Ricordami Sempre

Capítulo 8

ANGELINA

Estaba yo parada justo frente a su puerta, puse las manos en la manija sentí un ruido adentro y la abrí. Lo que vieron mis ojos fue totalmente asolador para mí, me sorprendí tanto que dejé caer el regalo al suelo inconscientemente y no me interesé en recogerlo. Bruno tenía el torso desnudo mientras se besaba con una chica pegados a la pared, la chica estaba en ropa interior, le rodeaba la cintura con las piernas y por su cabello sabía quién era, ella era otra de nuestras compañeras de clase, Grechen Smith. Se besaban con deseo, y nisiquiera se detuvieron a mirar para ver quién abrió la puerta. Cerré la puerta tras de mi y caminé dos pasos antes de derrumbarme en el medio del pasillo. Sentía que mi corazón se había roto en millones de pedazos que talvez nunca vuelvan a unirse y se repetía la imagen en mi mente. 
Me paré y bajé las escaleras, tenía unas ganas horribles de llorar, pero no lo hice, no lo hice porque prometí nunca más hacerlo, lo prometí a mis padres. Caminé hacia la parte trasera de la casa, la puerta estaba cerrada con llave, era un milagro que no hubiera nadie ahí atrás. Como yo sabía dónde estaba la llave, la tomé y abrí la puerta, salí afuera, en esta parte de la casa había una piscina, estaba bien limpia y cristalina, podía ver el fondo. El viento me despeinaba el cabello. 
Estoy segura que a Bruno no le importará que use su piscina por un rato, claro, dudo mucho que le importe algo más que estar entre las piernas de esa chica mientras se la folla. Me quito los tacones rojos que llevo y los dejo en la orilla, luego bajo por los escalones y me sumerjo en el agua, está tan refrescante y me relaja. Pienso en la primera vez que vi a Bruno y me duele el alma. No lo culpo, se que no es nada mío, que no me debe ninguna lealtad o explicación de lo que haga, pero eso no evita que me sienta decepcionada y totalmente rota por dentro, quiero llorar hasta que ya no me duela pero sé que sería imposible. Sumerjo totalmente mi cuerpo en el agua, mi vestido flota al igual que mi cabello, aguanto la respiración y cierro los ojos por un momento, luego salgo a la superficie y tomo aire agitada, salgo del agua lentamente. Cuando estoy afuera puedo sentir como el césped me pincha los pies, mi cabello y mi vestido escurren agua y estoy segura que no tengo buena pinta pero nada de eso me importa ahora. Entro a la casa y camino por los pasillos oscuros. Llego a la parte que está llena de gente, nadie se detiene a mirarme o estarán muy borrachos para notarme o simplemente pensarán que ver gente totalmente empapada es parte de la fiesta.
Camino a la puerta de entrada, algunas personas si me miran ahora pero yo no les prestó ninguna atención, salgo de esa casa lo más rápido que puedo y corro a la mía, cierro la puerta a mis espaldas y resbalo por ella hasta llegar al piso, tenía el vestido pegado al cuerpo los ojos me picaban y me dolía el pecho. Sentí alguien tocar la puerta.

— Angie, soy yo Perla, abreme la puerta por favor, se que estás ahí— no respondo nada— Angie si no respondes juro que voy a tirar esta puerta abajo.

— Estoy bien Perla, no te preocupes, disfruta la fiesta, te veo mañana en el cole— murmuro lo suficientemente alto como para que me escuche.

— ¿Estás segura de que estás bien? Te vi toda mojada allí— me dice bajando la voz.

— Si, estoy bien, no te preocupes, eso fue una broma de unos amigos— sonrío ligeramente aunque sé que no puede verme.

— ¿Nos vemos mañana entonces?— me pregunta.

— Si nos vemos mañana.

La escucho alejarse. Subo sin ningún deseo a mi habitación veo que Loki duerme plácidamente, me quito el vestido y la ropa interior y luego tomo una toalla en el baño y me seco todo el cuerpo y el cabello. Me queda un poco húmedo pero lo recojo en una coleta y me pongo ropa interior seca y mi pillama. Me acuesto en la cama aunque dudo que pueda pegar ojo esta noche.

Miro mi pintura en la pared y en lo único en que pienso es Bruno: su sonrisa amplia cada vez que sus amigos le contaban un buen chiste o en como se levantaba más temprano cuando sus padres no estaban en casa para tenerle listo el desayuno a su hermano cuando despertara sin importarle si tenía sueño, o como se comió todo el pastel de chocolate que le dí pensando que no lo sabría, o su mirada de chico decidido cuando salvó a Loki, esas fueron las cosas que me hicieron enamorar de él, pero ahora veo que él no piensa ni pensará lo mismo de mí, que talvez nunca me vea como lo veo, así que por eso he decidido olvidarme de él y tratar de continuar con mi vida y la promesa que le hice a mis padres: tratar siempre de seguir siendo feliz. Aunque nisiquiera recuerde como es ser realmente feliz. Entre pensamientos veo como se hace de mañana, ya afuera es de día, lo sé porque a través de la cortina se puede ver el resplandor. Mi mente y mi cuerpo se sienten agotados por igual y mis ojos me duelen demasiado, no creo que pueda ir a la escuela, al menos no creo que esté en ninguna clase sin caer dormida sobre la mesa.
Cojo el móvil en la mesita al lado de mi cama para enviarle un mensaje a Perla.

— Angie
Hola, pesqué un resfriado por la broma de ayer, por favor hazme una justificación en la dirección, te adoro.
Me responde enseguida.

— Perli
Está bien, no te preocupes, yo también te adoro.
PD: te quiero aquí mañana, sin peros.

Lo último me hace sonreír, esta chica nunca cambia, pero bueno lo importante es que tengo un día para descansar y recuperarme. Paso media hora más en mi cama simplemente pensando mi vida, en ese momento suena mi teléfono signo de que me estaban llamando, pero cuando ví el nombre de la persona casi me da un infarto, me estaba llamando Bruno, ¡BRUNO!, cuando él nunca me ha llamado, no sé que querrá pero obviamente no lo voy a coger, no quiero hablar con él en este instante. Luego de 3 minutos el sonido de mi teléfono ya me estaba empezando a impacientar había llamado como tres veces así que la última vez simplemente la cuelgo para que por lo menos sepa que yo no quiero hablar y punto. Me levanto de la cama y voy a la cosina, le sirvo la comida a Loki y se la come en un dos por tres. Nota mental: ir a comprar comida para Loki en la tienda de Robert, tocan la puerta. Cuando abro veo a Mindy, la chica de 13 años que siempre saca a Loki a pasear, ella siempre me ayuda con eso y sé que coge el dinero que le doy porque yo le insisto mucho porque ella es un amor; le sonrío aunque por su cara debió parecerse más a una mueca.



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En el texto hay: amnesia, romancejuvenil, fobia

Editado: 10.04.2022

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