Raúl iba sentado en el último asiento del bus, pero su mente andaba por otros caminos. Pensaba en las memorias que había hallado en el cajón del abuelo, cuando fue un niño, y que había leído bajo la luz de la linterna. Veinte años después, con profesión de cineasta, decidió plasmarlas en la cámara de video. Por fin tenía la idea clara.
De repente, un asaltante subió en la parada y disparó una bala que pasó como un borrador a través de la frente de Raúl, anulando su vida y con ella su anhelo.