían sobre su matrimonio.Finalmente, el distinguido invitado que la familia Lu y todos los demáshabían estado esperando, apareció frente a ellos. En el momento en que Carlosllegó, el bote tocó sus bocinas, señal de que partía para navegar hacia el mar. 

Lasfestividades habían comenzado.A pesar de poseer una personalidad tan alborotada, Debbie sabía en quémomento debía evitar los problemas.Nunca fue su deseo iniciar una pelea con Carlos, especialmente en público.Pero, ese hombre fue quien había estado poniendo a prueba su paciencia. Así,Debbie prefería evitarlo como si tratara de una plaga.

 Carlos y su pareja tuvieron el honor de realizar el primer baile. Todos teníanla mirada fija sobre ellos, suspirando y soñando mientras observaban la escena,todos excepto Debbie, que los miraba con desdén. Aquella mujer seguía en suspensamientos, ya que la había insultado en el centro comercial hacía unos días.Y, además, había otra pareja. 'Espera...' Debbie observó a la pareja de cerca.'¿Ese es el Director Curtis Lu?'. 

Debbie no sabía si era real lo que estaba viendo,sacudía la cabeza y debatía si sus ojos no la engañaban, especialmente con lacantidad de alimentos y bebidas que había consumido.En un instante, su mente se aclaró. Se cruzó de brazos mientras pensaba:'Claro, su familia es quien organiza la fiesta. Por supuesto que estaría aquí'.

 Lapareja de Curtis vestía con un elegante vestido marrón chocolate, quedeslumbraba a todos.Mientras el primer baile se llevaba a cabo, aplausos y vítores se escuchabanen toda la cabina. Incluso Debbie aplaudió, pero solo para Curtis y su pareja.Después del baile, la multitud se dispersó para disfrutar de la fiesta. La gentese reunía aquí y allá mientras algunos permanecían en la cabina o en la cubierta.Brindaban, aplaudían, hablaban y reían alegremente. Todos parecían felices.

 Sin embargo, la gente sabia podía ver que la mayoría de las personassimplemente compartían cosas poco profundas y sin sentido entre sí. Podía serque esas personas intercambiaran saludos, fueran educados, cantaran y bailaran,hasta brindaran. Pero, todo esto era meramente superficial porque ninguno deellos compartiría lo que realmente pensaba. 

En cuanto al amigo de Debbie, Jeremías, quien la había acompañado, estabacoqueteando con dos chicas y al parecer, tenía bastante éxito.Un breve suspiro escapó de sus labios después de sacudir la cabeza. Como yaestaba llena, Debbie decidió pasear por la cubierta y disfrutar de la vista queofrecía la naturaleza.La cubierta estaba bastante llena de gente. Cuando la brisa sopló, sintió queel frío se introducía en su piel. Estaba helado afuera. 

Cuando caminaba hacia la cabina con la intención de tomar prestada lachaqueta de Jeremías, se detuvo por completo al ver la situación tan íntima enque él y una de las chicas con las que estaba coqueteando estaban, en unmomento se inclinó hacia adelante para besarla. Debbie decidió regresar, alsentirse incapaz de seguir hacia adelante por la bochornosa situación.Apoyada contra el barandal y observando al mar, ella sonrió, 'Jeremías es unchico, después de todo. No debería estar tan sorprendida.

 Los hombres sevuelven indefensos frente a mujeres atractivas'.Enseguida, un pensamiento hostil la perturbó. 'Si fuera fea... ¿Jeremíastodavía querría ser mi amigo?'."¿Debbie?", una suave voz gritó, haciendo que se olvidara de suspensamientos.Recogió su cabello detrás de sus orejas y se giró hacia la voz.

 Era Curtis."Buenas noches Señor Lu", le saludó cortésmente como él lo había hecho conella.Actuar duro o autoritario nunca funcionó en Debbie. Hasta ahora, le gustabala forma en que Curtis enseñaba a los demás, era suave y gradual, al igual que supersonalidad.Al ver la piel expuesta de Debbie a la intemperie, Curtis suspiró mientras sequitaba la chaqueta y la ponía sobre su hombro. 

"Hace frío aquí afuera. ¿Por quéno te quedaste dentro?", preguntó.Un sentimiento de cordialidad llenó el cuerpo de Debbie cuando escuchó queCurtis se preocupaba en verdad. "Comí demasiado, así que vine aquí a caminarpara poder aliviar mi estómago". Debbie tenía que aceptar su gesto en esemomento, ya que se estaba congelando con la fresca brisa marina."Oh, ya veo". 



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En el texto hay: amor juvenil, amistad

Editado: 22.07.2021

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