«Al borde del colapso»
No dejé de pensar en el corte de cabello simétrico en todo el quiz, pero la verdad estaba bastante fácil, así que no me perjudicó tanto. Me encontraba discutiendo respuestas con mis amigos durante el almuerzo, sin embargo ellos habían contestado cosas completamente diferentes.
—¿Cuál era el elemento número 31? —preguntó Camila
—Supongo que Vanadio —respondió Emiliano.
—¡Por supuesto que no! —exclamé—. Es Galio. Era la pregunta más fácil de todas.
—Claro, eres Julia.
Fruncí el ceño y seguí comiendo el Chop suey seco y feo que dieron de almuerzo en el colegio.
Hoy era un día de suerte, pues el personal de todo el colegio tiene una reunión y los estudiantes nos retiramos después del almuerzo.
Apenas terminé de comer me despedí de mis amigos y fui al estacionamiento del colegio, a buscar el Tucson azul que me llevaría a conocer el refugio para perros. Según Franco ya estaba esperándome, pero yo no veía su auto, entonces me quedé como estúpida en la entrada del colegio unos cinco minutos.
Recibí un mensaje de texto.
De: Franco
¿Dónde estás?
De: Julia M.
En la entrada del colegio perdiendo mi dignidad esperándote como estúpida. ¿Dónde estás tú?
Lo vio y no respondió, ¿eso qué quiere decir? Y claro, yo en vez de volverle a preguntar me puse a esperar otros dos minutos.
El auto azul apareció frente a mí, por fin. Franco bajó la ventana y dijo—: Sube, tenemos mucho trabajo en el refugio.
Subí al auto sin decir nada, solamente recibiendo el agradable olor del auto que revolvió mi cerebro. Busqué mis auriculares en el bolso y apenas los saqué Franco mencionó—: No, definitivamente no.
—¿Qué? —cuestioné.
—No te vas a poner los auriculares como si yo no existiera, lo detesto.
¿Como si él no existiera? ¿Qué quiere? ¿Tener una conversación conmigo? Nosotros no hacemos eso.
—¿Vamos a tener una conversación de amigos en el camino? ¿Nosotros?
—¿Qué tiene de malo? —dijo encogiendo los hombros.
—Por Dios, Franco. ¿Se te olvidó que nos odiamos a muerte?
En realidad, no lo odio tanto, ¡me gusta! ¿Cómo lo voy a odiar? Pero había que mantener un perfil bajo.
—Montenegro, necesito que por favor superes la idea de que nos odiamos, ya no somos rivales ¿entiendes? El imbécil de Dorian me bajo de mi puesto de mejor promedio y a ti también, antes de vencernos entre nosotros hay que vencerlo a él. Ya me das bastante igual.
»Además, no es que quiero tener una conversación de amigos, solamente creo que es una falta de educación ignorar la existencia de una persona poniéndose los auriculares con música a todo volumen.
Muy bien, la frase que hizo eco en mi cabeza fue «Ya me das bastante igual», porque no sabía si debía dolerme o tranquilizarme porque ahora sé que no me odia. El resto del discurso también me dejó estupefacta, Franco Villarreal me dijo que no me odia y que yo debería superarlo. Y apesar de todo lo que pasó por mi mente solo respondí—: Es una falta de educación hacer esperar a una dama.
¿Qué carajos, Julia? Ni que te hubiera recogido para una cita.
Él ignoró mi comentario. —¿Quieres escuchar música? Escucharemos música entonces. —Encendió la radio—. Sí, esta emisora.
Sonaba Closer de The Chainsmokers. Inconscientemente me puse a tararear.
—So baby pull me closer, in the back sit of your rover that I know you can't afford —cantó Franco. Aunque su inglés no era tan bueno—, bite that tattoo on your shoulder.
—Dios mío, cantas horrible —señalé.
—¿Disculpa? Mi voz es majestuosa.
—Primero, deja de ser tan arrogante y molesto. Segundo, pareces un mono apaleado cantando.
—¿Qué diablos es un mono apaleado? —dijo entre risas.
—Un mono que acaba de ser golpeado con un palo. Duh.
—Apuesto a que ni siquiera existe el adjetivo apaleado.
Me hizo dudar, la verdad nunca había escuchado a nadie decir «apaleado», pero Franco solo quería ganar como siempre, así que me arriesgué y dije—: Busquemos en Google.
—Excelente idea.
Active los datos móviles en mi teléfono y dije—: Ok Google.
—¿Usas el buscador por voz? Que perezosa.
—No te he entendido —dijo Google.
—No soy perezosa, aprovecho la tecnología. Y guarda silencio para que pueda buscar, por favor. Ok Google. —Se activó la búsqueda por voz—. Significado de apaleado.
—Buscando significado de apaleado. —Esperé microsegundos para ver el resultado—. Se muestran resultados de apalear: Dar golpes a una persona o cosa con un palo o cosa semejante.
¡JA! Sí existe. Miré a Franco de forma arrogante y dije—: ¿Qué decías sobre la palabra apaleado?
—¿Qué decías sobre la arrogancia? Ya llegamos.
Siendo sincera el viaje se pasó bastante rápido, apenas me dio tiempo de criticar la voz de Franco y buscar en Google.
Estoy ansiosa por conocer el refugio, me pone muy feliz saber que los perros callejeros del barrio ya no tendrán una vida tan dura. Bajé del auto y admiré el pequeño local, era el más pequeño del área, tenía un cartel que decía «Se alquila».
Franco arrancó el cartel y lo convirtió en una bola de papel. Metió la llave en la cerradura y antes de darle vuelta dijo—: Está bastante mal por dentro, muy... desordenado.
—¿Sabes? Tienes suerte de que tu compañera esté obsesionada con el orden.
—Solo por eso te traje. —Abrió la puerta—. Necesito alguien que me ayude a arreglar este desastre.
Sí, definitivamente es un desastre. Habían cajas por todas partes, el piso estaba lleno de polvo, las paredes estaban sin pintura y las cosas en los estantes no estaban simétricamente acomodadas. Me encontraba al borde del colapso, el estrés me provocó ganas de arrancarme el cabello.
—Necesito una escoba ya, Franco. Por favor.