No solo somos vida, también muerte. Y una nebulosa refleja totalmente nuestra existencia.
Habitamos en un mundo lleno de aflicción, donde ser fuerte no siempre es la opción. Nos entregamos a ese dolor inexplicable e inaguantable, creyendo que no hay nada más allá.
Desfallecemos ante la desesperanza, cuando solo hay que ser pacientes.
Hacemos de ese abismo nuestra nueva realidad. Hasta que nuestros verdaderos colores emergen a la luz, más vivaces y fuertes que antes, trayendo consigo también nuevos aprendizajes, modos de vida.