Rosas de Sangre

Cápitulo 8

-Bueno Emilia, contame el por qué de tanto misterio.

Me retorcí los dedos, y traté de buscar las palabras justas para contarle lo sucedido.

-Abuela leí los libros que me dejaste cuando se murió el abuelo –la miré para registrar su expresión. Sus ojos denotaban cierta sorpresa, pero nada de alteración.

-¿Y? –dijo.

   Observé sus gestos con precaución, estudié sus ojos, sus movimientos. Estaba aparentemente tranquila. Como si hubiese estado esperando durante largo tiempo que le dijera esto. Quizás actuaba. Los nervios que había demostrado en cuanto llegara, se habían esfumado por completo.

-¿Qué se supone que pasó abuela? –pensé que una pregunta sería mejor que dar explicaciones de algo que aún no entendía.

-En principio lo que leíste es cierto -exhaló todo el aire que se había guardado -¿Se lo contaste a tu mamá?

  La respuesta de la abuela me dejo sin reacción por un par de segundos. y todo lo que había leído corrió delante de mis ojos otra vez.

-No pero sabe que yo leí el libro. Quizás piensa que no me lo creí, pero esta asustada. De hecho hasta hace tres noches, no me lo creía del todo.

-Me lo imaginé. Tu mamá nunca quiso que supieras la verdad. Aunque sabe lo de los genes.

-¿Genes? ¿Es hereditario de verdad? -presentí que la historia se iba a complicar mucho más.

- Es largo de explicar –parecía afligida en parte -¿Qué queres tomar?

-¡Me lo tenés que explicar abuela! ¡No puedo ni creer lo que leí! ¡Y lo que escuché hace tres noches en la habitación de mamá! ¡Esto es una locura y no entiendo como podes estar tan tranquila! –dije casi gritando, o llorando no sabía cual. Sentí como un fuego neurótico me subía por el cuello y me asustó haberme enojado de esa manera-

-¡Cálmate Emilia! –musitó en un tono mas tranquilo aún –¡yo viví con esto casi 50 años, y tomárselo tan a locas te puede afectar!

  Eso me desconcertó completamente, casi percibía como el color descendía al blanco papel en mi cara. ¿Cincuenta años? ¿Ella era vampiro? Quise echarme a correr, pero no me moví ni un milímetro. El pánico me invadía en una nebulosa ante el desconcierto, la duda y la locura en la que giraba todo mi ser.

   La mirada azul claro de mi abuela me depositó en la realidad. Ella era real, y sus palabras también.

-Te voy a decir las cosas sin vueltas. Porque no quiero que sufras un ataque al corazón –parecía triste.-

-Por favor –articulé con la boca seca-

-Tóma un poco del jugo que te traje. Está fresco -tomó aire. Ni siquiera había visto cuando había depositado el vaso frente a mi –No voy a explicarte lo del libro, porque eso ya lo sabes.

-Una parte –contesté -

-Bueno pero… ¿Habrás leído las primeras treinta y cinco hojas no?

-Leí hasta la cincuenta –dije secamente-

- Lo demás en esas memorias que te llevé son vivencias, de las que seguramente vas a aprender, pero lo importante ahora esta en que sepas qué sos vos.

  Esa frase casi me hace caer de la silla. “Que sos vos” quedó flotando en el aire como una energía densa y amarga.

-La madre de tu abuelo fue quien escribió esas memorias. Ella fue un vampiro de los más puros que existen, y no estoy hablando de nobleza u honestidad. Sino de sangre, ella guardaba en si el adn Giovanni.

-No abuela, Giovanni eran los patrones de su padre.

-Déjame que te explique Emilia. Con un gesto me instó apermanecer callada –El proceso de transformación no es solo con una mordida. Hay algo que ella no explicó en sus memorias, porque no quería que sus hijos convirtiesen a nadie en uno de los suyos. Cuando un vampiro muerde a un humano con el fin de transfórmarlo, primero tiene que fijarse en que sea el primero de los siete días de luna llena. Es en esos días y solo en esos se debe hacer la transformación. Pero hay algo más, el vampiro no solo tiene que morder a la victima, sino que durante esos siete días, debe administrarle una cantidad precisa de su propia sangre. 

-Ajam –dije espantada, por los conocimientos de mi abuela. Traté de no pensar en que ella podía ser una de ellos, para no salir corriendo.

-Elena tenía sangre Giovanni, fue Constantino su donante. Porque su hermano se negó, fue por ese motivo que a ella se le complicó la transformación.



#23135 en Fantasía
#48564 en Novela romántica

En el texto hay: fantasia, vampiros, amor

Editado: 13.05.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.