SAVANAH
Caminé rápidamente alejándome de los oídos curiosos del hotel. Hailee me había llamado alarmada porque necesitaba hablar conmigo. Cuando estuve lo más lejos que el jardín me permitió, le devolví la llamada.
- ¿Sí?
- Ya estoy en un lugar donde puedo hablar ¿qué está pasando? – le hablé con agitación.
- Sav, necesito que te comuniques con el seguro de papá. Lo antes posible.
- ¿Mamá no puede comunicarse desde allá? Sabes que estoy en horario de trabajo, Hailee.
- No puede comunicarse justo ahora porque está lidiando con la administración de la clínica – lanzó con obvia irritación.
- ¿Por qué está lidiando con ellos?... ¿Qué estás ocultándome? – empecé a caminar de un lado a otro y de regreso por los nervios que sentía bullir en mi interior.
- Hablaron con nosotras esta mañana, dijeron que no podían seguir atendiendo a papá porque hay facturas sin pagar. – boté todo el aire de golpe mientras una piedra se asentaba en mi estómago.
- Imposible ¿Cómo puede haber facturas sin pagar? Se supone que tenemos un seguro de cobertura ilimitada… Dioses ¿cómo puede estar pasando esto? ¡Mierda!
- No lo sé… – susurró - ¡No lo sé! Pero si no resolvemos al menos para el siguiente mes… papá no sobrevivirá mucho tiempo sin los cuidados, Savanah. No podemos tenerlo en casa, es muy arriesgado.
- Sólo… déjame llamar a la aseguradora para ver que pueden hacer por nosotros – colgué sin esperar a que me respondiera y de inmediato registré el área hasta encontrar un banco cercano para sentarme y buscar el número de contacto del seguro. Llamé lo más rápido que me permitieron mis dedos.
- Seguros Luna de Oro ¿En qué podemos ayudarle?
- Sí… hola – titubee un tanto nerviosa - necesito información acerca del estado actual y cobertura de una póliza de salud.
- Indique lo datos personales del titular de la póliza y el número de identificación – le dicté la información que me pedía mientras movía una de mis piernas con impaciencia – Señorita, actualmente la póliza sigue activa y mantiene su rango de cobertura ilimitada.
- Estoy confundida. Hace unos momentos me llamaron de casa, informándome que habían facturas pendientes con la clínica. ¿Cómo es esto posible si tenemos cobertura ilimitada?
- ¿Cuál es su nombre?
- Savanah Blank. Soy la hija mayor del titular.
- Le explicaré con detalle la naturaleza de la póliza… Dentro de la cobertura, están incluidos todos los servicios básicos de salud en casos como emergencias, accidentes y causas naturales. Así como los servicios de hospitalización que es de lo que está gozando actualmente su padre.
- Entiendo.
- En su caso, las facturas de las que habla la administración de la clínica, en dónde está ingresado, se refieren a los tratamientos anticancerígenos que le han ido suministrando a su padre. Los registros enviados por el centro de salud reflejan que esos tratamientos no han sido cancelados desde hace más de un año.
- ¿Q-qué? ¿U-un año? Maldita sea, ¿cómo es posible que a ustedes como empresa aseguradora se les haya pasado informar acerca de ese jodido detalle? ¡Mi padre está en riesgo de morir si lo echan de la clínica!
- Entiendo su preocupación señorita pero…
- ¡Pero nada! Usted no puede entender mi situación. Porque no son ustedes los que tienen una deuda millonaria con la clínica. Que justamente es la misma está manteniendo con vida a mi padre – sentí mis manos temblar y la sangre viajar hasta mis pies dejándome ausente de calor y esperanza. Me sentía tan afligida y desesperada – Usted no lo entiende…
N/A Hola! ¿Cómo están?
No sé que decirles acerca de este capítulo, me resultó tan triste y doloroso. Muchas personas pasan a diario situaciones similares, teniendo deudas impagables con los servicios de salud y con seguros que prometen protegernos en contra de cualquier riesgo. Cosa que termina siendo un arma de doble filo.
Esperemos que Savanah logre salir de esta con la frente en alto y con toda la fortaleza que la caracteriza.
Nos vemos en la próxima actualización.
Chau!