–No puedes largarte a una misión sin ni siquiera recuperarte de anoche– dijo Lu mientras me ponía mi traje.
–¿Por lo menos me estás escuchando? –me dijo al sentirse ignorada.
–Lo siento, pero si no voy me meteré en más problemas– dije tratando de ocultar el hecho que me estaba sujetando del armario para no caer.
–Apenas y te mantienes en pie, si se arma una pelea no podrás protegerte– dijo agarrando mi brazo impidiendo coger mi abrigo.
–Estoy más que acostumbrada a esto, no sabes cuantas veces pelee en este estado.
–Si, pero apenas han pasado unas horas desde que te encontré casi muerta ahogándote– dijo con lamento–¿Desde cuándo haces esto por el conde? Ni siquiera yo sabía que tú eras el encapuchado que hace las misiones más difíciles.
–Lo sé, lo siento si te asuste, pero debes creer en mí, no me pasara nada– me acerque a ella a abrazarla– nos vemos en unas horas– le dije y Salí de la habitación colocando mi capucha así tapando mi rostro casi por completo.
A partir del momento que ocultaba mi rostro el silencio me invadía, apenas y mi respiración era lo que se escuchaba, debido a esto no podía refutar ninguna orden por más que no me pareciera
Nos acaban de mandar por un pueblo, un supuesto escondite de brujas, teníamos que inspeccionar si nuestra información era correcta y en ese caso llevarlos al castillo.
El pueblo se encontraba a unas horas del castillo, cuando llegamos alimentamos a los caballos y los dejamos descansar mientras que nos dividíamos dentro del pueblo, varios hombres se dividieron para explorar más campo. Como no recibí ninguna orden específica solo me adentre al centro de este, había un pequeño festival, había niños corriendo y varios puestos regados por la zona. ¿Por qué se me hacía algo familiar este lugar? Debido a que este pueblo está de paso a diversos viajeros, pasaba desapercibida. Miraba los puestos y hacia los lados de las calles por los callejones, un hombre llamo mi atención, estaba en un puesto de flores con un racimo de estas en su mano, sonreía como si eso le trajera un gran recuerdo, compro unas cuantas y la metió en su mochila. Camino por la calle hasta meterse a un callejón muy oscuro, iba muy alerta vigilando siempre sus alrededores, cuando caminaba el viento levanto sus rizos y me dejo ver bien su rostro, es el chico tierra. Me ha causado muchos problemas en las últimas misiones, si él está aquí es porque nuestra información era correcta.
Me dediqué a perseguirle a unos metros de él, caminaba rápido, vigilando que no le siguieran, es bueno en lo que hace y sobre todo peleando, lo que no logra a puños lo puede con su poder, decidí seguirlo por los aires. Trepe una de las casas y seguí su rastro por el tejado, ya que era un pueblo pequeño se me hacía fácil saltar de casa en casa. Se detuvo en una casa y entro en esta, mire a los alrededores, los demás ya se habían dado cuenta también, avise con señas que entraría para que estén listos si cualquier cosa pasaba. Me escabullí dentro de la casa por una ventana, cuando entre me fije que esta estaba por completo vacía, tengo una muy mala espina de esto, en silencio busque en las habitaciones hasta subir al segundo piso, solo quedaba una, cuando entre la puerta se cerró a mis espaldas.
–¿Por qué siempre tenemos que encontrarnos? –hablo el hombre de cabello ondulado.
Es verdad siempre coincidíamos y peleábamos con el mismo resultado, no podía acercarse a dañarme, pero su inteligencia me arrebato varios triunfos en las misiones. Saque de sus fundas mis dos dagas colocándome en posición de pelea.
–Yo de ti no haría eso, estás atrapado –dijo, dando señal a varios hombres que me apuntaban con sus manos, eran hechiceros.
No podía hacer nada en ese momento así que decidí alzar mis manos y bajar lentamente mis dagas hasta casi dejarlas en el suelo, de todos solamente había una persona que me preocupaba y era quien estaba frente mío. Cuando mi daga toco el suelo la lance rápidamente al hombre que se encontraba al lado del castaño, este en un movimiento rápido evito que se clavara en el pecho de su compañero, pero así dejándome camino abierto. Me acerqué directo a él, agarrando mi daga en el rebote de su lanzamiento.
La casa es hecha de madera, no hay tierra que pueda controlar o eso pensé hasta que de su collar salió un bloque de tierra que me mando a volar rompiendo así la pared y dejándome caer de un segundo piso. Ya en el piso aunque quise gritar, no emití ni al mínimo sonido, esto no se compara con lo que él me hizo, dolía y mucho, pero lo que él me hizo aún más, era un dolor constante e inimaginable. Me levanté pese a mi dolor y pude escuchar un crujido proveniente de mi pecho, tal vez me haya quebrado alguna costilla.
Frente a mí aterrizo el chico con una sonrisa en su cara.
–En serio me sorprendes, nunca dices nada ni siquiera cuando sales herido, debes de tener una gran fuerza de voluntad, pero ya es hora que te detengas matando a gente inocente– me dio un sermón aprovechándose de que me reponía de la caída.
Tan inocentes no son, ellos mataron a mi familia, me dejaron sola en este mundo y en manos de un hombre que podría matarme cuando se le plazca, toda mi desdicha es culpa de ellos. Esta vez me hizo enojar haciéndome que me dejara de importar si una de mis costillas este perforando mi pulmón, me lance contra él con furia con las dagas en mis manos, mierda me olvide de su alcance con la tierra, repitiendo la historia fui mandada a volar de nuevo. Esta vez no me demore en levantarme y precavida me lance a pelear con él, esquive varias veces sus golpes, dándole así algunos rasguños a él con mis dagas, logre darle un golpe al hígado que lo dejo sin aire, dándome ventaja en la pelea.
–¡Nos largamos! – escuché al líder de la misión, ya encima de su caballo, pensaban dejarme atrás. –Tenemos lo que quería el amo, ahora salgan de aquí todos– dijo desconcentrándome, dejando así mi guardia abajo, solo sentí el dolor punzante de una cuchilla atravesando mi hombro, mierda eso si dolió, mordí mi labio para poder distraer mi dolor, saque la mi hombro y la tire a hacia un lado, Salí corriendo hacia mi caballo, esta sería una pelea que no ganaría, el chico intento seguirme, pero tras mío apareció Lu en un caballo apuntando con un arco directo a él, esto nos dio tiempo de escapar.