Retratos Oscuros

Capítulo 11: La tormenta

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1

Me mantengo estático en mi lugar, "Chad" parece esperar una respuesta, pero no puedo formular palabra alguna. Una gota de sudor se desliza por mi frente y cae sobre el mármol. Desvío la mirada lentamente, enfocándola en los cuchillos para cortar carne ubicados en medio de la mesada.

Trago saliva, y un nudo en mi garganta me hace gruñir.

—¿Estás bien? Parece que viste un fantasma —Bromea.

Su tono mantiene la normalidad, pero hay algo que me impulsa hacia las armas blancas. No sé cómo es posible, pero él logra ser más rápido que yo y con su mano arroja la madera con los cuchillos hacia el suelo.

El acero chilla contra el suelo de cerámico, siento una puntada en ambos oídos y entrecierro los ojos de forma insconsciente.

—Finn, por favor, no sé qué sucede pero... —No lo dejo terminar, con mi mano temblando logro tomar el vaso lleno de jugo y se lo lanzo directo hacia el rostro, este se cubre con ambas manos.

El objeto de cristal se destruye contra el suelo, y yo aprovecho para tomar uno de los tantos cuchillos y escapar, paso junto a él avanzando lo más rápido que puedo y lo empujo con todas mis fuerzas, haciendo que se tambalee.

Corro hacia la entrada principal y me abalanzo contra el picaporte, estoy demasiado agitado, giro la perilla, pero nada sucede, la puerta está cerrada. Desesperado busco la llave, mierda, está en mi mochila.

Escucho pasos detrás de mí. Doy media vuelta, encontrándome con su rostro empapado y una expresión de enojo. Siento ganas de llorar y gritar al mismo tiempo, pero las contengo.

Un relámpago ilumina su cuerpo en cuanto da un paso hacia adelante.

—Finn...—Intento concentrarme en lo que dice, pero el arma que sostiene en su mano derecha me lo impide, mis oídos y ojos se nublan, el impulso de escapar vuelve a invadirme, estoy acorralado, respiro profundo y voy directo hacia las escaleras.

Las subo a toda velocidad, tropezándome con mis propios pies, mis manos sudadas se resbalan en el barandal, finalmente llego a la segunda planta, me detengo un segundo para ver hacia abajo, él está subiendo a paso lento.

La oscuridad del vestíbulo no me deja verlo con claridad, entrecierro los ojos, y al hacerlo, su cuerpo cambia levemente, volviéndose completamente negro y sin expresiones, exactamente igual a la sombra que me acecha en sueños.

Tiemblo completamente pero no me detengo, voy hacia mi habitación y cierro la puerta detrás de mí, levanto levemente el cuchillo y apoyo mi oído sobre el trozo de madera.

—Finn, de verdad no sé lo qué está sucediendo. Pero estoy seguro de que es algo que podemos conversar —Lo escucho hablar desde el otro lado, parece estar caminando por el pasillo.

No respondo, aprovecho a tomar mi teléfono y llamar a Will. Mi mano tiembla tanto que me es difícil presionar la pantalla, una lágrima cae sobre la misma, no puedo creer que esté llorando, ¡Sé fuerte idiota! Me dijo a mi mismo.

Inhalo de forma profunda y luego exhalo, de alguna forma, eso funciona, mi mano acaba de dejar de temblar. Repito la acción y presiono el botón "llamar". El teléfono suena un par de veces en mi oído, continúo respirando al mismo tiempo que intento verlo a través del orificio de la puerta.

Está demasiado oscuro.

—¿Finn dónde diablos...?

—No hay tiempo —Lo interrumpo sintiendo un poco de alivio, hablo en voz baja, no quiero que me escuche. —Cha-Chad es-está aquí —Tartamudeo.

—¿Qué? ¿No escuchaste nuestro mensaje?

—Ese es el problema —Todo mi cuerpo vuelve a temblar. —Está buscándome, me escondí en mi cuarto, cerré la puerta pero...

—Finn dime que cerraste la del baño también —Su voz se agita al instante.

—¿Qué?

—¡La puerta del baño, ciérrala!

Abro mis ojos completamente en cuanto me doy cuenta de lo que está diciendo, me pongo de pie y corro hacia la puerta del baño, suelto el cuchillo y poso mis manos sobre el picaprote, tirando en mi dirección. Solo que ya es tarde, Chad está aquí y también sostiene la puerta.

Él hace fuerza para que yo no logre cerrarla. Inclino todo mi cuerpo hacia atrás, pero es inútil, tiene mucha más fuerza que yo. Él abre la puerta, la cual choca contra la pared del baño, me tambaleo hasta caer al suelo, mi muñeca se dobla levemente y yo lanzo un pequeño gruñido.

Chad continúa avanzando en mi dirección, me arrastro lo más rápido que puedo en hacia el lado contrario, una de mis manos choca contra el cuchillo, no dudo ni un momento y lo tomo.

—Finn, no quiero hacerte daño... —Pronuncia completamente tranquilo.

No te creo, bastardo. Me detengo en seco y lo levanto en forma de amenaza.

—Lo siento —Dice finalmente y entonces veo el arma acercarse a mi rostro, siento un fuerte dolor en mi frente y al siguiente segundo, todo se vuelve negro. 

2

Narra Will:

—¡Ve más rapido! —Grita Nicky desde la parte trasera del auto.

Cece no responde, mantiene la vista en el frente, la tormenta parece empeorar con cada segundo, si bien ya no cae granizo, está lloviendo intensamente, las calles están desbordadas de agua y no dejan de sonar truenos.

Mi corazón está acelerado, hace casi diez minutos que Finn nos llamó y tengo el presentimiento de que algo horrible está por suceder.




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