CAPÍTULO 1
“Hoy es el primer día de instituto, comienza un nuevo curso y con el una nueva oportunidad de seguir aprendiendo y de disfrutar de la mejor compañía del mundo: Paula, Sara, Diana y Tamara, las mejores amigas del mundo… Así que vayamos para el San Eugenio. “
Estos son los pensamientos de Rocío quien con catorce años y a punto de comenzar su segundo año de secundaria ya a sido nombrada la mejor alumna de su pueblo, Dos Hermanas.
Ella es nacida y criada en el pueblo, es la menor de tres hermanos, los dos mayores Diego y Abel ya están independizados y es la única hija que sigue viviendo con sus padres; Carmen y Antonio, quienes aprovechan para consentírselo absolutamente todo, también ella hace bastantes méritos para ello.
Es estudiosa, educada, cariñosa, atenta y aunque ha llevado ya algún niño a la casa, no da motivos de preocupación para sus padres debido a su responsabilidad, la única pega que le ponen es que se ha iniciado a fumar muy pequeña “¡No iba a ser tan sumamente perfecta! “, dice su madre.
Otra cosa es fuera de casa, cuando se junta con sus amigas, no son lo que se dice rebeldes pero tampoco unas santas, todo depende de en casa de quién estén…
Con Sara y Paula, dos hermanas tal para cual, es dormir, hablar y planear fines de semana de compras .
Ir a casa de Diana, la más romántica del grupo, es inflarse a comer y a ver películas tipo “Titanic” o “Pretty Woman” y terminar todas llorando como magdalenas.
Otra cosa muy muy distinta es cuando se juntan en casa de Tamara, que es simplemente para beber, fumar y hablar de los chicos guapos que han entrado a la clase durante el curso.
Eso sí, siempre tienen un hueco para juntarse para estudiar y ese es el momento para ir a casa de Rocio, donde se juntan dos o tres días por semana, depende de que tan lejos tienen los exámenes.
Por la mezcla de todo y el cariño y el apoyo que se dan es que todas se complementan a la perfección, como dicen ella o diría el mismo Dartañan, “Una para todas y todas para una “, para todo y en todo se tienen las unas a las otras.
Hace mes y medio que no se ven por lo que Rocío está deseando verlas y que se cuenten todas y cada una de las novedades que se tienen que contar, por lo que a la carrera termina de maquillarse y de guardar los libros en la mochila y tras darle un dulce beso a su madre sale corriendo camino del instituto, vive a cincuenta metros por lo que tarda cinco minutos en llegar.
Cuando lo hace Paula y Sara ya están en la puerta esperando a las demás, son las que más lejos viven por lo que les gusta salir una hora antes de comenzar las clases para poderse juntar todas y charlar, pero hoy parece que se han caído de la cama.
Con un caluroso abrazo reciben a Rocío, con quien comienzan a ponerse al día, en el mismo instante en el que Paula le comenta que en este mes y medio han estado en Salou y ha ligado con “un catalán guapísimo”, llega Tamara; con su habitual cola de caballo y su cigarrillo en la boca, quien al escucharla y tras darle un abrazo a Rocío y a Sara le dice gritando:
.-¡Que guardadito te lo tenias tú eh cabrona!
Dicho esto le da un puñetazo cariñoso y acto seguido un la aplasta contra sí.
. – Yo tengo también novedades chicas, ¿os acordáis que yo me fui a Gran Canaria?
Síiiiiiiiiiiiiii, gritaron las demás.
. – Bien, pues allí he pasado el mejor mes de mi vida… - Y, cosa extraña en Tamara, se sonroja recordando – Nada más llegar conocí a Jeremi, moreno, alto, guapo y… ¡Diecisiete años! Vivía en el apartamento de al lado de la casa que cogieron mis padres y como a los diez minutos de instalarnos le conocí y comenzamos a hablar, dos o tres días después nos enrollamos, un besazo niñas… ¡De infarto!... Y así estuvimos una semana o así a base de besazos y como a la semana o así, una tarde que paseábamos por la playa… Lo hicimos…
. – Hicisteis, ¿el que? – Preguntó Diana a modo de saludo.
. – Pues, ¿Qué va a ser, boba? ¡EL AMOOOOOOOR! La primera vez que lo hago en la playa, a la luz del día y con un montón de gente yendo y viniendo que andaba por la arena como si nada… Y encima, ¡Con un bombón!
. – Déjense de cháchara y entren al instituto que la clase empieza en diez minutos. – Con esta orden anuncia su llegada el director, un profesor joven, de unos 40 años y bien trabajado del gimnasio, que tiene como loca a Tamara.
Haciéndole caso al director, entran hasta su aula, en cadena, una agarrada del brazo de la otra y con sus cuchicheos entre risas.
Una vez entran, se dan cuenta de que hay un grupo nuevo de muchachos, todos guapísimos y con pinta o de boxeadores o de delincuentes, no pasan inadvertidos entre sí, ni ellos para ellas ni ellas para ellos, sin dejar de mirarse; en especial Rocío a uno de ellos, rubito, con los ojos azul cielo más grandes que ha visto en la vida y quien la mira con una cara pícara que la trastoca.
Al llegar el descanso, las chicas vuelven a sus cotilleos y, como es de lógica en ellas, lo primero que sale a relucir es el grupo de chicos nuevos, los cuales también parecen igual de amigos que ellas…
.-Yo en breve voy a entrar en acción, no te preocupes Rocío, que el rubio es pa ti eh que ya he visto como os habéis mirao… A mí me mira un niño como ese así y ahora mismo está en el baño eh jajajjaaja…
Todas coinciden en que son guapísimos pero también tienen que estudiar, que loa chicos pueden esperar a las vacaciones…
Y con esa idea arrancan el primer trimestre del curso…
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Editado: 23.10.2018