20 de septiembre del 2018
Oscuridad, solo eso veía en sus ojos, y era como si ya no estuviera mirándome sino a mis más profanos secretos. Mis angustias y delirios era lo que él hallaría si seguía escarbando.
—¿Tienes miedo?
Cuestionó con sosiego, si pronunciaba una palabra equivocada parecía que algo estallaría, que yo estallaría.
Pero si no era yo la que estallaría sino algo más en mi interior. Estallarían las voces, esos susurros.
—¿De ti?— Pregunte con determinación. Él apenas era un desconocido, y además era un misterio más en mi vida—. O de tu mirada aterradora.
—De ambas...
Sonrió y sus manos subieron hacia mi rostro, dando círculos con su mano en mis mejillas. Luego una mano bajo hasta dónde estaba mi ombligo y comenzó a dar pequeños masajes hasta llegar a mi cuello.
Dónde se detuvo y solo se alejó de mi. Como si sintiera algo que nadie más, se levantó de la cama y comenzó a buscar algo en su pantalón tirado en el suelo.
—No me das miedo —respondí a su pregunta y él se volteó a mirarme. Directamente hacia los ojos, una mirada diferente a la de antes, y era aterradora.
—¿Segura?
No se que intentaba: asustarme o matarme. Esa linea en sus labios era todo menos placentera, era como si no fuera la misma persona que hace unas horas.
—Si muy segura —mentí.
Él se acercó más a mi y seguía con aquella sonrisa solo que más profunda al igual que sus ojos, la oscuridad era más intensa.
Estas en la cueva del lobo
Escuche una voz y luego otra repitiendo lo mismo, al unísono todas como un grito de terror.
Me aleje de él, mientras cada vez se acercaba más cargando algo detrás de su espalda.
—¿Si no me temes cual es la razón de que te alejes de mi?
—No me asustas. Pero debo admitir que eres una persona algo desquiciado.
—No estoy alterado solo quiero darte esto —mostró lo que escondía detrás y era un lindo collar de color rubí intenso—, ¿te gusta?
—No lo necesito.
—Vamos, es un regalo para ti. Lo compré pensando en ti, y también se que se ve hermoso en ti más que en mi.
Mi risa estalló en la oscuridad, y ya mi miedo había desaparecido al completo, solo sentí una punzada en mi cabeza y una más en mi corazón.
—No soy nada para ti ni tú para mi.
—Ronnie, solo es un regalo—insistió y yo me acerque a él, sabiendo que lo que habían hecho la noche anterior no podía cambiar, nada cambiaría el hecho de que traicione a Evans.
—Me debo ir, Parker. —solté y él asintió.
Me iba a ir pero antes de marcharme él me detuvo y se aferró a mi brazo para luego colocar el collar en mi cuello.
—Ronnie, no significa nada solo un obsequio para ti—. Luego de eso solo me sonrío y esta vez fui yo la que lo detuvo, estampando un beso de despedida en sus labios.
Un beso que no sería ni el principio y ni el final.
Me marche después de eso y él no me detuvo ni tampoco nos prometimos volvernos a ver. Aunque algo me decía que ese beso de despedida no sería el último y peor el principio. El principio fue la primera ve que él me miro directamente a mis pupilas y todo parecía no importar.
Camine sin importarme faltar este día a clases aunque debía ir al psicólogo, de otra forma iría a parar a un psiquiátrico o peor a la corte, apelando que estoy incumpliendo el acuerdo de ir a las sesiones con él doctor Lee.
Era un acuerdo por mi estado mental y el incidente con Lukas, y ni hablar de que ya casi era un mes más de la desaparición de mi mamá. Pronto cumpliría seis meses que no había señales de ella, ni siquiera de su cuerpo.
Salí del bosque y caminé a mi casa hacia la habitación do de guardaban todas las cosas de mi madre. Estaban sus fotos, y los álbumes con muchas cosas más.
Lo que llamó mi atención fueron unas agendas que parecían libros, sin embargo dentro estaban escritos con fechas y cartas postales sin enviar dentro de las agendas.
Carta 1
Para mi querido y siempre amado ángel guardián
Hace tanto tiempo que no te escribo, no me olvidado de ti, solo que tengo muchas cosas que han sucedido que no sabría por dónde empezar.
El principio, sería tu respuesta, pero no sé cuál es el principio y temo que mi miedo aumenta si lo descubro y no se que hacer en realidad.
Temo por el final que me espera, y por ti de cuando te enteres de lo que ha sucedido.
He tenido que marcharme de allí, ya no era un lugar seguro ni menos para ti si me quedaba. No deseo nada más que todo acabe, sabiendo el final que me espera.
Soy una cobarde que ha escapado para salvarse de lo que le espera, ya estaba allí, ese ser de cuento de hadas ya estaba allí.
Siguiéndome, vigilándome y esperando. Por ello, he escapado es peligroso estar en ese lugar al que llamábamos hogar. Sabemos que todo es real pero nunca pensé que fuera tan trágico.
Te he escrito para informarte de que el mundo que conocemos puede terminar en un caos. Siendo así el motivo que no tengo agallas para siquiera enviar esta carta. Si la recibes, espero que entiendas.
Creo que estoy embarazada y eso es una mala noticia, y desearía que no fuera así. Que sea mentira, y no sea real. No obstante, se que no será así. Necesito tu ayuda ya no se que hacer estoy asustada.
Liz
La letra era a mano y firmada por mi madre. No entendía a quien le escribía. Pero sabía que en ella hablaba de mi. La fecha para enviar fue de hace años coincidiendo con mi fecha de nacimiento. Pero la razón de porque no anhelaba tenerme no lo sabía, el motivo de que estaba asustada no lo entendía.
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Editado: 22.10.2021