—¡Debemos encontrarlo rápido! —susurro, amenazante.
Tomo bruscamente los hombros de Natalie y la zarandeo. Su semblante permanece serio. La suelto y seguimos caminamos con mucho cuidado sobre los largos pasillos del edificio.
—Podrían matarnos si nos ven por aquí.
Me detengo y la miro con una ceja enarcada, posando mis manos sobre mis caderas.
—¿Te causa mas miedo la muerte, aun sabiendo lo que nos harían si descubren lo que realmente somos?
Mira un punto fijo en el suelo —a lo que supongo que esta razonando lo que acabo de decirle—, y asiente ligeramente después de unos segundos. Tomo su antebrazo y la arrastro por los pasillos. Finalmente, llegamos al Archivero. Miro a todos lados, esperando que nadie venga, mientras Natalie intenta abrir la puerta, sin hacer ruido. Escucho unos susurros a lo lejos. «Son las 4:35 de la mañana. Mierda.» Hago un ademan con mi mano, apresurando a Natalie. Por fin ogra abrir la puerta con éxito.
—Espero que este por aquí.
Comienzo a buscar por unos estantes altos que se encuentran del lado derecho de la puerta.
—No puedo creer que en serio puedas estar buscando el Mapa de Sixxma con toda esta oscuridad.
Suelto una pequeña risita y sigo buscando entre todos los archivos que guardan. El olor a papel invade mis fosas nasales. Encuentro un pequeño papel mal metido entre los demás. Lo saco con mucho cuidado. Lo he encontrado.
—Ahora debemos ir a la O-1 para buscarlo —propongo, mientras doblo el mapa y lo guardo en mi bolsillo—. No tenemos mucho tiempo.
Abro la puerta de la habitación y mi corazón se acelera al instante en que miro el exterior. Mierda, lo que faltaba.
—De nuevo merodeando por los pasillos, Amber —dice, mientras camina hacia mí.
La miro amenazante. Natalie aprieta mi mano fuertemente, la miro por el rabillo del ojo e intento que entienda mi plan. Vuelvo mi vista hacia enfrente.
—Creo que es hora de que aprendas de una buena vez que no debes meterte en asuntos de la A.C.
Los soldados se arrojan hacia nosotras. Logro esquivarlos por debajo de sus piernas y comienzo a correr por donde hemos llegado. Miro hacia atrás sin dejar de correr y miro a Natalie forcejeando con uno de ellos. La abofetean.
—¡Natalie!
—¡Tienes que irte! —lleva la palma de su mano hacia su mejilla—. Yo podre con ellos.
—¡Vayan tras ella!
—¡Corre, Amber, corre!
Miro como Natalie es levantada por los aires y azotada contra la pared. Un fuerte ruido resuena en el pasillo. No se levanta. Otros soldados comienzan a correr hacia mi dirección. Limpio rápidamente una lagrima que comienza a rodar sobre mi mejilla, pero no ha servido de mucho. Otras comienzan a caer rápidamente. Intento correr más rápido, pero siento que ya no puedo. Siento una gran punzada en el corazón y un doloroso nudo en mi garganta. Intento pensar en algo más que no sea en Natalie, pero no puedo. Ahora la única imagen que está en mi mente es lo que le han hecho. Solo espero que este bien. Quiero gritar, regresar y golpear a todos, pero si lo hiciera, no serviría de nada todo lo que he hecho por encontrar el Mapa de Sixxma, que nos podría ayudar a resolver por fin todo este misterio.
—¿Qué vamos a desayunar?
Doy un brinco del susto y tiro una pequeña cuchara, que estaba al borde de la mesa.
—No lo sé Flynn —respondo, sin muchos ánimos.
—Prepararé un pan tostado. ¿Quieres uno? —Asiento ligeramente.
Mantengo mi vista fija sobre la masa, que he estado batiendo desde hace casi diez minutos —o eso es lo que supongo—. Sin haberme dado cuenta, me he quedado dormida sobre la mesa. Mis pesadillas han aumentado y cada vez son más extrañas. No tienen sentido alguno. Desde aquí, puedo escuchar el caos vial que hay en el centro de la ciudad, —y como no, si todos se están preparando para la fiesta de año nuevo—. A mí me da igual que sea hoy.
Mis padres han salido a comprar las ultimas cosas para la cena de esta noche. El clima es frio y, a diferencia de otros años, no se siente ese ambiente navideño o de fin de año...se siente más como un día cualquiera. Parys entra a la cocina, cargando sobre su espalda a Aidan.
—¡Milagro! —Me levanto repentinamente de mi silla—, se han despertado antes de las dos de la tarde. Es un tiempo récord —levanto mis brazos y hecho mi cabeza hacia atrás, cerrando los ojos.
—Cierto. Supongo que lloverá o algo.
Parys y Aidan mantienen su semblante serio, mientras que Flynn y yo nos reímos por lo bajo. Nos miran con mala cara. Flynn saca el tostador y coloca dos panes, uno en cada orificio. Parys saca de la alacena lo que pondremos sobre los panes y Aidan se encarga de acercar las tasas para el café.
—¿Saben cómo funciona esta cosa? —Pregunta Flynn de pronto.
Intenta meter los panes, pero la mitad de ellos quedan fuera del tostador. Lo toma entre sus manos y lo examina minuciosamente, tratando de encontrar algo que baje las rejillas.
—No tenemos que tostar necesariamente los panes, podemos hacerlos...
—¡No! —Grita desesperado—. Yo sé que no es necesario, pero ¡Quisiera poder hacer algo bien por alguna vez en mi vida!
Toma una taza vacía que se encuentra sobre la mesa y la arroja contra el tostador. Sale un pequeño rayo de la taza y viaja a través del cable del tostador, así, llegando hasta el enchufe de la corriente eléctrica. «¿Qué demonios acaba de pasar?» Aidan, Parys y yo miramos estupefactos todo lo sucedido.
—¿Pero que carajos fue eso? ¿Vieron el rayo? Díganme que también lo vieron.
—Cállate, Flynn —bufé.
Intento calmarme un poco y analizar lo que acaba de pasar. ¿Cómo ocurrió esto? De pronto siento que mi apetito se ha ido y lo único que pasa por mi mente es que en cualquier momento llegarán nuestros padres. Mierda.
—Limpiemos este desastre.
Tomo una bolsa de plástico de un cajón y comenzamos a limpiar. Tomo el tostador y corro rápidamente hacia mi habitación. Lo escondo bajo mi cama. Ellos tres se quedan a recoger lo que queda. Camino hacia la puerta, para poner el seguro en la puerta y así, tener un poco más de tiempo, en caso de que nuestros padres lleguen. Camino hacia la cocina y aún falta recoger los pequeños vidrios de la taza. Me ofrezco a recogerlo, para evitar que alguno de ellos se corte.