Critonita recibió la noticia de que Rojo se apodero de la esfera del planeta Marte.
Caminando con las manos en su espalda se dirigía a la cumbre del risco de Pitón, el sitio que casi nadie conoce, excepto ella y sus ganas de alejarse del toxico ambiente oscuros.
El rey Criptón decir que estaba furioso es poco. Largaba fuego por sus fosas nasales al enterarse que tiene competencia en la búsqueda del poder.
La chica de la oscuridad se veía impasible, nada la perturba y una perceptible sonrisa apareció en su rostro cuando llego al final del risco. La profundidad del vacío era estremecedora, huesos desperdigados por las piedras y una cascada que se desprendía desde lo alto cayendo en un rio infinito.
-No deberías estar aquí – dijo admirando una belleza escondida que aún conserva su color verde - ¿Por qué viniste?
-Ah comprobar si es verdad lo que murmura el universo entero – Arcano necesitaba tener certeza que no es mentira lo que algunos soldados le comentaron.
Una esperanza demasiado remota resurgía en los corazones de sobrevivientes de la guerra hace muchos años atrás.
-Según el espía de Criptón, la chica se llevó una de las esferas más poderosas. Pero la ambición codiciosa quiere ganarse la confianza del rey y harán todo lo posible para robarlas.
-Cadavera, el monstruo devorador de cerebros es el nuevo aliado de tu padre – Critonita se quitó su capucha, aunque permanecía de espaldas viendo la fluidez del agua – Él no se detendrá hasta arrebatarle lo que queremos también sus cerebros.
-Tenemos que crear una distracción para llamar su atención y borrarlo del mapa sin que sepa Criptón. Hay que ser silenciosos para que no sospeche.
-Me parece suicidio, pero con tal de que ellos no se alcen con el trofeo. Ayudare en lo que pueda.
-Haremos lo siguiente...
La oscura empezó a detallarle el plan. Emboscarían a Cadavera antes de atacar el planeta Serpentari justo cuando haya informado al rey de los movimientos de Rojo, lo único preocupante es su hermano, Raco se volvió irritable porque su padre lo alejo de la reina.
Vigilaba cada movimiento que daba, pero no podía dar con su paradero. Ella es más astuta que él y seguirla implicaría desatar la oscuridad.
Arcano se marchaba con la seguridad que su alianza no sería en vano y que el universo tenia esperanza de evitar una guerra.
-Raco no podrás igualarme en poder así que no te escondas – el sendero arenoso y parcialmente cubierto de musgo negro, por el cual se deslizaba y que se vio obligada a detenerse a la mitad para enfrentar a su hermano.
-Ese ha sido siempre mi problema – fruncía su entrecejo sin bajar la guardia, aunque sabe que en cuestión de segundos puede matarlo – que todos incluso mi padre te admirase haciéndome a un lado, ya que, no poseía tus mismas virtudes. Odiaba ser vencido por ti en combate.
Sus ojos colorados echaban chispas, desorbitados y apretaba filosamente la mandíbula con sus dientes. Raco conoce lo irritante que es eso para la chica de la oscuridad, sin embargo, un simple castañeo no la harán doblegar ante nadie.
-No es el mío, Raco. Créeme que tu odio se debe a la condena de la reina, a Criptón ¿Por qué soy yo el blanco de tus amenazas rencorosas sabiendo que no puedes ganarme ni en un millón de lunas?
Raco soltó sonoras carcajadas que hacían eco en la entrada a la cueva mientras Critonita intentaba averiguar que tramaba. El rey usaría su enojo e ira para envenenarlo en su contra si desconfiaba de su hija mayor.
-Tu eres la causa del mal y haré que pagues por lo que me quitaron – espeto con tanto odio señalándola y acortando la distancia – Criptón me dio dos opciones: descubrir si tu lealtad sigue intacta o matarte ¿Cuál prefieres?
Una daga de dragón vislumbro entre las caricias de sus dedos, sonrió asesinamente dispuesto a atacarla, pero esperaba una respuesta.
Critonita debía alistar todo para el siguiente ataque que no le daba tiempo a detenerse a pensar en las locuras de su hermano.
-Ahora sientes dolor Raco ¿Dímelo? – sus ojos se ensombrecieron y su semblante se suavizo. La oscuridad apuntaba a la claridad – Ahora que te quitaron algo que creías ser tuyo ¿te duele? Comprendes un poco mi dolor al perder a Ander... ¿Qué se siente ser miserable, amar y soportar el dolor?
Critonita avanzo a paso firmes, Raco se tensó al comprender la comparación, aunque hay una diferencia abismal: la reina aun continua con vida y eso dependía de la información que obtuviera de su hermana.
Meditaba en silencio viendo la daga, recordando a su fruto prohibido como la esperanza de que el mal no solo está representado por la chica de la oscuridad sino por su mismísimo progenitor.
El rey Criptón sentado en su trono veía como sus guardias arrastraban a la que eligió un día para ser su reina de las Tinieblas, Gray Tartu.
Ella derramaba una cantidad exorbitantes de lágrimas suplicando benevolencia a su amado rey. No quería terminar en el calabozo de traidores y que el rumor se esparciera por toda Critonia.
- ¡Mi rey! – exclamo entre ahogados sollozos – Por favor ten piedad de mi...le juro que no hice nada malo...
-Silencio – ordenó posando un dedo sobre sus labios. Lucia tranquilo bebiendo de la mejor sangría en un día agrio.
La examinaba desde su posición cuando otro guardia traía a su hijo a rempujones. El llanto de la reina se volvió aún más profundo y dolorosa, era demasiado tarde para pedir perdón.
Finalmente, Criptón descubrió su romance furtivo de su esposa con su hijo, aunque pretendía ignorar que su infidelidad en otros brazos, no pudo soportar que Raco fuera su amante.
- ¡Querido hijo! – expreso con arrogancia levantándose y extendiendo sus brazos para estrecharlos en una efusiva muestra de cariño disfrazado de odio – Me alegra que te unieras a nuestra cena – susurro en su oído.
- ¿Tuve otra opción? – alternaba miradas entre la reina y su padre, ella cabizbaja esperaba el peor final.