Dicen que cuando tu alma agoniza de tristeza escribimos los mejores versos.
Y mi alma hoy esta rota, tanto que temo que muera.
Una muerte desolada es lo que tanto disgusta a mi averiado amor, pues aquellos que juraron no desligarse de mis manos, caminan hoy sin brazos.
Respiro y siento un inmenso vacío, como si nada habitase mi magno cuerpo, como si no tuviera nada que soltar.
Y a veces, pienso que mi destino es estar en silencio, dejar que se cicatrice mas mi centro.
Mil palabras sin soltar me atragantan, me ahogan, me dañan.
Me estaba acostumbrando a ser alguien a quien amaban, y ahora la ausencia es lo único que perdura en mi fragancia.