Amy
Desde que la familia de Erza me acogió todo ha sido diferente, me siento más tranquila, libre y más aceptada. Todos eran muy unidos y se llevaban bien lo cual era divertido para mí verlos a todos felices, ese día volvería a integrarme en mi trabajo como enfermera, claro también la madre de los chicos me pidió que al salir fuéramos al centro comercial ya que deseaba regalarme algunas cosas.
...
El día había sido tranquilo, el viaje a casa también ya que Erza tuvo la amabilidad de recogerme en el trabajo.
— ¿Cómo te fue?—pregunto Erza interesado.
—bien... Al parecer mis pacientes me extrañaron en especial la pequeña Alison—respondí sonriendo.
— ¿Es una niña a la que le leías un cuento?—dijo Erza mientras intentaba recordar.
—si es ella... Perdió a su padre en un incendio... Su madre se fue cuando ella era un bebé—dije algo triste.
—ella me recuerda a ti... Solo que ella aún sigue sonriendo y tú casi no lo haces-—dijo Erza estacionando ella auto fuera de su departamento y ambos salimos, iba a tomar mi mochila pero él lo hizo por mí.
—no es necesario que lo hagas Erza—dije sonrojada ante el gesto.
—Lo hago porque quiero—dijo Erza sonriendo mientras sacaba las llaves de su pantalón.
Caminamos hasta el ascensor y seguíamos hablando de banalidades sobre mi trabajo o el suyo, nos reímos bastante de una que otra broma hasta que llegamos a el departamento, sin duda este era mejor que en el edificio que vivíamos antes, era más espacioso y se sentía agradable vivir con alguien que mantenía todo en su lugar. Caminé hasta el sofá y me tumbe los pies me mataban, antes me daba lo mismo los dolores porque no quería llegar al departamento, ahora era diferente tenía a donde llegar y me esperaban ansiosos de saber cómo me había ido.
— ¿Quieres que hagamos algo de comer? O ¿Pedimos comida por teléfono?—pregunto Erza haciendo lo mismo que yo.
—mmm no lo sé... Puedo hacer algo de comer pero la idea de pedir algo suena tentadora—dije haciendo reír a Erza.
—decídete pequeña tienes cinco segundos—dijo Erza comenzando a hacer el conteo, se veía que iba hacerme cosquillas y conteste.
—Pidamos algo—dije riendo.
—buena elección... Tenemos un ganador—respondió Erza levantándose para tomar el teléfono— ¿Algo en especial que quieras?...—
—mmm... No sorpréndeme—dije mientras esté comenzaba a hablar por teléfono, subí a mi alcoba para quitarme el uniforme de hospital para meterlo a lavar, me puse unos shorts simples y una camisa blanca, traía puesta mis medias favoritas, no me preocupaba andar descalza por la casa mientras cargaba mis cosas a el cuarto de lavado.
Cuando termine baje a la sala para ver a Erza dormido en el sofá, suspiré quizá había tenido un día pesado, me acerque a observarlo debajo de las sombras de maquillaje y delineador se veía que era un chico guapo, me sonroje nunca había tenido pensamientos así. Me sentía extraña al verlo tenía los labios medio abiertos, sentía una extraña urgencia por besarlos y eso hice con mi timidez haciéndome un nudo en la garganta bese sus labios con los míos en un rose tierno.
Cuando termine solo lo observé y me acosté de lado opuesto, me quedé dormida en segundos sin saber que sucedería al despertar.
...
Erza
Desperté con una sensación extraña en mis labios y el fuerte timbre sonando por la casa, me levanté con pereza y la mire dormir se veía tan tranquila que no me pude quedar a admirar más a la chica ya que un impaciente repartidor esperaba a que abriera la puerta.
Espere a que el repartidor llegará para darle el billete y cerrar la puerta.
Puse la comida en la mesa y me acerque a ella para levantarla, una parte de mí no quería hacerlo pero debía comer no es divertido irte a la cama sin cenar, tome su hombro y lo sacudí un poco esperando a verla despierta después de unos segundos.
Abrió los ojos y ambos nos miramos por un momento, un sonrojo tímido aparecía en sus mejillas, sus labios entreabiertos y la ropa que usaba no me ayudaba a ignorar que había una chica viviendo conmigo.
— ¿Llegó la comida?—pregunto de forma tímida.
Solté un suspiro para sonreírle.
—si... Pero estabas dormida quería despertarte para ir a comer—respondí algo nervioso.
—Gracias Erza—dijo Amy sonriendo y levantándose del sofá e ir a la cocina.
Suspiré, me toque la frente no sabía que pasaba conmigo y no entendía como ella me ponía de esa manera, caminé a la cocina una vez que me calme para observar como ponía la comida en los platos tarareando una canción suave. Ella se percató de mi presencia y espero a que me sentará a comer.