capitulo 8

 Y asi es como solo quedaron siete guardias conmigo, ya cansada vi una roca jorobada que creaba una tipo cueva se veía bien para pasar la noche.

• Paremos allí, esa roca nos resguardara esta noche – les dije a los guardias a lo que ellos asintieron.

Dos de ellos fueron a buscar leña para hacer una fogata, otros dos fueron a buscar hojas para poder dormir y no morir de frio mientras los otros se quedaron conmigo, nadie hablo nada nos quedamos en silencio a esperan, después de un rato llegaron todos.

• Aquí esta la leña para el fuego.
• Y aquí hay hojas y unas lianas para hacer una cama y poder dormir

Dijeron ellos, al ver que ellos no sabían muy bien como acomodar las cosas me pare y vi si podía hacer algo si había recuperado algo de mi fuerza, era poca, pero ayudaría me acerque a lo que habían traído, ellos me miraron raro porque no sabían qué iba a hacer hasta que se sorprendieron que estaba utilizando mi magia para prender la fogata y crear unas hamacas con las hojas y liana quedando colgadas en el aire hice ocho

Al sentir que ya no podía más me tire al piso para descansar haciendo asustar a los guardias.

• Princesa que pasa – pregunto uno asustado a lo que yo le respondí
• No pasa nada solo estoy algo débil por los golpes y las cadenas – a lo que ellos se sorprendieron hay me di cuenta de que ellos no sabían a lo que solo les mostré una sonrisa diciéndoles – si me ayudan a subirme a la hamaca me sentiría mejor.
• Si enseguida – dijo uno que se acercó rápido a mí y me cargo con delicadeza subiéndome a la hamaca dejándome con cuidado – no se preocupe usted descanse nosotros echaremos guardia.
• Gracias y también descansen – les dije para cerras lentamente mis ojos y caer en un sueño profundo.

En el sueño…..

Me encontraba en un bosque, enfrente de mi estaba un lago muy grande donde se vía el reflejo de la luna azul en el agua cristalina, al no ver nada empecé a caminar viendo alrededor mío dándome cuenta de que el bosque era muy hermoso habían flores muy hermosas y se veían luciérnagas volando de aquí para allá, empecé a jugar con ellas queriendo atraparlas, cuando atrape a una la mire y me lleve la sorpresa de que no era una luciérnaga era una hada, era muy hermosa de cabello plateado y unas alas demasiado bonita, de  un tamaño muy chiquito lo que me dio ternura también tenía un vestido celeste.

Después de verla mucho noté que ella estaba asustada a lo que teniéndola en mi mano le dije:

• Pequeña no tengas miedo puedes irte, eres hermosa – le dije mientras la bajaba dejándola en el suelo delicadamente – perdón por haberte atrapado, pero pensé que eras una luciérnaga – le dije mostrando una sonrisa de disculpa.

Ella me quedo viendo, pero no dijo nada, me fui parando para retirarme y seguir caminando, cuando empecé a caminar una voz se oye deteniendo mi paso.

• No, no te vayas espera – dijo la pequeña hada apareciendo enfrente mío, haciéndome verla de una manera sorprendida.

Porque ellas no se dejan ver no les gusta que las personas las vean les da miedo porque dicen que si ven un hada tendrán demasiada suerte otorgándoles riquezas inimaginables, por lo que ese rumor hizo que las personas casaran a las hadas para venderlas o para su beneficio presumiéndolas en estantes de vidriería, por eso las hadas se ocultaron dejando de ser visibles a los ojos humanos.

Aun sorprendida le dije – tu no tienes miedo de mi de que te pueda casar – le dije haciéndola sobresaltar, pero después ella sonriendo.

• No, porque sé que no lo vas a hacer, si quisieras hacerlo entonces hace unos momentos lo hubieras hecho, pero me soltaste dejándome libre.

A lo que solo sonreí, ella se empezó a acercar lentamente a mi extendiendo su manito, entonces entendí y también levanté mi mano hasta que la de ella y la mía se tocaron. Cuando iba a decir algo una voz se oye dejándome atónita al reconocer la voz de inmediato lo que provocó que me girara en su dirección rápidamente.

• Mi niña te extrañe mucho – dijo mi mama, no le dije nada solo me quede estática hasta que reaccione al ver a mi madre con los brazos abiertos esperando por mí, cuando vi eso empecé a correr en su dirección mientras lloraba a mares.

Cuando llegue a donde estaba me lance directo a sus brazos haciendo que retrocediera unos pasos, fundí mi rostro en su pecho empezando a llorar al verla hay junto a mí.

Ella solo me abrazo y empezó a cantar una canción que siempre me cantaba cuando lloraba, haciéndome recordar esos momentos donde estaba con ella provocando más mi llanto.

Lentamente cerré mis ojos oyendo la melodía que mi madre cantaba asi cayendo en un sueño profundo.

Fin del sueño sueño….