Cuando Aidan termino de leer la carta, la noche ya había caído por completo, nos quedamos por unos segundos todos en silencio. Me encontré analizando lo que acababa de escuchar. Al principio empezó como una simple carta de amor de un noble a su amor perdido, pero esta se tornaba cada vez más fantasiosa ¿Enserio puedo creer que paso eso?
–¿Qué fue lo que dijeron las brujas en la hoguera? – Helene fue la primera en hablar.
– Moriras i renaceras com allò que mes odies, la teva sang serà maleïda per l'eternitat – pronuncio Lance.
Helene y yo nos miramos para ver si alguna de las dos entendió, pero por nuestras expresiones ese no fue el caso.
– Morirás y renaceras como lo que más odias, tu sangre será maldecida por la eternidad – respondió Aidan.
– ¿lo maldijeron? – pregunto helene.
–Pero ¿Porque traerlo en vida? – hable.
–Fue su forma de castigarlo, era un hombre muy religioso que aborrecía todo lo que no siguiera las reglas de la iglesia, ellas lo trajeron en vida, pero en forma de una de las cosas que más odiaba.
– Un vampiro – respondió Lance.
En aquel momento recordé las imágenes de aquel hombre con ojos macabros y garras filosas ¿Sera posible que sea el mismísimo conde Estruch?
–El hombre del castillo es el, ¿verdad? – pregunto Helene arrancándome las palabras de la boca.
–Así es, estuvieron en manos del mismísimo conde Guifred Estruch y el lugar donde se encontraban era el castillo de Llers –dijo Aidan – fue difícil sacarlas de ahí, es una completa fortaleza.
Pase mis manos por mi cabello, ¿Enserio todo esto estaba pasando? ¿Por qué a nosotras?
–¿Qué fue lo que dijo Yareli? ¿Porque le mando a decir eso a Heloise? Cuando claramente sabía que morirían ahí. –pregunte.
Los hermanos se vieron el uno al otro hasta que Aidan finalmente pronuncio.
– Quatre cors renaixeran per donar mort a aquell ésser de maldat, com els quatre elements viuran.
– Cuatro corazones renacerán para dar muerte a aquel ser de maldad, como los cuatro elementos vivirán – tradujo Lance.
–Reencarnación – dijo Helene.
El lugar se llenó de silencio, los chicos nos miraron con caras muy serias esperando que nos diéramos cuenta, cuando entendí me levante violentamente tirando hacia atrás la silla.
–Esto es una broma ¿Verdad? –hable.
Helene estaba igual de impactada que yo, había puesto sus codos sobre la mesa mientras en sus manos apoyaba su cabeza.
–¿Por qué nosotras? –susurro.
–No es algo que eligiéramos, es algo que ya estaba escrito desde que nacimos– hablo Lance.
–¿No tienen suficientes pruebas con lo que vivieron hoy? El conde quería matarlas, antes que nosotros a él y aprovecho que ustedes aun no recuerdan– Dijo Aiden
–¿Recordar? –pregunto Helene.
–Con nosotros fue hace ya unos años, empezamos a tener sueños muy vividos de lugares con los mismos personajes, al principio pensamos que era una mera coincidencia y no prestamos atención, hasta que un día cuando desperté algunos recuerdos volvieron a mí, aunque no todos solo algunas partes, después de unas semanas le paso lo mismo a Lance, aunque el recordaba otras cosas. Luego empezamos a investigar hasta encontrarnos en este punto.
–Cada uno obtuvo algunas memorias de quien reencarnaron, entre esas revivimos la forma en que murieron– prosiguió Lance– Creemos que pasará lo mismo con ustedes, pero no sabemos exactamente cuándo y quien será primera.
–¡Esto es una locura! – hable mientras caminaba de un lado a otro.
–Yareli, cálmate – Helene se volteo hacia mí.
–¿No estas escuchando Helene? Si esto es verdad significa que un vampiro de hace más de trecientos años nos está persiguiendo hasta vernos muertos.
–No si le damos muerte primero a el –dijo Helene.
–¿Estas loca?
–Estoy en la misma situación que tú y a mi parecer creo que no tenemos más opción ¿Verdad? – dirigió su pregunta a los chicos.
–Así es, aunque intenten esconderse lo más seguro es que el conde las encuentre, tiene a muchos bajo a su servicio tanto humanos como otros inmortales– respondió Aidan.
–¡Lo que faltaba, Mas vampiros tras nosotros! –Exclame.
–Lo más seguro es que nos quedemos juntos, tenemos varios años persiguiendo al conde, nadie como nosotros podrá mantenerlas a salvo –continuo Lance.
Tire un gran suspiro e intente tranquilizarme, es verdad que estábamos en una situación muy difícil pero aun había opciones, me senté de nuevo junto a Helene.
–¿Quién es quién? –Pregunte.
–Aunque somos reencarnaciones de ellos, no tenemos exactamente las mismas personalidades, pero si varios rasgos, la forma de identificar quien es quien es por nuestros nombres. La letra inicial de nuestros nombres es la misma de quien reencarnamos– hablo Lance.
Mi mirada paso por cada uno cuando pronunciaron los nombres de quien reencarnaron.
–Yo soy Abel.
–Yo Leo
–Yo Heloise.
–Yo Yarah– hable.
Aunque no entendía la razón estaba un poco feliz por ser ella, mi mirada se posó en Aidan ¿Esta atracción que siento hacia él, es porque fuimos amantes en nuestra vida pasada? Mi cabeza hizo muchas preguntas, pero no era momento para enamorarse de alguien, mucho menos de él.
–Todo esto aun me parece muy extraño, si el conde quería matarnos, ¿porque espero hasta ahora? –Pregunte.
–Él no sabía quiénes eran ustedes, sabía que reencarnaríamos ya que uno de los hombres acusado de brujería que se encontraba en la plaza aquel día, aviso al conde lo que Yarah y aquellas mujeres hicieron, todo para ser perdonado, pero solo gano adelantar su muerte –continuo Aidan –no sabíamos donde, ni quienes eran, teníamos que esperar. El único con los recursos necesarios para buscarlas por mar, tierra y aire era el conde, así que decidimos seguirlo en silencio, desde hace unos años.
–Nos enteramos de ustedes hace cinco días, intentamos llegar primero, pero cuando llegamos ya no estaban, solo encontramos al hombre que vivía con ustedes sin vida...lo siento por eso– dijo Lance.