Todos en la escuela se preguntaban por Casie. Una adolescente cuya manía por hacer maldades nunca se le iba por más que lo prometiera no cumplía con su palabra.
Provenía del planeta Fuego, su signo distintivo era diferente al resto porque lo portaba no era una esfera pequeña, este era un sello. Una llama negra en la puerta de su oído. Cabello negro reluciendo mechones naranjas, llevaba en la mayor parte de su rostro, cejas y nariz pequeños lunares de distintos colores. Siempre vestía de negro.
El rey Zodian, tío de Casie pacto con el rey Criptón entregársela cuando tuviera suficiente edad para servir a su hija, Critonita. Quien lleva a cabo una peligrosa misión, aunque eso no le importe en absoluto.
La curiosidad llevo a Casie a desarrollar su poder. Puede aparecer y desaparecer cuando se le plazca, pero deja rastro; fuego. Ella se complementa a la perfección con los habitantes oscuros, por sus venas corre sangre negra.
Siempre le molestaron las actitudes de solidaridad que tenían sus amigos. Sin embargo, fingía ser su amiga para recabar toda la información posible del objetivo, Rojo. Llego a tenerle celos por el enamoramiento de Pluto hacia la chica del cabello de fuego.
Empezaba a tener poca paciencia al resto, pero el rey Criptón llego justo a tiempo para rescatarla. Al conocer el secreto que su tío, el rey Zodian, había guardado por muchos años, ella acepto demasiado gustosa. Gobernar el universo a través del mal era una fantasía, que pronto cumpliría.
Sus amigos y compañeros en la escuela nunca se percataron que lo único que quería era matar la esperanza en corazones inocentes cometiendo atrocidades. Muy poco notaron su ausencia, aunque Rojo y su grupo de amigos están por vivir la peor experiencia cercana a la muerte.
Casie por primera vez cambio su atuendo. Camina haciendo volar las puntas de la capa roja, se dirige al palacio de forma precipitada, en la entrada choca con Chispa. Quien sonríe maliciosamente.
- ¿A dónde vas tan apurada, Casieeee? – pregunta arrastrando la última letra de su nombre.
-Voy a tener una preciosa conversación con la oscuridad – ironiza apretando sus dientes al hablar.
Esquiva la prominente figura de Chispa adentrándose en el interior del palacio. Los ojos saltones de los búhos apostados en cada columna que sostiene el techo, que no conoce la terminación del mismo. Es infinitos y cuelgan arañas, murciélagos, velones negros y algunas veces cuando el rey se encuentra de mal humor cae nieve roja. La observan hasta perderse en la sala de reuniones.
- ¡Al fin llegas! – se pronuncia la reina bastante molesta – Tenemos un trabajo para ti.
- ¿Cuál? – indaga de pie en la terminación de la larga mesa - ¿Podría ser más específica?
- ¡Calma, Casie! – exclama el rey sintiendo el tenso cruce entre su esposa y la chica.
Solamente se pueden ver sus ojos porque lleva tapado el resto de su cara y manos.
Alguien más faltaba a la reunión. Critonita y su escuadrón ingresan haciéndose notar entre ellos. La chica de la oscuridad escrudiña a todos sin perder de vista a la reina con quien mantiene un importante duelo de miradas.
- ¿Cuál es el motivo de esta junta o reunión a mis espaldas, padre? – interroga apoyando con suma suavidad sus manos sobre la mesa mirándolos fijamente.
La reina Gray Tartu se pone de pie, camina juntando sus manos y de reojo empieza su discurso en una clara declaración de guerra.
-Tú no tiene el poder para reclamar nada – objeta bastante tranquila la Princesa de las tinieblas – El que hayas obtenido una de las esferas, no quiere decir que tengamos que obedecerte, especie rara.
El calificativo que usa para menospreciar a la sucesora del trono provoca en el rey irritación obligándola a que se retire.
-Reina Gray Tartu – vocifera el rey bastante alto – regrese de inmediato a sus aposentos porque no tolerare ni una más ofensa hacia mi hija.
Ella no se atreve a contradecirlo porque le costaría una pelea, en donde, perdería su cariño para siempre. La princesa Critonita siempre ha sido considerada su mejor heredera y nadie podía negarlo.
Nuevamente las puertas se abrieron, pero para que Gray Tartu se retirara demasiado furiosa.
-Bien, podemos continuar – dice el vocero real, Aikan.
- ¿Para qué has realizado esta junta? – vuelve a preguntar Critonita tomando asiento al lado del rey - ¿Y qué tiene que ver en todo esto, Casie?
-Necesitamos de sus poderes para poder llegar hasta los rincones más oscuros de la escuela.
Casie oculta en un rincón levanta la cabeza cuando escucha hablar al rey. No le agrada para nada tener que volver al lugar que tanto desprecio desde niña.
- ¿Cuál es el plan? – interroga Kim, Ráfaga de viento interesado en la conversación.
-Casie será quien nos traiga el libro que tanto hemos buscado – el rey bebe de su brebaje de moras saboreándolo en su paladar – Es muy apareciendo y desapareciendo ¿Verdad, Casie?
-Sí, rey – ella sabe que no puede negarse porque le costaría la expulsión del planeta y su tío prácticamente la daría por muerta, sin contar que no asumiría como reina en su lugar.
-Entonces, iras junto con Critonita y sus... reclutados – el rey habla moviendo sus manos – ellos te servirán de apoyo porque no creo que necesites ayuda adentro. Eres muy hábil para dejarte atrapar.
-No podemos incendiar la escuela y ya – da su opinión Chispa que en ningún momento lo vieron entrar – Seria fácil hacerlo mientras duermen.
- ¡Que idiota eres, Chispa! – exclama Kim, Ráfaga de viento – No tendríamos posible de obtener lo que queremos. Además, seriamos claros culpables.
-Piensa antes de actuar – musita el rey con sonrisa irónica – ese es el lema, Chispa. Necesitamos ese maldito para encontrar las esferas y ser tan poderosos como el agua y el viento, la noche y el día, el sol y la luna, y la vida.