Capítulo 24

ANGELINA

En cuanto salimos al pasillo no pude evitar ver las miradas que nos daban cada chico que nos encontrábamos, pues si a esas estábamos, nosotras tampoco nos quedaremos atrás. Según nos íbamos acercando al campo de fútbol de la escuela, la algarabía, los gritos y el ambiente festivo se iba haciendo presente.
No voy a negar que aveces mis pensamientos se iban a lo que ocurrió ayer, la decisión que había tomado, la decisión de apartar a Bruno de mi vida y de mi mente, y saber que lo voy a estar viendo hoy a cada rato no facilita nada esto. Sacudo mi cabeza obligándome a apartar esos pensamientos de mí, no vine aquí hoy para pensar tonterías, vine a hacer todo por apoyar a mi equipo, darle ánimos y transmitirles nuestra alegría.

—Hemos llegado a el campo de fútbol de la escuela— comenta Shine con una amplia sonrisa— Oh mira, allá están las demás chicas— señala unos bancos a la derecha, las chicas estaban sentadas mirando a todos lados, seguro que buscándonos.

— ¡Chicas, estamos por acá!— grita Perla, al momento todas nos ven y caminan hacia nosotras mientras sonríen, luego no hacen otra cosa que envolvernos a preguntas sobre ¿dónde estábamos? ¿qué hacíamos? o ¿cómo me encontraba de mi golpe en la cabeza?

— Chicas... — dije pero siguieron hablando sin prestarme atención— Chicas... — repetí al borde de mi paciencia— ¡Chicas prestadme  atención!— al momento de mi ataque de histeria todas se callaron y por fin me estaban atendiendo, aveces se comportaban como un grupo de gallinas locas, sin comentarios— Ahora, vamos a dar lo mejor que tenemos, no vamos a dejar que nuestro equipo pierda porque vamos a apoyarlo como solo nosotras sabemos hacer. Tenemos una nueva integrante, Shine... — giré la vista a Shine junto a mí y le dediqué una sonrisa amable, luego volví a mirar a todas mis compañeras— ...y como una más de nosotras siempre la defenderemos, así que— puse una mano frente a todas— Todas para una— empecé a decir sonriendo, Perla puso su mano sobre la mía luego Shine y después casa una de ellas fue uniéndose al grupo— ¡Y todas por nuestro equipo!— terminamos de decir todas juntas sonriendo.

— Ahora salgamos— agregó Valeria, otra de mis compañeras, dando un saltito. Cuando salimos a la cancha Miro las gradas llenas de personas, chicos y chicas, incluso niños y familiares de los jugadores. Mi vista va hacia los jugadores de nuestro equipo haciendo estiramientos y practicando con el balón algunas técnicas, cuando mis ojos encuentran a Bruno el corazón me da un vuelco, como su cabello está tan largo que casi le llega a los ojos se había puesto una banda elástica en la frente de color blanco. Su camiseta tenía un gran número 07, Sentado en un banco tomando agua con otra banda blanca en el pelo estaba Teodore, a aquellos idiotas si que les quedaba bien el traje, y las mujerzuelas de las gradas lo sabían tan bien como yo, no se cansaban de gritar sus números con aquellas voces chillones que amenazaban con dejarme sorda y lo que más me incomodaba de todo esto era el hecho de que Bruno les sonría con coquetería y hasta les lanzaba uno que otro beso. Fruncí los labios con los puños apretados y le dí la espalda.

— ¿ No me digas que te estas arrepintiendo de decirle a Bruno que ya no estás enamorada de él?— me dice Perla tomándome por sorpresa, abro los ojos y doy un paso atrás.

— Y ahora tienes celos de esas chicas a las que el les presta mayor atención— dice Shine mientras aparece como por arte de magia junto a Perla con la misma cara de curiosidad. Vuelvo a dar otro paso atrás.

— Espera ¿  Pe.. Pero cómo sabes e.. esas cosas Shine?— tartamudeo y luego río nerviosa, las miradas penetrantes y acusatorias de esas dos en serio ya me empezaban a dar miedo. Vuelvo a dar otro paso atrás.

— Eso ahora no importa Angelina, confiesa— vuelven a decir las dos a la misma vez, dos muchos pasos hacia atrás hasta que mi espalda choca contra el pecho de alguien y mi cintura es tomada por dos manos firmes. Oh dios mío, espero que no sea quién estoy pensando, levanto la vista lentamente hasta que mis ojos chocan con la vista de unos labios tentadores y ojos verdes esmeralda que me miraban de igual forma. Eran tan verdes como los míos que al momento sé que no es Bruno y descubro que no me siento nada decepcionada de que no lo sea. Mis labios se entreabren mientras continúo mirando aquellos ojos verdes sobre mi cabeza.

— Ujum ujum, eh, veremos que quieren las demás— la voz de Perla me saca de ese momento de ilusión, la miro y le asiento. Cuando ella se va intento separarme de aquel chico pero su agarre en mi cintura se aprieta un poco. Lo vuelvo a mirar sobre la cabeza frunciendo el ceño.

— Hola de nuevo— lo escucho decir por fin mientras sonríe, una sonrisa amplia y muy linda por cierto, su voz se me hace conocida aunque no recuerdo de dónde.

— ¿Cómo que hola de nuevo? y ¿Podrías soltarme ya?— respondí, él solo se hecha a reír y vuelve a mirarme.

— Te recordaba más tímida ¿sabes?— al fin me suelta, muerdo mi labio inferior un momento antes de girarme hacia él— ¿En serio no me recuerdas? Auch, eso me rompe el corazón— se toca el pecho fingiendo dolor. Cuando lo miro bien me sorprendo al descubrir que el chico que tenía frente a mí era aquel que me había atendido días atrás en el centro comercial. Al momento me ruboricé avergonzada. Aveces soy demasiado olvidadisa.

— Eh, sí te recuerdo, eres el chico del centro comercial— comento rascándome el cuello con nerviosismo y mirando a otro lado. Cuando me volví a fijar en él noté que tenía puesto el traje negro de los jugadores del equipo de esta escuela, que le quedaba muy bien por cierto, aquella camiseta me daba una buena vista de sus bien marcados abdominales. Su cabello rebelde de color negro, alto y muy atractivo, ahora más de lo que recordaba. Su sonrisa coqueta me hace volver a la realidad y dejo de observarlo como sé que estaba haciendo hace un momento— Bueno, me alegro volver a verte pero tengo que regresar con mi equipo, ya casi comienza el partido— Hago amago de irme pero me toma por la muñeca.