romance entre un lobo y la luna

Cap.1: El lobo solitario.

Desde que era un niño, las únicas palabras que constantemente escuchaba eran “terminara igual que su padre, y el padre de su padre, y el resto de los hombres de esta familia antes de él”.

Mi nombre es Thomas Wolf; ¡Wolf! Un apellido cuyo pasado y aun presente me persiguen desde que nací pues ninguno de los hombres Wolf ha tenido algún buen logro, ni siquiera algo tan sencillo como graduarse de la preparatoria, y mi padre no es la excepción, jamás estudio y su vida es un completo misterio para mí, ni siquiera es un buen padre, jamás hablamos, no hace nada bueno por mí, jamás me ha dado el amor que se supone que un padre debe darle a su hijo y en cuanto a mi madre pues, a ella no la conocí, murió mucho antes de que yo pudiera recordar, así que no conozco lo que es el amor o tan siquiera el afecto.

La única cosa buena que ha hecho mi padre ha sido el apoyar mis estudios, pero desde que era niño recuerdo que siempre me rechazo, aun cuando era yo quien trataba de ser afectuoso con él, el resultado era el mismo: su rechazo. O tan solo desaparecía por un par de meses y luego reaparecía de la nada.

Prácticamente crecí solo, crecí siendo un solitario por lo que me siento cómodo con la soledad, la verdad es que las personas no me generan confianza, los animales por otro lado son una historia muy diferente. Recuerdo una mañana de invierno cuando tenía nueve años en la que me adentre en el bosque con la nieve dificultándome el caminar y mientras me abría paso a través de la basta y fría nieve escuche el aullido de un lobo, pero era débil y parecía estar lastimado, me acerque a él y note que se trataba de un cachorro que efectivamente estaba lastimado y al parecer muy lejos de su madriguera. Con cautela fui hasta el, y lo tome entre mis brazos, lo lleve a casa y busque en internet durante toda la noche información sobre cómo podría ayudarlo y cuidarlo, y durante un par de semanas cuide del pequeño, hasta que su pata había sanado y me dispuse a llevarlo al bosque ya que lamentablemente aunque nos hicimos muy amigos, no podía conservarlo. Sin embargo era solo un cachorro y dejarlo solo en el bosque era peligroso así que busque su madriguera sin saber el riesgo que estaba corriendo y luego de un par de horas la encontré y allí estaba su madre, la cual al verme iba a atacarme pero antes de que lo hiciera le mostré a su cachorro y ella se detuvo en seco, el cachorro corrió hacia ella y la madre se volvió bastante dócil. Luego de aquel día, regresaba cada que podía a jugar con el cachorro y sus hermanos y de alguna manera que sigo sin poder explicar, todos los lobos del bosque se habían vuelto muy dóciles y amigables conmigo, y al igual que con los lobos, todo tipo de animales que me encontraba se volvían dóciles y amigables pero sobre todo, esto sucedía con los canes.

Actualmente tengo dieciséis años y estoy en mi último año de preparatoria a muy poco de entrar a la universidad y mi intención es entrar a la mejor universidad posible pues quiero acabar con esa larga línea de fracasos que ha perseguido de generación en generación a los hombres Wolf, yo seré la excepción, el Wolf con el que el molde se rompió. Mi meta es demostrar que puedo y voy a ser diferente de todos los que estuvieron antes que yo, incluido mi padre.

Ya que soy un solitario no tengo ningún amigo, al menos no uno humano, y tampoco lo quiero, soy bastante feliz teniendo como únicos amigos a los animales, y de hecho el no tener amigos es una ventaja para mí, los estudiantes de preparatoria hoy en día son todos un montón de inadaptados e irresponsables que solo serían una distracción con sus ridículas fiestas. De hecho son tan estúpidos que prefieren hacer una fiesta y emborracharse hasta perder la conciencia un día antes de un examen, antes que estudiar para ello. El no tener amigos es bueno porque no tengo distracciones y eso me da mucho tiempo para estudiar por lo que mis notas son de las tres mejores de la preparatoria, estando en segundo lugar, un lugar por debajo de la mejor estudiante, una chica llamada Rossaline Moon, no se absolutamente nada de ella, nada excepto que es la mejor estudiante de la preparatoria, popular, atlética y muy responsable.

Por alguna razón siempre que volteo a verla ella está mirándome y en cuanto volteo ella desvía la mirada hacia otro lado, la verdad no lo entiendo pero tampoco estoy interesado en ello.

Llego la hora de la clase de química la cual era una de mis clases favoritas y esta chica se acercó a mí. 

- Hola, me llamo Rossaline…

- Sí, ya sé quién eres - interrumpo con mala cara - Rossaline Moon, la mejor estudiante de esta preparatoria ¿Qué quieres?

- Pues... quería saber si podía sentarme contigo hoy en la clase de química - dice ella con un desagradable tonito de inocencia y timidez. 

- ¿Por qué mejor no vas yte sientas con alguna de tus amigas? - Espeto de mala gana y ella mira hacia sus superficiales amigas con las cejas alzadas 

Niega rápido con la cabeza y dice - ellas no están tan interesadas en aprender como nosotros así que antes que sean una distracción para mi, prefiero sentarme con alguien que si lo este.

- Claro – dije yo entre dientes sin mirarla y luego escupo – lo siento, pero tendrás que sentarte sola hoy entonces.

- Pero… ¿Por qué? – Dijo ella confundida y luego pregunto - ¿Ya tienes pareja? He visto que siempre te sientas solo.

- No, no tengo pareja y tampoco quiero una. Exactamente por esa razón siempre estoy solo y es porque así es como lo prefiero, así que tendrás que buscarte a otro compañero porque yo no seré el tuyo.




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