Capítulo 91Ten cuidado
Antes de que Megan pudiera responder, Karina dijo: —¿Qué tía? No estamoscasados todavía.Curtis se acercó para pararse a su lado y sonrió. —¿Crees que puedesdeshacerte de mí? Mujer, no puedes escapar de mí.Su novia se sonrojó y le hizo una mueca. —Necesito robarles a Debbie porun minuto, chicos, adelante, continúen con su plática —luego tomó la mano deDebbie y se la llevó a la puerta.Después de que salieron de la sala, Karina miró a Debbie y dijo preocupada:—Sobre lo de que Carlos salvó a Megan, no lo malinterpretes.—Lo sé —respondió Debbie, sin embargo, encontró un poco raro elcomportamiento de Karina.
Cuando llegaron a la escalera de emergencia, ella se detuvo y le recordó: —Debbie, no tienes que enfadarte con tu marido por culpa de Megan, eso teahorrará problemas innecesarios.—¿Qué estás tratando de decirme? No entiendo —replicó Debbie.Karina se rio y dijo: —Cierto, estaba tan ansiosa que olvidé que sólo habíasvisto a Megan unas cuantas veces —luego bajó la voz y prosiguió: —No sé quéestá haciendo esa chica... ¿Pero sabes qué? La novia de Wesley, bueno, novia porasí decirlo, se comprometió con otra persona, principalmente por culpa de ella.
Debbie se sorprendió por lo que acababa de saber, ella sabía que Karinaestaba hablando de Megan.—Después, Curtis y yo discutimos un par de veces también, todo por culpade esta chica.No quiero hablar de ella a sus espaldas, pero es demasiado manipuladora,nunca sabes lo que está pasando por su mente. De todos modos, ten cuidado,espero que no tengas problemas con tu marido por culpa de ella, de lo contrario,sólo le darás gusto, ¿de acuerdo? —explicó Karina.Finalmente, Debbie entendió lo que quería decir. —Si ella es tandespreciable, ¿por qué ninguno de los cuatro puede notarlo? —A ella le parecióextraño que los cuatro hombres pudieran adorar a Megan, incluso con plenoconocimiento de su manipulación, ¿acaso estaban ciegos?
—Son hombres, sólo las mujeres pueden ver a través de los pensamientososcuros y profundamente enterrados de otras mujeres. Para los ojos de ellos,Megan es una chica inocente, adorable, un ángel, nunca pensarían mal de ella,tampoco creen que pueda crear problemas entre nosotros —dijo Karina,encogiéndose de hombros con resignación.
Si lo que dijo era verdad, entonces Megan era realmente una horriblepersona. —Me pregunto qué hará ella —dijo Debbie con sinceridad.—¿Quién sabe? A veces actúa como si le gustara Wesley, pero tambiénmantiene una distancia técnica con él, en ocasiones parece que le gusta Carlos,pero nunca toma mucha iniciativa. Pero Damon y Curtis tienen casi la edadsuficiente para ser su padre, es poco probable que se concentre en ellos —respondió Karina.Debbie se sentía cansada, estaba agotada de tratar de averiguar lo queescondía la mente de Megan.
—Ahora no es un momento conveniente para hablar, te invitaré a tomar un téen otro momento, piensa en lo que te acabo de decir. No digas una sola palabra aesos cuatro, de otra forma, pensarán que estamos tramando algo contra suinocente, adorable y pequeña Megan —advirtió Karina. Su último comentarioestuvo lleno de ironía. —Ah... me siento muy bien de poder sacar finalmenteestas palabras de mi pecho, me moría por hablar con alguien, pero no habíanadie con quien pudiera hacerlo y ahora puedo platicarlo contigo. En serio, nadieconoce mejor a una mujer que otra mujer, entre tú, Megan y yo, eres el alma másinocente y adorable. Me encantaría tenerte como amiga, sólo para disfrutar de tucompañía educada con una taza de té o incluso de compras.
Debbie se sorprendió por los comentarios de Karina, '¿Realmente soyinocente? ¿Y adorable?', dijo en su interior. —Karina, no puedes estar másequivocada, cualquiera puede ser inocente, menos yo —exclamó Debbie.—Está bien, volvamos. Y una cosa más, eres muy especial para Carlos,aprecia lo que tienes —dijo Karina, visiblemente traviesa, para sorpresa deDebbie. Cuando la conoció, Karina era una diva de la alta sociedad muyelegante. Debbie la recordaba cómo la chica que había deslumbrado en la fiestade cumpleaños de Megan, una diosa impresionante en la pista de baile,sencillamente era toda una personalidad, pero hoy, ella se había portado tanaccesible y perspicaz. 'Esta chica es una mezcla completa de diferentes gracias',pensó Debbie.
'¿Qué próxima sorpresa tendrá para mí la siguiente vez que la vea?', su mentesiguió divagando, suavemente, ella negó con la cabeza y sonrió.Cuando las dos chicas volvieron a la sala de la mano, Megan estaba tumbadaen la cama, rodeada por los cuatro atractivos hombres, definitivamente el sueñode toda mujer.
Al ver a las dos chicas entrar, Curtis y Carlos fueron a reunirse con ellas,Carlos apartó a Debbie de Karina y le preguntó: —¿Dónde estaban?Ella sonrió y respondió: —Fuimos al baño.Curtis fingió estar sorprendido. —¿Ustedes dos fueron al baño juntas?¿Desde cuándo son tan cercanas?Karina bromeó. —Debbie y yo congeniamos instantáneamente, podríamosusar el mismo par de pantalones algún día.
Sin importar lo que Karina había dicho sobre Megan era cierto o no, Debbiese sentía cómoda a su alrededor, así que respondió: —Así es, intentaré bajar depeso de ahora en adelante para ajustarme a sus pantalones, si de eso se trata.A pesar de saber que sólo bromeaban, Carlos se sentía incómodo por lo quehabían dicho. —Mi esposa nunca usará los pantalones de otra persona.Fingiendo una mirada malhumorada, puso su mano en la cintura de su mujery la pellizcó, '¿Perder peso? Más bien debería subir un par de kilos', pensó parasí mismo.
Divertida por la seriedad en su rostro, Karina se rio y le dijo a Debbie: —EnCarlos ves un marido modelo, alguien que vale la pena mantener por cualquiermedio.—¿De verdad? Yo no lo veo —le dijo Debbie a Karina, rodando los ojoshacia Carlos, cuya mano todavía se deslizaba hacia atrás y hacia adelante en sucintura.
—Creo que lo sabes, sólo que estás demasiado avergonzada para admitirlo,la forma en la que te sonrojas te traiciona —replicó Karina mientras se inclinabaen los brazos de Curtis, riendo.Fingiendo estar enojada, Debbie la miró y luego le dijo a Curtis: —Sr. Lu,ponle un límite a tu mujer.—No hay problema —prometió Curtis con firmeza, luego de esto, Debbie lesonrió con arrogancia a Karina.